La desaceleración de la economía china se ha convertido en un pretexto para que se extienda en los mercados globales el mayor pánico desde la crisis de 2009. Os contamos las razones.
Este mercado alcista ha sufrido muchos ataques de pánico. La crisis de la deuda europea, el descenso de la clasificación máxima de crédito AAA en América, el drama griego y el precipicio fiscal causado por los grandes daños. Pero en todo momento los mercados americanos se alzaron victoriosos a pesar de tener que curar algunos golpes serios.
En las últimas dos semanas, el mercado de valores de EE. UU. se vio nuevamente agitado. Esta vez con el temor de que las turbulencias en la economía china pudieran lanzar al mundo a la recesión.
¿Histeria?
Pero ¿será este descontrol actual del mercado diferente del mercado alcista? China, después de todo, no es solo la segunda más grande economía mundial, sino que afecta a las empresas y a los países de todo el mundo. Y las empresas de EE. UU. son vulnerables a ello, por esto parece que una grave crisis en China es el mayor riesgo para la bolsa de EE. UU. desde 2009.
«Esta es una verdadera amenaza. Un aterrizaje forzoso en China es la mayor amenaza para la recuperación de la economía mundial desde la crisis financiera», afirmó David Joy, jefe de estrategias de mercado en Ameriprise Financial.
La gran pregunta es: ¿China representa el mismo tipo de riesgo sistémico que la crisis financiera? O ¿hay razones para creer que China tiene capacidad y disposición para evitar el peor de los escenarios?
El efecto dominó chino alarma a los inversores
Las inquietudes sobre China han lanzado a los mercados de EE. UU. a su primera corrección desde la degradación en 2011 de la clasificación máxima de crédito en América.
«Una crisis en China es un catalizador de las mentes de los inversores tan grande como cualquier otro que hayamos visto en la crisis financiera», declaró Art Hogan, jefe de estrategias de mercado en Wunderlich Securities.
China nos importa tanto porque su crecimiento explosivo propulsó al resto del mundo. El enorme apetito de bienes y materias primas levantó las economías de Europa, Asia, Latinoamérica, Australia y otras partes del mundo.
De manera que la crisis China tiene un enorme efecto dominó en todo el mundo. Simplemente hay que ver cómo Corea del Sur reveló el martes un descenso del 15% en las exportaciones de agosto debido a la menor demanda de China.
«Si China coge un catarro, el resto de Asia coge la gripe», comentó Peter Kenny, jefe de estrategias de mercado en The Clear Pool Group, empresa de tecnología financiera.
La Reserva Federal puede que ya no venga al rescate
La preocupación por la economía china aumenta por el hecho de que continúa siendo algo así como una caja negra para los inversores. Pocos son los que confían en la precisión de las estadísticas sobre la economía en Pekín y muchos los que creen que el crecimiento real es mucho menor de lo que relata el gobierno.
También es importante situar en contexto el miedo sobre China. Los anteriores temores del mercado tuvieron lugar en momentos en que la Reserva Federal inundaba de forma agresiva los mercados financieros con dinero efectivo y compraba bonos o prometía intereses bajos.
Pero en este momento la Reserva Federal ha dejado de comprar bonos e hipotecas y se prepara para aumentar los intereses por primera vez en casi una década. De manera que puede que esa red de seguridad ya se haya acabado.
Las acciones no son baratas
Al mismo tiempo, cada vez es más difícil encontrar gangas en el mercado de valores, especialmente por la reducción en el crecimiento de los beneficios motivada por la energía. Muchos expertos creían que el mercado de valores de EE. UU. se fijaba sobre todo en acciones íntegramente valorizadas, si no eran excesivamente caras, antes de la reciente bajada de los precios.
«Los precios del mercado fueron muy por delante de la realidad. Ahora están pasando por un buen ajuste de su valor», comentó Peter Boockvar, analista jefe de mercados en The Lindsey Group.
Aunque el temor en China es grande, todavía no se asemeja al nivel de la crisis de Lehman de 2008. En ese momento, el sistema financiero mundial se presentó a punto del colapso.
«Eso era una crisis existencial. Había una posibilidad real de que se hubiera convertido en una depresión». Comentó Joy.
Pero dado el papel pivotante de China como motor del crecimiento mundial, este episodio pone claramente nerviosos a los inversores más que otros ataques de pánico desde entonces.
China intenta estabilizar el crecimiento
¿Está la reacción del mercado justificada o es exagerada? Es demasiado pronto para decirlo ahora. Merece la pena recordar que la economía china está todavía creciendo, pero a un ritmo más lento. Pocos pronostican una total recesión allí.
«No es que la economía en China se haya caído por un precipicio», afirmó Kenny. Y no es que Pekín estuviera dormido en los laureles. El gobierno chino ha desvelado una serie de iniciativas para estimular el crecimiento, incluidas varias bajadas en los tipos de interés y una devaluación sorpresa de la moneda para potenciar las exportaciones.
El mayor interés de los líderes en China es retirar todos los obstáculos en la estabilización del crecimiento. «Creo que China cuenta con la disposición y los recursos financieros para evitar un aterrizaje forzoso», afirmó Joy.