¿Por qué estaría la zona euro mejor sin Alemania que sin Grecia?
El Ministro de Economía alemán, Wolfgang Schäuble, ha suscitado desaprobación y alabanzas en igual medida con su sugerencia de que Grecia esté un tiempo fuera de la eurozona. Al proponer que Grecia podría estar mejor fuera del euro, el irascible ministro de 72 años ha cruzado el Rubicón de la política: ha confirmado que, después de todo, la moneda única era «reversible». Pero tras haber roto el mayor tabú del euro, los comentaristas han sugerido ahora que, en lugar de Grecia, debería ser la Alemania del Sr. Schäuble la que corriera el riesgo y se fuera del euro.
En una entrevista con el Daily Telegraph, el profesor de la Universidad de Princeton, Ashoka Mody, quien anteriormente ocupó un alto cargo en el FMI, expresó la opinión de que con el fin de preservar la unidad de la zona euro, los estados europeos deben «soltar las amarras que los tienen tan sujetos». El ex presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, también cree que la crisis griega es una ocasión para recordar a Alemania que tiene la responsabilidad de la zona del euro.
El Sr. Bernanke utilizó su blog para señalar que la política de Berlín, exigente en exceso, ha ayudado a hundir los sueños de prosperidad del euro y de una integración «aún más estrecha» entre las 18 dispares economías. También se ha afirmado que las acciones de Alemania están polarizando a Europa. En su última estimación del poder económico de Alemania, incluso el FMI (visto en muchos círculos alemanes como la entidad líder que impone disciplina a los errantes griegos) ha urgido a Berlín a llevar a cabo «acciones más ambiciosas… y contribuir al reequilibrio global, especialmente en la zona euro».
Desequilibrio crónico
El excedente comercial récord de Alemania se considera el principal síntoma de su peligrosamente preponderante posición en la eurozona. Una medida de la posición de la economía en relación con el resto del mundo, la actual cuenta de Alemania alcanza un récord en la zona euro del 7.9% o 215 mil millones de euros en 2014. Ahora se espera que alcance más del 8% del PIB este año, según el FMI.
El excedente insistentemente elevado en parte refleja la fuerza de las tan cacareadas industrias de exportación de Alemania. Pero otros factores que contribuyen a ello son razones para preocuparse. El FMI ha dicho que este desajuste crónico también refleja una «reticencia por parte del sector corporativo a invertir más en Alemania». Como también señala el Sr. Bernanke, el excedente pone «toda la carga del ajuste en países con déficits comerciales que tienen que sufrir una dolorosa deflación de salarios y otros costes para llegar a ser más competitivos». Las economías del sur como Grecia son las víctimas principales del coste de este ajuste.
«Cero negro»
La otra área problemática de la política económica alemana es la obsesión del gobierno por el «schwarze Null» o política «black zero» (cero negro) para lograr un presupuesto equilibrado.
Este año, Berlín ha conseguido alcanzar esta meta antes. El «schwarze Null» se considera la piedra angular del poder financiero alemán y de la estabilidad en un entorno global arriesgado, pero ha levantado críticas como otro síntoma del funcionamiento poco normal de la eurozona.
El economista Paul De Grauwe lo ha denominado un casi religioso «fundamentalismo del presupuesto equilibrado». La rectitud fiscal tampoco ha seguido las reglas de las prescripciones del FMI para la economía alemana. El fondo recomienda a Berlín que invierta al menos el 2% del PIB en proyectos de inversión a lo largo de los próximos cuatro años, un objetivo en el que el gobierno está fallando con regularidad.
¿Por qué Alemania debería marcharse?
El economista de Princeton y ex director de rescates económicos del FMI Ashoka Mody se encuentra entre los partidarios más recientes de la salida alemana del euro. El Sr. Mody señala que una vuelta al marco alemán proporcionaría un doble estímulo al resto de la eurozona asediada: causaría un inmediato desplome del valor del euro, estimulando las exportaciones en la periferia del sur, y también ocasionaría muchos menos trastornos al resto del bloque que una potencial salida de Grecia del euro. Los valores alemanes en el extranjero valdrían menos al ser más caros los marcos alemanes, pero las deudas alemanas serían más fáciles de resolver.
Fuera de la moneda única, la industria alemana se vería obligada a volver al mundo anterior al euro, y a ajustar continuamente los costes de una moneda revalorizada. Pero el Sr. Mody plantea que esta transición, aunque resultara chocante al principio, no sería demasiado nueva para el comercio alemán.Una moneda menos competitiva podría proporcionar un incentivo muy necesario para que la industria alemana fabrique productos de mayor calidad y mejore la lenta productividad del sector de los servicios, añade.
Alemania no es tan inquebrantable
La pericia económica alemana bajo el euro no debería sobreestimarse. Uno de los ejes impulsores que hay detrás de su «fetichismo fiscal» es una profunda inseguridad con respecto a las perspectivas económicas a largo plazo del país. Alemania es una de las economías que envejecen de forma más rápida del mundo, que necesita una inmigración masiva, más población activa femenina y un considerable impulso en su tasa de nacimientos. Y para todo su relativo poder económico, el euro ha sido siempre en el fondo una creación política diseñada para neutralizar una Alemania reunificada hace 25 años.
El Sr. Mody dice ahora que una salida de las cadenas de la moneda única podría finalmente allanar el camino para que Alemania actuara como la «superpotencia benevolente» que un sistema de tasa de cambio fija siempre ha necesitado.
«Para mantenerse unidas, las naciones europeas tal vez necesitan soltar las amarras que las tienen tan sujetas», escribe.
Pero hay muy poca gente que quiera que Alemania salga del euro. No obstante, al poner en evidencia su deseo de que Grecia salga del euro, el Sr. Schäuble y compañía van a tener que sufrir las repercusiones de la afirmación de que la unión monetaria ya no es sagrada.