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La industria energética rusa se enfrentará a su prueba más dura a principios del mes próximo, cuando el presidente Vladimir Putin visitará Pekín en medio de la caída de los precios del petróleo y las preocupaciones sobre la desaceleración económica de China.

Mientras que Gazprom (MCX: GAZP) dijo el 18 de agosto que las negociaciones sobre un segundo contrato de suministro de gas natural con China en menos de 18 meses están «mostrando una buena dinámica», el gobierno de Pekín ha apagado las esperanzas rusas de que se vaya a firmar un acuerdo durante el viaje de dos días de Putin que empezará en septiembre 2.

China y Rusia probablemente no llegarán a un acuerdo durante la visita debido que la caía de más del 50% en el crudo durante el último año complica las negociaciones, tal y como informó el viernes el servicio de noticias Interfax, citando a Ling Ji, director del Departamento de Asuntos de Euroasia del Ministerio chino de Comercio. Mientras que un acuerdo haría de China el mayor cliente de Gazprom, la economía del país está haciendo frente a un exceso de capacidad industrial, las consecuencias de una caída en la inversión inmobiliaria y un mercado de valores volátil.

Según dijo Keun-Wook Paik, investigador sénior del Instituto Oxford para Estudios Energéticos de Londres:

«No se trata de un entorno propicio para firmar otro acuerdo de gas» para China.

El año pasado, Putin consiguió su primer contrato para suministrar gas a China desde Siberia Oriental después de casi una década de negociaciones, marcando un hito en las relaciones entre el mayor exportador mundial de energía y el mayor importador. El acuerdo se vio seguido por un deterioro de las relaciones de Rusia con EE. UU. y Europa debido al conflicto en Ucrania.

Primer acuerdo

En una publicación de Bloomberg News se dijo: en noviembre, Rusia y China firmaron un acuerdo marco para un segundo contrato de gas de 30 años, lo que implicaría la construcción de un oleoducto desde Siberia Occidental. Este proporcionaría 30 mil millones de metros cúbicos de gas al año, sumándose a los 38 mil millones de metros cúbicos del primer contrato, lo que convertiría a China en el mayor cliente de Gazprom.

Putin valoró el primer acuerdo, con el comienzo de los suministros en 2019 y una fórmula de precios vinculados al petróleo, en 400 mil millones de dólares. Desde el momento en el que se firmó ese acuerdo, el crudo Brent, el punto de referencia para la mitad del petróleo mundial, ha caído desde los 102,6 dólares el barril hasta menos de 46 dólares.

Los cambios entre los altos directivos de los gigantes de la energía de China y campaña contra la corrupción del gobierno también están ralentizando las conversaciones con Rusia, según Alexander Gabuev, asociado sénior en el Carnegie Moscow Center.

«Los nuevos funcionarios no están dispuestos a aprobar acuerdos de riesgo», dijo en un correo electrónico. «Y las ofertas rusas actualmente presentan riesgos debido a las sanciones, la devaluación del rublo y los constantes cambios en el régimen fiscal».

Si bien el mantenimiento de las buenas relaciones políticas con Rusia es importante para China, Xi Jinping no sacrificará la economía por la política, dijo Gabuev.

Cualquier nuevo acuerdo firmado durante la visita de Putin sería «una especie de regalo», tal y como informó el jueves el servicio nacional de noticias Tass, citando el embajador ruso en China, Andrey Denisov. Sin embargo, los países continuarán con las negociaciones, dijo.

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