Rusia, Irán y Siria: es complicado
AP Photo/Sergei Karpukhin, Pool
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Según el Wall Street Journal, esto es lo que las autoridades estadounidenses piensan acerca de la situación en Siria y cómo las acciones de Rusia e Irán afectan a la política de Estados Unidos en la región.

Rusia e Irán han reforzado la coordinación dentro de Siria con el fin de salvaguardar el control del presidente Bashar al-Asad sobre su fortaleza costera, según fuentes oficiales de EE. UU. y Oriente Medio, creando un nuevo obstáculo para los objetivos diplomáticos de Washington.

Diplomáticos, generales y estrategas de Rusia e Irán han mantenido una serie de conversaciones de alto nivel en Moscú durante los últimos meses para discutir la defensa del Sr. al-Asad y el aumento de la presencia militar del Kremlin en Siria, según dichas fuentes.

La expansión continúa: el lunes, oficiales de defensa estadounidenses dijeron que drones de vigilancia rusos habían empezado a realizar misiones en cielo sirio y que Moscú ha enviado más de dos docenas de aviones de combate al país.

Gran parte de esta actividad procedente de ambas partes se ha concentrado en la región costera de Latakia, base de la familia del Sr. al-Asad y de su secta alauita, que han visto como la presión de las fuerzas rebeldes aumentaba, amenazando con dejarla aislada de la capital, Damasco.

Los esfuerzos de coordinación citados por las fuentes oficiales de EE. UU. y Oriente Medio incluían una visita secreta a finales de julio por parte del comandante de la unidad militar de élite en el extranjero de Irán, la Fuerza Quds. El General Qasem Soleimani dirige el apoyo militar y de inteligencia de Teherán al régimen de al-Asad y es uno de los líderes más poderosos de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (o CGRI, por sus siglas en francés). El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Javad Zarif, también visitó Moscú el mes pasado para discutir asuntos de Siria y otros temas con su homólogo ruso, Sergei Lavrov.

Estas visitas «se producen dentro del marco de esta coordinación», comentó el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al-Moallem, a la prensa estatal la semana pasada, refiriéndose en concreto al viaje del Sr. Zarif y un adjunto.

«Existe una profunda coordinación a todos los niveles entre nosotros y Moscú y entre nosotros y Teherán, y puedo decirle a cualquiera que lo desee que puede unirse a nosotros también».

Las fuentes oficiales de Estados Unidos dijeron que no han conseguido aclarar el alcance total de dicha cooperación ni su propósito. «Asumimos que (la mayor presencia rusa en Siria) está siendo coordinada con los iraníes» comentó un alto funcionario estadounidense, que dijo que EE. UU. siguió el viaje del General Soleimani a Moscú.

Según estas fuentes, consejeros y soldados militares del CGRI estarían también desplegados en Latakia, así como soldados del estrecho aliado político y militar de Teherán, la milicia libanesa Hezbolá.

Un funcionario de defensa estadounidense comentó que el Pentágono cree que el viaje del General Soleimani a Moscú fue «muy importante» en relación con el refuerzo de la presencia rusa en Latakia. «Lo que estamos viendo ahora es la manifestación de esa reunión y existe algún tipo de nexo con Irán» dijo el funcionario.

El apoyo coordinado de Rusia e Irán al Sr. al-Asad plantea un enorme obstáculo a los propósitos diplomáticos de la administración Obama, que quiere quitar al dictador sirio del poder.

A medida que más ayuda procedente de Moscú y de Teherán llega a Siria, Estados Unidos ha suavizado sus demandas para que el Sr. al-Asad dimita antes de que se produzca una transición.

El Secretario de Estado, John Kerry, dijo el pasado fin de semana que el Sr. al-Asad podría quedarse como parte de la transición hacia un nuevo gobierno.

El lunes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo en Moscú al presidente ruso, Vladimir Putin, que a su gobierno le preocupa que Irán y sus aliados puedan estar buscando abrir un nuevo frente militar contra Israel desde territorio sirio.

A raíz de las conversaciones en la residencia del Sr. Putin a las afueras de Moscú, el Sr. Netanyahu comentó en la radio de Israel que habían acordado medidas coordinadas para evitar errores de cálculo que pudieran desencadenar una guerra a mayor escala, pero sin dar mayores detalles.

El Sr. Putin pareció restarle importancia a la amenaza a Israel. «Sabemos que el ejército sirio y Siria, como conjunto, no están en condiciones de abrir un segundo frente» dijo, según una transcripción del Kremlin.

Altos funcionarios estadounidenses y europeos dijeron que, si bien se sospecha que hay una cooperación significativa entre Moscú y Teherán, sus intereses a largo plazo podrían divergir.

Según dijeron, parece ser que el Sr. Putin estaría utilizando el conflicto de Siria para tratar de aumentar la influencia del Kremlin en Oriente Medio y en la diplomacia internacional, centrada en la búsqueda de un gobierno post al-Asad. Por su parte, Teherán desea mantener la región costera de Siria y las zonas adyacentes a la frontera libanesa como ruta de suministro clave para las armas que entran en el Líbano y los grupos militantes palestinos.

