Hacer un presupuesto te cambia la vida
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Los creadores de la aplicación You Need a Budget publicaron un curso cautivante con el que incluso un principiante en las finanzas puede entender lo que es el presupuesto personal y cómo trabajar con él. Decidimos compartir estas diez lecciones simples y claras. Aquí está la lección número 9.

Hoy quiero compartir con ustedes un poco de motivación, que nace de mi propia vida. Quiero ilustrarlo con el mejor ejemplo que tengo (el nuestro) sobre lo poderoso que puede ser un presupuesto en su vida. Es la base del resto de aspectos de las finanzas personales. Es el árbol. Lo bueno es la fruta. Es la abuelita dulce con galletas empalagosas. Solo quiere una o dos horas de su tiempo cada mes.

Era noviembre de 2002 y acababa de comprometerme con mi novia. La gente dice que cuando acabas de casarte vives en el amor. Pero, ¿podría comprar el amor mis libros de texto (extremadamente caros) para el siguiente semestre? ¿Sería el amor quien nos traería comida a la mesa?

No.

Nuestra historia

Ahí estaba yo, sentado delante de un ordenador en la biblioteca de la universidad. Mi prometida estaba al otro lado del vestíbulo trabajando por unos 8 euros la hora. Yo me iría a mi trabajo en unas pocas horas para ganar algo más: unos 10 euros por hora. Allí estaba yo, sentado, preguntándome de qué manera íbamos a arreglárnoslas. Los dos éramos estudiantes a tiempo completo con empleos a tiempo parcial. En nuestro mejor mes podíamos ganar a lo sumo unos 1.200 euros entre los dos. Frente a nosotros teníamos la compra de un coche (ninguno de los dos tenía uno) y tres años más de universidad en mi caso.

Pensé que necesitábamos un presupuesto, así que elaboré uno.

El febrero siguiente ya estábamos casados. Todo era increíblemente genial. Estaba realmente emocionado de empezar un nuevo capítulo en nuestras vidas.

Durante el día ocho mencioné cómo surgió la norma cuatro. Sencillamente solo pensé que sería más fácil hacer un presupuesto si viviéramos de la renta del mes anterior (y, ay, cómo es). Pudimos vivir un mes del dinero de los regalos de boda y de esa manera no tocamos nuestros sueldos de ese mes. Estábamos viviendo del sueldo del mes pasado Lo admito, fue relativamente fácil.

La norma uno parecía bastante obvia. Debíamos anotar cada euro. No me parecía correcto preocuparnos solo por lo que hacía una parte del dinero.

La reunión de presupuesto fue lo que me sorprendió. Creí que iba a ser algo parecido a una negociación en la que ella imaginaría lo que yo iba a decir, yo imaginaría lo que ella iba a decir y ninguna de los dos querría decir un número específico a no ser que tuviéramos algo de dinero en la mesa. No fue nada parecido a esto. Para nada.

Nos sentamos juntos y analizamos nuestra situación monetaria. Fue un ejercicio de pareja bastante sano. Nos ayudó a asumir la realidad y a decidir en qué necesitábamos centrarnos. Me motivó a trabajar algunas horas extra siempre que fuera posible. Motivó a Julie a intentar conseguir un buen trabajo cuando se hubiera graduado. Nos unió como pareja de recién casados. No había peleas. No había sentimientos dolorosos. Solo éramos dos personas tratando de arreglar las cosas, comprometidos y aprendiendo lo que el otro pensaba sobre el dinero. Ha sido un aspecto realmente positivo de nuestro matrimonio en los últimos diez años. No veía que eso pudiera cambiar en un tiempo cercano.

La norma dos, odio decirlo, también parecía bastante obvia. Tuvimos gastos de una sola vez que definitivamente había que pagar. Pero sabíamos que estaríamos perdidos si fingíamos que teníamos todo ese dinero en un solo mes.

Recuerdo que la primera vez que realmente nos quedamos clavados fue con el impuesto de circulación y de matriculación que teníamos que pagar cada mes de mayo. Llevábamos casados más de un año cuando nos dimos cuenta de que debíamos unos 150 euros y solo de esa manera podríamos volver a registrar nuestro vehículo. No voy a adentrarme en los detalles de este asalto, pero nos cogió por sorpresa. Ciento cincuenta euros era (y sigue siendo) mucho dinero para nosotros. Aprendimos y ajustamos. (¿Cómo ajustamos? Destinamos 12,50 euros a «Circulación e impuestos» cada mes. Ahora casi ni lo notamos).

