Un nuevo trabajador necesita un seguimiento específico. Sólo de esta forma se puede aprovechar su potencial. ¿Qué procedimientos se deben llevar a cabo para conseguir una buena integración?
Trabaja arduamente para encontrar, entrevistar y contratar a los empleados ideales. Tienen grandes habilidades, gran experiencia y gran actitud.
Así que, una vez contratados, los deja a su aire, ¿verdad?
Espere un poco. Saber cómo hacer un trabajo es, sin duda, importante, pero abordar un trabajo con la perspectiva correcta y la mentalidad adecuada es esencial.
Nunca asuma que las conversaciones que mantuvo durante el proceso de la entrevista han sido suficientes. No es así. Aquí tiene cuatro cosas que debe hacer el primer día para asegurarse de que el nuevo empleado empieza con buen pie.
1. Describa con precisión la forma en que su empresa crea valor añadido
Los nuevos empleados necesitan aprender a hacer su trabajo, pero primero necesitan entender concienzudamente las propuestas de valor subyacentes y las ventajas competitivas de su empresa.
Independientemente de cuál sea su negocio, una o dos cosas producen resultados de verdad: Puede ser la calidad. Puede ser el servicio. Tal vez sea usted el proveedor de bajo coste. Quizás es el contacto personal que establece con cada uno de sus clientes y el verdadero sentido de comunidad que se ha preocupado de crear.
Otros aspectos son importantes, pero uno o dos son absolutamente esenciales.
Empiece por ahí y después vaya más lejos. Explíqueles de qué forma su trabajo crea valor añadido directamente. Explíqueles de qué manera su trabajo contribuye directamente a que su empresa cree y sostenga ventajas competitivas.
Como nuevo empleado, yo realmente necesito saber qué hacer, pero lo más importante es que necesito saber cómo hacerlo.
Empiece siempre con el cómo. Después puede pasar al qué.
2. Plantee los clientes internos y externos del empleado
La nueva empleada puede tener informes directos. Tiene clientes externos, aunque nunca llegue a conocerlos y, definitivamente, tiene clientes internos. El trabajo no existe sin otras personas; entender las necesidades de cada componente ayuda a definir el trabajo y la forma en que se debería hacer.
Tómese tiempo para explicarle al empleado cómo va a crear valor añadido para su empresa mientras se ocupa de sus clientes internos y externos. A menudo, alcanzar ese equilibrio es complicado; no asuma que los nuevos empleados van a acabar sabiéndolo por sí mismos.
Además, no deberían tener que descubrirlo por su cuenta.
3. Defina metas inmediatas y concretas, y empiece a dar feedback
Las empresas de éxito actúan. Su empresa actúa. Defina ese tono de productividad asegurándose de que, el primer día, el nuevo empleado complete al menos una tarea específica relacionada con el trabajo.
¿Por qué? Porque no solo va a establecer que el resultado es muy importante, sino que sus nuevos empleados se irán a casa con la sensación de que se han realizado personalmente. Un día entero o más que se emplea en formación resulta aburrido e insatisfactorio, y hace que la posible transición al «trabajo» sea más difícil.
Concéntrese en la formación, pero haga todos los días una mezcla de formación y trabajo. Su objetivo final es entrenar de forma exhaustiva partiendo los procesos largos en partes manejables.
De esta forma, los nuevos empleados podrán ver de inmediato la forma en que su rol está directamente conectado con la creación de valor añadido de su empresa, y usted encontrará oportunidades estupendas para dar un feedback inmediato y constructivo, que ayudará a que los nuevos empleados hagan un trabajo todavía mejor al crear valor añadido para su empresa.
4. Explíqueles exactamente por qué les ha contratado
Cada empleado es contratado por una o dos razones específicas, pero, a menudo, estas razones se pierden en la burocracia del proceso de la entrevista. (Sea sincero: es bueno encontrar un empleado que sepa hacer de todo, pero la mayoría de las veces lo que realmente necesita es un empleado que sea genial haciendo X).
Siéntese con los nuevos empleados y comparta la primera razón por la que los ha contratado. Es una gran oportunidad para alabar sus habilidades y la experiencia, y elogiar su actitud y la ética laboral. ¿A qué nuevo empleado no le gusta eso? Lo que es más importante, está reforzando la conexión entre sus habilidades, experiencia, actitud y ética laboral y el trabajo real para el que los ha contratado.
No deje que los nuevos empleados olviden lo que los hace diferentes. Poseen cualidades y atributos que otros candidatos no tienen. Explíqueles cuáles son esas cualidades y de qué forma le ayudaron a decidirse a la hora de contratarlos.
Unas cuantas declaraciones son más motivadoras y preparan mejor el terreno que, «Le he contratado porque es absolutamente increíble haciendo X… y todos contamos con usted para que haga X».