«Para Irán, al-Asad es garantía de la supervivencia de Hezbolá», dijo Fawaz Gerges, profesor de relaciones internacionales en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres.

En cuanto al Sr. Putin, parece obsesionado con el mantenimiento de un gobierno partidario de Moscú en Damasco que dé luz verde a una presencia militar continuada de Rusia y a compras masivas de armas, comentó Emile Hokayem, analista de Siria en el Instituto Internacional de Londres de Estudios Estratégicos.

Rusia e Irán han apoyado incondicionalmente a al-Asad desde que comenzara el levantamiento en Siria a principios de 2011. Desde 2014 ha podido verse a personal ruso transitando por el aeropuerto, mientras que comandantes de Hezbolá y del CGRI han establecido base en hoteles de la costa. Pero durante los tres últimos meses, parece que Moscú y Teherán han estado preparándose para reforzar las defensas de la región, según analistas de Siria y funcionarios árabes.

En este tiempo, las fuerzas rebeldes sirias han realizado importantes avances territoriales en la provincia septentrional de Idlib y han estado aumentando su presión sobre Latakia. Más victorias por parte de los insurgentes podrían aislar la base del Sr. al-Asad en Latakia de Damasco, comentaron.

El General Soleimani visitó un frente de guerra al norte de Latakia en junio junto a la frontera con Turquía e Idlib, según informe de la prensa árabe. Allí dijo que los líderes de Irán y Siria estaban planeando conjuntamente una operación que podría «sorprender al mundo».

Semanas más tarde, el General visitó Moscú y se reunió con el ministro de Defensa, Sergei Shoygu, y con dirigentes de las industrias de inteligencia y defensa militar de Rusia, según fuente oficiales estadounidenses y europeas. El Kremlin negó la visita del General, a la que Washington acusó de ser una violación de una prohibición de viajar de la ONU.

EE. UU. y otros gobiernos occidentales están observando muy de cerca las acciones que Rusia, Irán y el régimen sirio puedan tomar a continuación.

Una posibilidad, según los analistas, es una operación en torno a la antigua ciudad de Palmira para identificar a militantes del Estado Islámico. El Sr. Putin ha descrito la presencia rusa en Siria como una operación antiterrorista y está previsto que se dirija a la Asamblea General de la ONU en Nueva York el 28 de septiembre. Aquí, podría citar a Palmita para respaldar sus afirmaciones. Los aviones de combate sirios han intensificado los ataques aéreos contra el Estado Islámico en Palmira en los últimos días, según activistas de la oposición que monitorizan el combate, así como los medios de comunicación del estado sirio.

Otro posible objetivo podría ser el Frente al-Nusra, con conexiones con Al Qaeda, en la provincia de Idlib. La milicia y sus aliados controlan casi toda la provincia noroccidental, a excepción de dos aldeas chiitas, donde están desplegadas Hezbolá y otras milicias entrenadas por Irán.

Elias Farhat, general retirado del ejército libanés y estratega militar, en referencia a Irán y Rusia, dijo:

«La primera operación importante nos dirá cuáles son sus intenciones».

Asimismo, dijo que las evidencias sobre el terreno indican que los rusos, los iraníes y Hezbolá están estableciendo un centro de mando operativo conjunto en Latakia, cerca del aeropuerto. La creciente defensa ruso-iraní del Sr. al-Asad está poniendo a la administración Obama en un aprieto diplomático y estratégico.

Fuentes oficiales estadounidenses comentaron que esperan que el acuerdo nuclear sin precedentes forjado en julio entre Washington y Teherán, con ayuda de Rusia, allane el terreno para una mayor cooperación para poner fin a la guerra civil en Siria. En concreto, suscitaron esperanzas de que un nuevo proceso diplomático pudiera empezar a alejar a Bashar al-Asad del poder.

El Sr. Kerry y otros funcionarios estadounidenses han expresado su preocupación en los últimos días de que el despliegue ruso pueda desestabilizar aún más Siria y colocar a las tropas de Moscú en conflicto con una campaña aérea encabezada por Estados Unidos. Pero el Sr. Kerry también ha indicado que Estados Unidos sigue estando interesado en unirse a Rusia en la lucha contra el Estado Islámico.

Un oficial del ejército sirio que ha desertado y que está en contacto con los rusos, dijo que el aumento de la presencia del Kremlin podría abrir el camino para una solución diplomática en Siria, aunque bajo las condiciones del presidente ruso. Dijo que los rusos saben que el Sr. al-Asad no sobrevivirá a largo plazo y que el Kremlin está reclamando su derecho a negociar con los americanos.

«Es como querer vender un jarrón roto. Tienes que pegar bien los trozos y, luego, intentar venderlo», dijo el exgeneral exiliado.

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