Asesinados por la nube
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¿Hay alguien en el mercado que pueda competir con Amazon en servicios en la nube?

Sí, claro, renquearán durante algún tiempo, tendrán que vender alguna cosilla, ganarán algo de dinero, acapararán algunos titulares e, incluso, puede que hasta hagan algo nuevo. Pero como gigantes tecnológicos propiamente dichos, han muerto.

Esto quedó patente de una forma absolutamente magnífica el pasado miércoles, gracias a una sucesión de eventos. Si usted no es de los que sigue el aparentemente poco interesante, enormemente lucrativo y, de hecho, tremendamente apasionante mundo de la informática empresarial (esa rama de la informática que ayuda a dirigir grandes empresas), entonces puede que no se haya enterado de nada. Pero han sido noticias de gran importancia en el mundo empresarial y, juntas, muestran hasta qué punto están muertos realmente estos gigantes.

  1. En primer lugar, Pure Storage (NYSE: PSTG), una startup de Silicon Valley que vende un nuevo tipo de hardware para almacenar grandes cantidades de datos digitales, hizo su debut en Wall Street.
  2. Más tarde, ese mismo día, The Wall Street Journal informaba de que la empresa tecnológica de renombre Dell (NASDAQ: DELL) estaba en negociaciones para comprar EMC (NYSE: EMC), otra empresa dedicada al almacenamiento mucho más antigua y mucho más grande que Pure Storage (el acuerdo se anunció el lunes por la mañana).
  3. Por último, durante un evento en Las Vegas, Amazon presentó una colección de gran envergadura de nuevos servicios informáticos en la nube que permiten manejar enormes cantidades de datos sin necesidad de configurar el propio hardware.

Puede que le parezcan demasiados datos para procesar, pero en realidad la historia es muy simple. Durante décadas, si estabas creando un negocio y necesitabas almacenar un montón de datos, EMC era tu opción número uno. Le dabas a la empresa un montón de dinero y esta te proporcionaba unas cuantas máquinas voluminosas repletas de discos duros y de algún tipo de software para almacenar datos en esos discos duros. El truco era que solo EMC proporcionaba el software necesario. Así que, cada vez que querías almacenar más datos, le dabas a EMC más dinero. Esto hizo que la empresa llegara a ser realmente rica.

Pero después, aparecieron pequeñas empresas como Pure Storage vendiendo dispositivos de almacenamiento construidos en torno a tecnología flash, una alternativa mucho más rápida que los discos duros, que te permite manejar más datos de forma más rápida y, potencialmente, por menos dinero. Pero lo que es más importante es que llegaron empresas de informática en la nube como Amazon, que te permiten almacenar datos en sus máquinas. Estas máquinas se asientan en el otro extremo de internet, pero es posible acceder a ellas desde cualquier lugar y en cualquier momento. Esto supuso que ya no era necesario comprar hardware a EMC ni a ningún otro.

Este es el subtexto de por qué EMC, en una ocasión un auténtico gigante tecnológico, se fusiona con Dell, empresa que no está precisamente en alza. De hecho, Dell sufre del mismo mal que EMC, un mal que pasó a ser tan costoso que Dell tuvo que hacerse privada. Este mal también está afectando a HP. Y a IBM, a Cisco y a Oracle.

Tal y como escribe Ashlee Vance, articulista de negocios de Bloomberg, biógrafo de Elon Musk y aficionado a la informática sin par de Silicon Valley:

«¿Por qué no se fusionan IBM, HP, EMC, Dell y Cisco y terminan ya con todo esto?».

¿Cuál es el mal? Bueno, vamos a dejar que Vance nos lo explique también. Cuando alguien le preguntó cómo debería llamarse esa fusión IBM-HP-EMC-Dell-Cisco, su respuesta fue aplastantemente descriptiva. Su sugerencia fue llamar a la supuesta nueva empresa Fucked By The Cloud (jodidos por la nube).

La nube no perdona a nadie

La nube. El término ha adquirido bastantes significados en los últimos años. Pero, tenga en cuenta que la mayoría de estos significados proceden de IBM, HP, EMC, Dell, Cisco y otras empresas que no quieren que «la nube» las siga jodiendo. La mejor forma de pensar en «la nube» es la siguiente: es la manera en la que los gigantes de internet (véase Amazon, Google y Facebook) crean sus negocios.

Estas empresas han construido negocios en internet tan ingentes (negocios que requieren cientos, miles e incluso decenas de miles de ordenadores) que llegados a cierto punto se dieron cuenta de que no podían construirlos con hardware y software de los vendedores ya afianzados.

No podían usar los equipos de almacenamiento tradicionales de EMC, no podían usar los servidores de Dell, HP o IBM, no podían usar los dispositivos de red de Cisco, ni las bases de datos de Oracle. Era demasiado caro y no podían escalar. Esta es otra palabra de moda. Significa «ayudar a un negocio online a alcanzar la dominación mundial».

