Los cárteles de la droga se están ganando Asia
John Vizcaino/Reuters
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Cómo el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica está contribuyendo a la expansión del tráfico de drogas.

Los cárteles de la droga latinoamericanos se están extendiendo a Asia, atraídos por la creciente riqueza, los pactos de comercio regionales que facilitan el contrabando y unos de los márgenes más elevados que se ofrecen.

El crecimiento del comercio de la droga, una parte significativa de una economía ilícita que supone más de 100 mil millones de dólares al año solo en Asia oriental, ha llevado a un rápido aumento de las confiscaciones: Por ejemplo, 254 millones de pastillas de metanfetamina fueron interceptadas en el este y el sudeste asiático en 2013, un aumento de ocho veces más en solo cinco años.

Los funcionarios advierten que las autoridades que aplican las leyes asiáticas están mal equipadas para afrontar ese rápido aumento de drogas con las que se está traficando por medio de fronteras cada vez más fáciles de atravesar.

Jeremy Douglas, representante regional de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, ha dicho:

«La policía y los agentes del gobierno en Asia no tienen a menudo conexiones en los países americanos y saben poco de lo que pueden llegar a encontrarse. No actúan internacionalmente. Están a punto de tener que hacerlo».

Para quienes son capturados, los riesgos son mayores que los beneficios, ya que en varias jurisdicciones asiáticas se aplica la pena de muerte a los delitos de drogas.

Filipinas, que ha debatido introducir la pena de muerte para delitos de drogas, es el banco de pruebas para un caso pionero del mes pasado, cuando el ciudadano mexicano, Horacio Hernández Herrera (el cártel ocupa la 5 posición de bancas criminales mundiales), se presentó ante el tribunal acusado de ser un importante miembro del conocido cártel de narcotraficantes de Sinaloa.

En una reunión regional en Bangkok del mes pasado, algunos representantes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático sembraron la alarma diciendo que, a pesar del potencial que suponen el crecimiento económico y el comercio, la conexión que va rápidamente en aumento en la zona podría hacer que las fronteras resultaran vulnerables al tráfico de droga y al contrabando.

«Por tanto, son esenciales habilidades de fortalecimiento, capacidad y cooperación transfronteriza entre la frontera y las agencias de seguridad de los puertos para contrarrestar los retos del crimen transnacional que están aumentando rápidamente», ha dicho Jakkrit Srivali, un alto cargo con el ministro de Asuntos Exteriores de Tailandia.

La creciente riqueza de Asia se ha traducido en un aumento de la demanda de cocaína, con grupos emergentes que consumen, trafican y comercian, según un informe del año pasado de la Oficina de las Naciones Unidas.

El tristemente célebre cártel de Sinaloa, cuyo líder «El Chapo» Guzmán protagonizó una increíble fuga el mes pasado, ha sido señalado como un proveedor clave por las autoridades del Pacífico asiático.

El cártel de nueva Generación de Jalisco, un agresivo recién llegado a las guerras de los narcotraficantes de México que adquirió notoriedad hace pocos meses después de haber derribado un helicóptero militar, se está centrando también en mercados de Hong Kong y Japón, según Canacintra, una cámara de comercio mexicana.

«Los severos castigos, como la cadena perpetua o incluso la pena de muerte, para los traficantes capturados en Asia se reflejan en el exorbitante precio que tiene aquí la droga», ha dicho a los medios en México el presidente de la organización Rodrigo Alpízar Vallejo.

Las economías del Pacífico asiático ofrecen unos márgenes de beneficios mucho más altos que los mercados tradicionales del cártel. En Hong Kong, un kilogramo de cocaína se puede vender por más del triple de su precio que en Estados Unidos. En Australia, podría ser seis veces su precio, según la policía y los expertos.

Mientras tanto, según los investigadores de delitos financieros, los cárteles estarán estudiando de cerca negocios de comercio regional, como el emblemático Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, buscando pistas sobre la liberalización de algunas rutas o la reducción de tarifas en algunos productos, que se podrían usar para ocultar el contrabando y ayudar en la repatriación de los beneficios del contrabando mediante operaciones comerciales.

Bill Majcher, que ha trabajado con la policía americana y canadiense, ha dicho:

«Cualquier cosa que aumente el volumen de negocio y su eficacia va a aumentar también la oportunidad y la amplitud de delincuentes que muevan sus productos y blanqueen fondos».

«A lo largo de las últimas décadas, he visto un terrible aumento de blanqueo mediante operaciones comerciales estrechamente relacionadas con la apertura de las zonas de comercio transnacionales», ha dicho otro investigador, que ha pedido permanecer en el anonimato debido a las operaciones en curso.

Robert Evan Ellis, profesor de Estudios Latinoamericanos en la Escuela Militar de Estados Unidos y experto en relaciones con China de la región, ha dicho que el asunto «aumentaría las oportunidades para el crimen organizado transpacífico, incrementando el volumen de negocio, y el número de bancos y empresas que harían transacciones transpacíficas».

Sin embargo, ha advertido que las relaciones regionales fomentadas por el acuerdo «indirectamente ayudarían a aumentar la ejecución de las leyes y los marcos legales transpacíficos que ayudarán a combatir los cárteles».

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