La norma tres parecía importante. Ser flexible. Si no podíamos hacer malabares con el dinero para ese mes, me gustaba la idea de que tener el presupuesto del mes siguiente amortiguara los gastos extra. Nos devolvíamos a nosotros mismos el dinero por nuestros errores y nunca dejábamos que el presupuesto se nos fuera de las manos.

Para ser sincero, realmente no sé lo que teníamos. Creía que tan solo era una manera inteligente (y obvia) de elaborar presupuestos. Elaboramos presupuestos de esta manera durante unos años sin pensar mucho en ello.

Como seguíamos en la universidad, era bastante fácil hablar con nuestros amigos sobre nuestras finanzas. Cuando todos están pelados de dinero, este no es un tema sensible. Yo les enseñaba nuestro presupuesto. Mis amigos me pedían una copia. Aunque no creo que alguno de ellos realmente llegara a usarla. Estaba demasiado ajustado a nuestra situación concreta. (Y pasar de los gastos de un mes para llegar a la norma cuatro no es nada fácil).

Cuando esperábamos a nuestro primer hijo en junio de 2004, comencé a pensar. Siempre habíamos querido que Julie fuera madre a tiempo completo. Ella realmente lo deseaba. Yo había obtenido un trabajo de becario a tiempo parcial en una empresa cerca de la universidad. Calculamos que si trabajaba 30 horas a la semana justo directamente tras la universidad, nos las apañaríamos sin tener ninguna deuda.

No pensaba que 30 horas a la semana fueran pocas si quería que mis notas continuaran siendo respetables. Así que le presenté a Julie la idea de vender nuestro sistema de presupuestos online. Ella no pensó que fuera a tener mucho éxito, y esto es algo que le sigo recordando hoy en día.

Mientras preparaba mi idea para el mercado, comencé a apreciar lo que teníamos: un sistema de presupuestos en el que no se empleaba mucho tiempo y que funcionaba. Nos había funcionado a nosotros, lo que significaba que podría funcionarle a cualquiera.

Así que, aquí estamos hoy. Lo que empezó como un sitio web de «aficionado» es hoy en día una labor a tiempo completo, con un equipo de 18 personas repartidas por todo el mundo. Me convertí en contable público y poco después lo dejé para trabajar en «You Need a Budget» (usted necesita un presupuesto). (Por si se lo están preguntando, sí que me saqué el máster en contabilidad). Nuestro pequeño tiene ahora nueve años, tiene un hermano pequeño de 7, una hermana pequeña de 5, otro hermano pequeño de 3 y otra hermana pequeña de 1.

La vida con un presupuesto es bonita

La vida es bonita. No es lujosa. El coche con la puerta rota en el lado del copiloto era mi coche y fue mi abuelo quien la rompió (día ocho).

Pero tenemos algo que muchos otros no tienen. Tenemos un plan. Puede parecer que le atribuyo demasiado al presupuesto, pero no lo creo. Nunca nos hemos peleado por dinero. Nunca nos hemos endeudado (excepto para nuestra casa, que por suerte ya está pagada). Somos los dueños absolutos de nuestros coches. Al finalizar el máster, momento en el que cual la mayoría de la gente es más pobre, ¡nosotros éramos más ricos! (Rico es un término muy relativo aquí, pero ustedes me entienden).

Miro a mi alrededor y veo cómo la gente vive por encima de sus posibilidades, tiene mejores coches, televisores, juguetes, casas, etc., y yo no puedo dejar de sentir pena por ellos. La verdadera felicidad no se encuentra en las cosas materiales que uno tiene. La verdadera felicidad viene de la paz. Y la paz viene de vivir con tus medios. Si quieren vivir de acuerdo a sus medios, durante estos días pasados han aprendido cómo hacerlo.

También recuerden que las normas pueden utilizarse sin emplear ningún software. Pueden crear su propio sistema que haga lo mismo (¡pero no subestime el tiempo empleado!) Ponga en marcha las normas si hace algo. ¡Son poderosas! ¡Les van a ayudar!

Sinceramente, parece que he hecho estas normas fácilmente y sin esfuerzo. Echando la vista atrás a aquel día de noviembre en el que estaba bastante estresado por el dinero, no sé, es posible que pueda atribuírselo a la inspiración, pero en ese momento solo pensé: «Creo que necesitamos un presupuesto».

Lo necesitábamos.

Y ustedes también lo necesitan.

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