La promesa de convertir la contaminación en dinero incentiva la industria alemana.
Desde los productores de hormigón hasta los fabricantes de plásticos, las empresas europeas que se enfrentan a límites rigurosos cada vez mayores en las emisiones industriales intentan conseguir formas creativas de transformar la contaminación que producen.
HeidelbergCement (ETR: HEI) emplea escoria de los altos hornos para el hormigón, con el fin de reducir las emisiones de dióxido de carbono en un cuarto este año con respecto a 1990. ThyssenKrupp (ETR: TKA) planea redirigir los gases emitidos por su fundición de acero hacia productos que pueden ser comercializados como el metanol. Y la unidad de plásticos de Bayer (ETR: BAYN) Covestro transforma el CO2 en un ingrediente para las espumas empleado en colchones y en equipamiento deportivo.
Los esfuerzos, en marcha ya antes del escándalo Volkswagen (XETRA: VOW3) de su engaño en las normativas sobre emisiones, representan un nuevo impulso para reducir el calentamiento global. Las compañías que están obligadas a recortar las emisiones intentan hacerlo de manera que también aumente la rentabilidad. Con enviados de más de 190 naciones trabajando con las Naciones Unidas para consolidar un pacto este año con el fin de reducir la contaminación en todo el mundo, la presión solo puede resultar más intensa.
«No veo una oportunidad para la industria de alta emisión de CO2 en Europa si no somos capaces de mostrar una solución», declaró Reinhold Achatz, jefe de investigación y desarrollo de ThyssenKrupp en una entrevista en Essen.
El proyecto de ThyssenKrupp tiene asignados 100 millones de euros (113 millones de dólares). Se involucrarán cinco compañías registradas en el índice DAX de referencia alemán. Bayer AG, BASF (ETR: BAS), Siemens (ETR: SIE), Linde (ETR: LIN) y EON (ETR: EOAN).
Como muy tarde el mes próximo se instalarán dos cajas de 6 metros en la planta siderúrgica principal de ThyssenKrupp en Duisburgo, que recogerán y analizarán gases entre los que se incluyen hidrógeno, metano y nitrógeno. Esos gases se queman actualmente en la planta para generar electricidad, lo cual lleva a mayores emisiones de carbono.
Las moléculas de gas recogidas serán analizadas por científicos en el Instituto Max Planck para la Conversión de Energía Química con sede en Alemania. Su objetivo será manipularlas desde el punto de vista químico para crear metanol destinado a combustibles sintéticos y fertilizantes para la agricultura. Solo el estudio puede llevar siete años, con una operación comercial posible en 2030, según Achatz, de ThyssenKrupp. El coste final puede alcanzar 1.000 millones de euros, afirmó.
Negociación de las emisiones
Si funciona, ThyssenKrupp y sus socios podrían tomar la delantera en el mercado de las emisiones de la UE, en el que más de 12.000 compañías deben acelerar sus recortes en contaminación en la próxima década. El beneficio vendría de un programa cap-and-trade (para la negociación del límite de emisiones de carbono) que remunera a las compañías que reducen sus emisiones más rápido que otras de su sector, concediéndoles un mayor número de permisos gratuitos que pueden venderse a otros participantes.
HeildelbergCement, que comercializa materiales de construcción en Europa, Norteamérica, Asia, Australia y África, ha tenido un ventajoso comienzo en este campo.
La compañía ya emplea un tipo de escoria generada en sus altos hornos como un ingrediente del hormigón, reduciendo las emisiones de CO2 en cerca de 900 kg para cada tonelada métrica en comparación con el hormigón tradicional. El objetivo de la compañía es reducir las emisiones medias de CO2 por tonelada de hormigón en un 23%, con respecto a 1990, para finales de este año.
Covestro, la unidad de fabricación de plásticos que Bayer AG planea introducir, intenta derivar algunas de sus materias primas de CO2 comenzando el próximo año. Un nuevo proceso químico convertirá el CO2 en una pieza fundamental para los poliuretanos, reduciendo el consumo de petróleo de Covestro, que es actualmente el material que emplea.
Mientras estos esfuerzos van tomando forma lentamente, el aumento de los límites del gobierno para los contaminantes de los gases de efecto invernadero va siendo cada vez mayor.
«La industria de alto consumo energético puede contribuir de manera importante a alcanzar los objetivos de protección climática», declaró Nina Scheer, legisladora en la coalición de gobierno de la Canciller Angela Merkel. Afirmó que empresas como Volkswagen AG, que no se toman en serio el deber de reducir las emisiones «perjudican a sus propias oportunidades de mercado».