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El separatismo catalán se niega a morir mientras Mas reclama un mandato del 48%.

Incluso antes del revés electoral del domingo, el presidente catalán ya había roto su partido en su intento de separarse de España. Ayer, los votantes de la región rechazaron por poco su plan de construir un Estado independiente y lo dejaron con la necesidad de un pacto con un partido anticapitalista que rechaza el Estado de derecho si quiere gobernar. Todavía no se da por vencido.

Antes de la votación, Mas había dicho que la votación regional era efectivamente un referéndum sobre la independencia. Después, afirmó que el apoyo del 48% es suficiente.

Mas dijo, declarando la victoria en una reunión posterior a las elecciones en Barcelona:

«Tenemos un fuerte mandato para continuar con este proyecto».

El resultado puede ser de gran ayuda para los inversores. Mientras Mas y sus aliados están decididos a continuar con su difícil tarea, su impulso se ha roto, lo que reduce las posibilidades de una colisión frontal entre los catalanes y el gobierno español que podría tener como resultado que la región sea excluida de la Unión Europea y su moneda única, agitando el mercado para el billón de euros de deuda soberana de España.

Los tesoros españoles lideraron las ganancias en la deuda pública de la zona euro el lunes, con el rendimiento a 10 años cayendo 5 puntos básicos a las 9:08 de la mañana en Madrid. Los rendimientos a 10 años de Italia estaban 3 puntos básicos por debajo y en Alemania se redujeron un punto. Las acciones españolas registraron pocos cambios.

La formación de un Gobierno

La pregunta es, ¿cómo se gobernará Cataluña?

Junts pel Sí, la alianza entre el partido pro-empresarial Convergencia de Mas y el partido catalán de izquierda republicana, conocido como Esquerra Republicana, ganó 62 escaños en la asamblea regional de 135, por debajo de los 71 escaños que obtuvieron en 2012. Para formar una mayoría independentista, Mas necesita el sí del partido anticapitalista, la CUP, que han prometido no dejarle volver como líder regional.

Jordi Muñoz, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Barcelona, dijo:

«Mas se encuentra en una situación muy complicada. Realmente necesita la CUP, y ellos a su vez van a aumentar su influencia. Nos dirigimos a un callejón sin salida».

El mapa electoral en Cataluña se ha rediseñado desde las últimas elecciones en 2012, con el PP de Rajoy perdiendo casi la mitad de su representación, mientras que Ciudadanos casi ha triplicado su número de escaños para convertirse en el principal partido de la anti-independencia. Podemos, que no existía en 2012, ha conseguido más votos que el PP, mientras que la CUP también ha triplicado su número de escaños.

Desafiando a Mas

El líder socialista, Pedro Sánchez, quien pretende derrocar al presidente Mariano Rajoy en las elecciones generales de diciembre, fue el primero en cuestionar la interpretación de Mas del resultado electoral. Afirmó que Mas debería aceptar que no ha conseguido obtener el respaldo necesario para la independencia y debe trabajar para subsanar las divisiones que su campaña ha abierto en la sociedad catalana en vez de seguir adelante con sus planes.

«Artur Mas convocó estas elecciones porque dijo que la mayoría de los catalanes estaban con él», dijo Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos de Cataluña, en una reunión posterior a las elecciones. «Hoy en día la mayoría de nosotros le hemos dado la espalda. Artur Mas tan solo puede hacer una cosa: dimitir».

Arrimadas dijo que Mas debe convocar otras elecciones para que los catalanes puedan decidir cómo debe ser gobernada su región. Esa serían las cuartas elecciones regionales desde 2010.

Elecciones generales

Con la economía española recuperándose tras su peor recesión en una generación, el resultado sugiere que el aumento de los partidos radicales que surgieron durante la crisis de la deuda europea podría haber pasado su punto culminante.

El segundo gobierno de Alexis Tsipras, que comenzó a trabajar en Grecia este mes, promete ser muy diferente del primero, después de que Tsipras accediera a las exigencias europeas para permanecer en el euro. En el Reino Unido, los conservadores de David Cameron ganaron una inesperada mayoría en las elecciones generales de mayo, mientras que el propio partido anti-austeridad de España ha visto cómo cae su apoyo casi la mitad.

«El foco ahora puede moverse hacia las elecciones generales españolas en las que una potencial derrota de Rajoy podría conducir a una administración más conciliadora en Madrid y a la posibilidad de un acuerdo para Cataluña», dijo por teléfono Ángel Talavera, analista de Oxford Economics en Londres.

«Las elecciones generales serán lo que darán forma a la siguiente etapa de este proceso», dijo.

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