En el análisis anterior que compara fondos mutuos y ETFs, se contrastan las ventajas de la gestión activa de los fondos mutuos con la gestión pasiva de los ETFs. En parte, es como comparar manzanas con naranjas. Poseen características totalmente diferentes. Si lo que desea es un estrategia pasiva, entonces el inversor debería considerar el mejor modo de ponerla en práctica, utilizando fondos indexados o fondos cotizantes.

Fondos indexados y ETFs

Los fondos indexados aparecen en el mercado estadounidense en la década de los 70 y los ETFs se comercializan por primera vez en ese país en 1993. Si bien es cierto que el número de fondos indexados y ETFs es similar, los ETFs comprenden cerca de cinco veces más índices. Algunos de los ETFs más recientes siguen índices que se ajustan mejor a una estructura ETF que a un fondo indexado. Por esta razón, puede que un inversor solamente sea capaz de replicar un índice mediante ETFs, al no existir fondos indexados que puedan replicar ese mismo índice.

Gastos

Tanto los ETFs como los fondos indexados presentan ventajas y desventajas a la hora de gestionar los costes de los activos subyacentes. En ocasiones, la diferencia en las comisiones podría favorecer a uno más que a otro. Los inversores pueden comprar fondos indexados exentos de comisiones de gestión sin necesidad de incurrir en gastos de transacción; los que compren ETFs tendrán que pagar comisiones de corretaje.

Dividendos

La naturaleza de los ETFs conlleva la acumulación de dividendos o intereses percibidos por los valores subyacentes, hasta que se reparte a los accionistas al finalizar cada trimestre. Los fondos indexados invierten de inmediato los ingresos por dividendos o intereses.

Administración activa

Un inversor con una cartera de fondos indexados o ETFs en ocasiones vuelve a equilibrar su cartera, con la venta de algunas de las posiciones y la compra de otras. Una cartera compuesta por ETFs genera comisiones debido a la compraventa de los mismos. Puesto que el inversor normalmente negocia con lotes estándar, conseguir la ponderación exacta de cada ETF es casi imposible, en especial para las carteras de valores pequeñas. Con los fondos indexados, un inversor puede lograr una ponderación precisa de la asignación de activos, dado que se le ofrece la posibilidad de comprar unidades fraccionarias. Los fondos exentos de comisión no conllevan gastos de transacción.

Inversión constante

La técnica de utilizar los ETFs para obtener un promedio del coste monetario —invirtiendo en una cartera una cantidad fija a intervalos regulares— por lo general es poco práctica. Los gastos en comisiones y el coste adicional que conlleva la compra de lotes incompletos hacen que sea considerablemente más cara. Los fondos mutuos son un instrumento de inversión más adecuado para una inversión constante.

Liquidez

La falta de liquidez en algunos ETFs, que provoca un aumento en el diferencial de precios, añade gastos a las operaciones. Además, los ETFs menos conocidos no suelen estar sujetos a los mismos intereses de arbitraje que otros ETFs, lo cual implica que la diferencia entre los precios de mercado y el valor neto de los activos (NAV) pueda ser mayor. Los inversores en fondos indexados disponen siempre del NAV al final de la jornada.

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