¿Por qué la salida de Grecia de la zona euro sigue siendo el final más probable de la historia?
Alexis Tsipras no debió nunca de haber contratado a Yanis Varoufakis como su ministro de economía. O debió de escucharlo y mantenerlo en el puesto. Pero, por el contrario, el primer ministro griego eligió la peor de todas las opciones. Siguió el consejo del señor Varoufakis de rechazar la oferta de los acreedores, hasta la semana pasada. Pero habiendo hecho esto, Tsipras cometió un grave error al rechazar el plan B de Varoufakis para el momento en el que los bancos del país cerraron: la presentación inmediata de una moneda paralela (pagarés IOU del estado griego pero expedidos en euros). Una moneda paralela habría permitido a los griegos poder pagar por sus transacciones diarias cuando las retiradas de efectivo tenían un límite de 60 euros al día. Se habría evitado un colapso económico total.
Pero Tsipras no lo llevó a cabo, y de hecho tampoco ningún otro plan B. Por el contrario, se rindió. En ese momento, ya ni siquiera estaba en una posición para elegir una Grexit (juego en inglés de las palabras Greek y exit, salida de Grecia) de la eurozona. La condición previa para una salida suave habría sido un superávit primario - antes del servicio de la deuda - y un superávit equivalente en el sector privado. Grecia no tiene reservas de divisas. Si los griegos tuvieran que volver a introducir el dracma, hubieran tenido que pagar por todas las importaciones con las ganancias de divisas de sus exportaciones. Estos requisitos previos mínimos existían en marzo pero no en julio.
Así que, como sus predecesores, Tsipras terminó con otro acuerdo de rescate muy malo. Y este sufre los mismos principales defectos que sus predecesores. Esto me lleva a concluir que la Grexit sigue siendo el resultado más probable después de todo.
No hay trato
Existen tres maneras principales en las que esto podría suceder. La primera sería que el acuerdo sencillamente no se cierre. Todo lo que se acordó la semana pasada es para comenzar las negociaciones, junto con alguna financiación provisional. El acuerdo podría fracasar porque los mismos principales participantes son escépticos. Wolfgang Schäuble, el ministro de finanzas alemán, ha dicho que mantendrá su oferta de la salida de Grecia en su cajón, solo por si fracasaban las negociaciones. Tsipras condenó el acuerdo en diferentes ocasiones la semana pasada. Y el Fondo Monetario Internacional nos cuenta que los números no cuadran y que no firmará a no ser que los acreedores europeos acuerden el alivio de la deuda.
Los alemanes rechazan cualquier tipo de discusión al respecto, citando algunas normas manipuladas según las cuales los países de la eurozona no tienen permitido incumplir. Estas son sandeces legales, pero supongo que el propósito es describir nuevas líneas rojas en las negociaciones.
Es posible que finalmente maquillarán un acuerdo, pero que este vendrá - como siempre lo hace - con daños colaterales arrolladores: menos alivio de la deuda del necesario y más austeridad de la que Grecia puede soportar.
El programa no funciona
Una perspectiva de Grexit más probable es que se acuerde un programa y luego fracase. El gobierno de Atenas puede que implemente todas las medidas que demanden los acreedores, pero la economía fracasa en la recuperación y los objetivos de deuda continúan sin concretarse. Tsipras ya acordó la semana pasada que si surgía esta situación, optaría por mayor austeridad.
Así que a no ser que la economía se comporte en el futuro de una manera muy distinta a la que lo ha hecho en el pasado, seguirá atrapada en un círculo vicioso en muchos años venideros. En ese momento, Tsipras, o su sucesor, podrían admitir la derrota y optar por una salida de Grecia negociada como una opción menos dolorosa. La salida de Grecia también podría verse forzada por los acreedores.
Algo revolucionario
Yo veo la salida más probable de Grecia de nuevo de otra manera. Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, dio pistas al respecto en su entrevista con el Financial Times la semana pasada cuando dijo que sentía «algo revolucionario» en el ambiente. Definitivamente sabe algo. El escenario más probable para mí es la salida de Grecia a través de la insurrección. Denle otros tres años y no me sorprendería ver a Tusk y a sus colegas en el Consejo Europeo teniendo que contemplar una acción más drástica para reprimir una crisis.
Grecia no se encuentra aún en el punto de insurrección, a pesar de ocho años de recesión. Las encuestas de opinión reflejan que la mayoría de la gente está a favor de permanecer en el euro. En la vida real la gente elige entre un pequeño número de alternativas políticas y conformarse con la que piensan que va a funcionar mejor para la economía. Votaron a Tsipras y a su partido Syriza en enero porque los otros partidos fracasaron en su intento de resolver la situación. Si Syriza también fracasa, como seguramente sucederá, los griegos se quedarán sin opciones democráticas
¿Puede Tsipras aún evitar el desastre? Si hay elecciones anticipadas en otoño, podría ganarlas y retomar la idea de la moneda paralela de Varoufakis en algún momento. Pero creo que el momento de la moneda paralela se ha esfumado con el hombre. Mi intuición me dice que Tsipras realizará una campaña política demagógica, con mucha retórica contra los acreedores pero que luego accederá a aquello que los acreedores demanden y seguir el programa hasta su clímax dramático.