Así que Amazon, Google y Facebook crearon una nueva generación de hardware y software que pudiera escalar con bastante facilidad. Construyeron sus propios servidores, sus propios sistemas de almacenamiento, sus propios dispositivos de red, sus propias bases de datos y otros programas para poder manejar información a través de este vasto hardware. Optimizaron su hardware para hacerlo menos caro y, en algunos casos, le dieron más velocidad, pasando de los discos duros a las unidades flash. Construyeron bases de datos que manejaban datos usando los subsistemas de memoria de docenas, cientos e incluso miles de máquinas, subsistemas que pueden trabajar incluso más rápido que la tecnología flash.

El juego compartido

Pero no se quedaron todo esto para ellos solos; lo compartieron. Ahora, todo lo que Amazon, Google y Facebook construyeron está fluyendo al resto del mundo. Esto es importante porque, a medida que el tiempo avanza y que internet se expande, muchas otras empresas escalarán en la misma medida que Amazon, Google y Facebook. Muchas ya lo están haciendo.

Amazon ofrece ahora su propia infraestructura para este mundo de los negocios, literalmente. En esto es en lo que se basa un servicio informático en la nube. Y Google está haciendo lo mismo. Y Facebook, más que cualquier otro, que ha dado a conocer tanto sus diseños de software como de hardware en todo el mundo, para que otros puedan crear sus propias empresas de la misma forma que ellos. A esto se le llama «código abierto».

Con ayuda de estos diseños de código abierto y el ejemplo general de los gigantes de internet, un ejército de prometedores proveedores empresariales ofrecen hardware y software que funciona de una forma muy parecida a lo que Amazon, Google y Facebook construyeron. Esto incluye no solo proveedores de almacenamiento como Pure Storage, sino fabricantes de servidores como Quanta y dispositivos de red como Cumulus Networks y Big Switch, e innumerables desarrolladores de software, como MemSQL y MongoDB, que venden bases de datos basadas en diseños de Facebook, Google y Amazon.

Por todos estos motivos es por lo que IBM, HP, EMC, Dell y Cisco están jodidos. Sí, pueden ofrecer sus propios servicios informáticos en la nube, pueden ofrecer software y hardware que funcione como el material de Facebook de código abierto y, en cierta medida, ya lo han hecho. Pero la competencia ahora está por todas partes y si van demasiado lejos con sus nuevos servicios y productos en la nube, canibalizarán sus negocios ya existentes. A esto se le llama el «dilema del innovador».

El efecto Larry Ellison

Sí, este mal ha llegado a afectar a Oracle también. El imperio Oracle está financiado por carísimas bases de datos que no escalan. La diferencia es que Oracle ha creado una fuerza de ventas que puede obligar a las empresas a comprar cualquier cosa, aunque no tenga ningún sentido a nivel económico. A esto se le llama el «puño de hierro» de Larry Ellison.

¡Ah! Y también afecta a otra honorable empresa del sector tecnológico: Microsoft. La diferencia es que Microsoft se ha introducido con más rapidez y habilidad en el mundo de la informática en la nube. Al igual que Amazon, Google y Facebook, trabaja con sus propios servicios masivos de internet, incluyendo Bing. Esto significa que la empresa también se ha visto obligada a construir su propio hardware y software de centro de datos. Y ha hecho un trabajo excepcionalmente bueno al desafiar a Amazon con sus propios servicios informáticos en la nube. A este servicio se lo conoce como Microsoft Azure.

Desde luego, Microsoft tiene otros problemas. Uno de los mayores generadores de dinero de la empresa es el sistema operativo Windows, por ejemplo, y un número relativamente pequeño de personas usan Windows en sus smartphones, tabletas y otros dispositivos del futuro. A esto se le llama «jodidos por el móvil».

¿Quién va a sobrevivir?

¿Y quién no está jodido? Bueno, Pure Storage tiene mejor aspecto que EMC. Dicho esto, su salida a bolsa no ha sido lo que diríamos un éxito. Y sigue vendiendo cosas que tienes que instalar en tu propio centro de datos. Los dispositivos de este tipo siempre tendrán cabida en el mundo, pero el futuro de la informática empresarial, como está viéndose cada vez más claro, se encuentra en los servicios informáticos en la nube. Esto significa que el futuro está en Amazon.

Amazon es, de lejos, la mayor empresa del mundo de informática en la nube. Numerosas empresas y programadores ejecutan software y almacenan datos en sus servicios en la nube. Y, la semana pasada, la empresa siguió con sus esfuerzos por llevar este modelo aún más lejos, para ofrecer no solo potencia de procesamiento bruta y almacenamiento en bruto, sino también sus propias bases de datos y herramientas de análisis de datos, así como otros servicios de software. Si utilizas Amazon, no necesitas servidores ni otro hardware de Dell, HP, EMC o Cisco, y no necesitas bases de datos de Oracle ni IBM.

Por suerte, Amazon tiene algo de competencia en la esfera de la informática en la nube, representada por Google y Microsoft. Los demás son unos segundones. HP, Oracle, IBM y todos los demás se limitarán a imitar a Amazon. Pero están muy por detrás y llevan demasiado equipaje a las espaldas como para ponerse al día. Pero Google y Microsoft sí pueden plantarle cara a Amazon. De hecho, Microsoft le lleva bastante delantera a Google. Así que, a corto plazo, nos decantamos por «jodido por el móvil».

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