7 signos de que está hecho para la vida de los nuevos negocios

No todo el mundo reúne las características para ser un emprendedor. A continuación contamos cómo son los grandes emprendedores de la historia. ¿Se siente identificado con alguna o todas sus características?

¿Recuerda a Jeff Foxworthy? El humorista causó un revuelo en los años 90 del siglo XX con su número (algo políticamente incorrecto) «Es posible que usted sea un pueblerino». Entre sus bromas clásicas: «Si usted tiene una casa que es móvil y cinco coches que no lo son... usted podría ser un pueblerino».

Pues bien, inspirándome en Jeff, he estado pensando en el número «Es posible que usted sea un emprendedor», en otras palabras, signos inesperados de que usted tiene lo que hay que tener para pasar por la experiencia emocionante, agotadora y que le cambiará la vida de comenzar su propio negocio.

Sí, usted ha de ser apasionado, resistente y todas esas otras cosas buenas. Pero también existen otras cualidades sutiles que se necesitan. A través de la participación en redes con otros emprendedores durante años en Hootsuite y habiendo trabajado estrechamente con jóvenes promesas a través de mi fundación The Next Big Thing, me he dado cuenta de que muchos de nosotros compartimos algunos rasgos de personalidad. Así que, sin más preámbulos, es posible que usted sea un emprendedor si...

La mayoría de la gente, cuando alcanza un objetivo, dice: « ¡Lo conseguí! Es hora de relajarme y disfrutar durante un tiempo.» Un emprendedor piensa: «Genial, ¿qué viene ahora?» Analicemos a la experta en moda Coco Chanel. Empezó con una línea sencilla de sombreros, continuó con ropa femenina y finalmente siguió con joyería, accesorios y perfumes. Cuando murió en 1971, Chanel no solo había dejado tras de sí una marca icónica, sino un imperio de negocio que recababa 160 millones de dólares anuales. Emprendedores como Chanel nunca paran con un gran logro. Siempre están deseando encontrar y asumir el siguiente reto.

A lo largo de mi carrera he tenido que hacer un esfuerzo deliberado para alcanzar un equilibrio entre manejar mi negocio y dejar a la gente con talento a mi alrededor que tomara las riendas. Resulta que muchos de mis amigos empresarios se enfrentan al mismo reto. Es estupendo tener a un Director Ejecutivo que se ocupa de todos los detalles de la empresa, pero cuando una persona necesita estar implicada en todos los niveles, puede ser perjudicial para dejar que las cosas se lleven a cabo.

Asimismo puede estresar a los empleados, a los que se les ha contratado precisamente para que usted no tenga que tomar todas y cada una de las decisiones. Por suerte, encontramos cierto consuelo al saber que algunos de los superempresarios como Elon Musk, Steve Jobs, y Bill Gates han sido descritos todos ellos como controladores.

Como emprendedor, le tiene que gustar un poco de dolor y una buena cantidad de riesgo. Tenga en cuenta que el 75 por ciento de las nuevas empresas fracasan. Solo un masoquista se enfrenta a ese tipo de probabilidades ya desde el comienzo. Y no mejora mucho después de eso, al menos no al principio. Usted tendrá problemas por el dinero. Trabajará interminables horas. Estará solo, porque mientras el resto de la gente estará de fiesta o viendo películas, usted estará trabajando duro... a menudo a solas. Los emprendedores en serie - que empiezan y dirigen negocios uno después de otro - pueden considerarse como aún más masoquistas, porque se meten en cada nueva aventura sabiendo lo que se les viene encima.

Los emprendedores normalmente se enamoran de la idea de hacer dinero pronto en la vida. Un joven Warren Buffett, por ejemplo, vendía diarios para el Washington Post, y ganaba dinero vendiendo de todo: desde pelotas de golf extraviadas hasta chicles, sellos y periódicos, todo esto antes de graduarse en el instituto. Empecé a limpiar ventanas de negocios locales y a vender aperitivos en los campos de paintball cuando aún estaba en la escuela primaria.

Pero, con el tiempo, a muchos emprendedores les mueve menos el dinero y más la emoción innata de meterse en una nueva aventura y la libertad y el control que ello implica. Cuando llegué a la universidad, mis propias actitudes ya habían empezado a cambiar. Estaba en el camino de obtener un título de Derecho y un trabajo seguro y bien pagado. Sin embargo, lo dejé para abrir una pizzería porque para mí era más bien un reto y lo podía hacer a mi manera.

Muchos emprendedores dicen de sí mismos que no encajan en la multitud. Yo, sin duda, me sentía así en el instituto. Muchos de los emprendedores notables han acabado incluso abandonando el sistema educativo por completo. El gigante de la informática Bill Gates, los multimillonarios Ted Turner y Li Ka-shing, Richard Branson y el fundador de McDonald's Ray Kroc son solo algunos de los ejemplos de emprendedores con enorme éxito que dejaron el instituto o la universidad. A pesar de que no siempre es fácil ser el extraño, es justamente esta cualidad - ver las cosas a través de una lente distinta con respecto al resto del mundo - la que puede ayudar a avanzar a la sociedad y a impulsar la innovación.

Ya que los emprendedores tienden a pensar con criterios de diferentes longitudes de ondas, sus ambiciones pueden ser consideradas como locas por sus amigos y familiares, sobre todo antes de que la visión se haya convertido en realidad. Como ejemplo vamos a poner a Ruth Handler, quien creó la muñeca de plástico convertida en icono mundial: Barbie. En los años 50 del siglo XX, Handler fue acogida con dudas y críticas (también por su propio marido) por presentar una muñeca que se parecía más a una mujer que a un bebé o a un niño. Se le ocurrió la idea después de ver a su hija jugando con muñecas de papel que parecían adultas. Handler, por supuesto, siguió con su idea y el resto ya forma parte de la historia.

Para dirigir un negocio se necesita ser muy extrovertido y tener un carácter comercial, ¿verdad? Pues no necesariamente. Resulta que aproximadamente cuatro de cada 10 altos ejecutivos — incluido el Director Ejecutivo y cofundador de Google, Larry Page — se identifican como introvertidos. El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, es también un conocido introvertido. El estudio sugiere que, en el trabajo, los introvertidos fomentan un mejor ambiente de equipo que sus compañeros extrovertidos. También los introvertidos son conocidos por escuchar mejor, un valor que se pasa mucho por alto pero que es esencial para un buen liderazgo. Pocos de los emprendedores que conozco son ruidosos o enérgicos, sobre todo en grandes grupos o reuniones.