¿Por qué culpar a China por el «Lunes Negro» es como culpar al camarero por su propia resaca?
¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué está China, el país que la gente pensó una vez que era el motor de la economía mundial, tambaleándose de manera tan ostentosa?
Para responder a estas preguntas hay que aceptar el hecho de que China no ha sido nunca el motor del crecimiento mundial. Para llegar a ser un motor de tal calibre, hay que importar más de lo que se exporta. Después, hay que crear una demanda que cubran otros países que, como resultado de ello, exporten más de lo que importan. Los importadores son los motores de los trenes de abastecimiento de los mercados internacionales, mientras que los exportadores son los vagones, impulsados por la demanda creada por los despilfarradores. Pensemos en lo que impulsa a los mercados de las bebidas alcohólicas: ¿los camareros o los clientes que beben?
La fiesta comienza en los mercados mundiales
China nunca ha sido un bebedor. Solo ha sido un camarero en la desenfrenada celebración que comenzó a principios de la década del 2000 en los Estados Unidos y en muchos países europeos. El siguiente gráfico muestra cómo la suma de todos los déficits en cuenta corriente del mundo (los huecos producidos cuando un país importa más de lo que exporta) saltó de en torno a los 575.000 millones de dólares en 2001 a 1,6 billones de dólares en 2008.
El mayor bebedor en esta fiesta fue Estados Unidos, que aumentó su déficit de 125.000 millones de dólares en 1997 hasta 801.000 millones de dólares en 2006. Observe que el déficit total mundial establece el tamaño del mercado internacional, que se expandió como una burbuja y, a continuación, tristemente, empezó a desinflarse.
El déficit de Estados Unidos alcanzó un máximo en 2006, mientras que el déficit mundial alcanzó su máximo en 2008, coincidiendo con la crisis mundial. Cayeron de forma drástica, para recuperarse un poco en 2012-2013 y, ahora, están empezando a caer de nuevo. Es decir, que la fiesta parece haber llegado a su fin.
Los participantes de la fiesta y su retirada
El siguiente gráfico muestra cuáles eran los principales bebedores y camareros de la fiesta en el año 2008. En el lado de los bebedores encontramos a EE. UU., acompañado por varios países que adquirieron notoriedad como consecuencia de la fiesta: España, Italia y Grecia. Portugal e Irlanda, que no se quedaron atrás en cuanto a su nivel de entusiasmo, no aparecen en el gráfico debido a su reducido tamaño (se ha reducido el número de países entre camareros y bebedores de 166 a 12 para que los gráficos resulten más legibles). Es decir, que estos fueron los verdaderos motores de la fiesta.
Estos son los países que entraron en una crisis de deuda dramática en los años posteriores a 2008. Sabiendo como sabemos lo que les ocurrió más tarde a estos países, se entiende por qué tuvieron que dar la fiesta por concluida e intentar equilibrar sus libros de cuentas. Su restricción hizo que el tamaño de los mercados internacionales se redujera. Fue realmente triste ver cómo abandonaban el terreno de juego, ya que su retirada puso fin a la fiesta.
Observe cuáles son los camareros. Aquellos que vendían sus productos a los asistentes a la fiesta incluían a potencias industriales como China, Alemania y Japón y distribuidores de petróleo como Arabia Saudí, Rusia y Noruega. Ellos trabajaban mientras los demás se divertían.
El gráfico muestra la situación en 2013. Grecia, Italia y España ya habían abandonado la fiesta, junto con los portugueses y los irlandeses. Los Estados Unidos seguían ahí, pero de una forma un poco más controlada; de un déficit de 800.000 millones de dólares en 2006, los EE. UU. lograron reducir su deuda a 400.000 millones en 2014.
No obstante, el encanto latino no desapareció por completo, ya que Brasil se había unido con entusiasmo al bando de los bebedores. A medida que su economía dejó de crecer, Brasil absorbió 81.000 millones de dólares más en importaciones que en exportaciones en 2013 y 103.000 millones en 2014. No obstante, sus pronunciados déficits no han logrado restablecer el viejo esplendor de la fiesta.
La retirada de los camareros
A medida que la fiesta iba decayendo, los camareros del mundo han visto cómo también se reducía la demanda de sus servicios. Tal y como muestra el gráfico, los superávits de China, que fueron en una ocasión los motores de su propia economía, no así de la economía internacional, están viniéndose abajo. Lo mismo le está ocurriendo a Japón. De los grandes camareros, solo Alemania ha aumentado sus superávits de manera decisiva. Ahora, Alemania es el país con el mayor superávit en cuenta corriente del mundo: es el camarero número uno.
Los mercados emergentes
Por otra parte, están aquellos que pensaron que eran los motores y que ahora están dándose cuenta de que, en realidad, no eran más que el último vagón del tren: los productores de materias primas. Los países latinoamericanos, la mayoría de los cuales son fundamentalmente exportadores de materias primas, han visto cómo sus tasas de crecimiento subían y bajaban con el precio de las materias primas.
A medida que la fiesta decae, la demanda de sus productos disminuye y sus precios bajan, lo que ha hecho que los ingresos por las exportaciones hayan caído y que las tasas de crecimiento del PIB se hayan desplomado. La caída de estos países se está viendo acelerada por las salidas de capital. Por mucho capital que les llegara cuando los países pensaban que eran los motores del mundo, el capital hoy día está fluyendo hacia afuera, deprimiendo aún más sus economías.
Esperar lo inevitable
Ahora ya puede sentarse, relajarse y esperar a ver cómo esta historia llega a su final natural. Lo más probable es que China colapse de forma muy poco elegante; a continuación, gran parte de Latinoamérica hará lo mismo. Todo el mundo le echará la culpa a China…, pero nosotros sabemos cuál es la verdad.