EE. UU. corta el efectivo a Irak por miedo al EI
Kieran/Reuters
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3 de Noviembre de 2015

¿Cómo llega el dinero estadounidense a las cuentas del Estado Islámico y por qué EE. UU. ha decidido empezar a tomar medidas ahora?

Agentes de la Reserva Federal (Fed) y del Tesoro estadounidenses estaban preocupados porque los dólares terminasen en bancos iraníes sancionados y que posiblemente llegasen a manos de militantes del Estado Islámico. La Fed y el Departamento del Tesoro cortaron temporalmente el flujo de miles de millones al banco central iraquí este verano debido a un aumento de la preocupación de que el dinero estuviese acabando en bancos iraníes y que posiblemente fuera canalizado a los militantes del Estado Islámico, según agentes estadounidenses e iraquíes y otras personas relacionadas con este asunto.

El paso, del que no se había informado previamente, para frenar las transferencias de fondos llevó al sistema financiero iraquí al borde de la crisis y marcó un momento culminante en los esfuerzos de desviar los dólares a enemigos de los Estados Unidos.

La situación arroja luz sobre una faceta importante de la larga batalla de EE. UU. contra el terrorismo: mientras que las autoridades militares se preocupan porque las armas estadounidenses no lleguen a los enemigos, los agentes financieros se encuentran inmersos en una caza mundial para mantener los dólares alejados de las manos de adversarios que pudieran usarlos para financiar sus actividades.

Después de que las autoridades iraquíes acordaran este verano establecer controles más férreos sobre la distribución de dólares estadounidenses por parte del banco central iraquí, los dólares vuelven a fluir y con mejores perspectivas, según las autoridades estadounidenses e iraquíes y personas relacionadas con el asunto.

Aun así, la expansión del Estado Islámico dispara las alarmas entre las autoridades estadounidenses sobre la posibilidad de que las transferencias de dinero pudieran estar siendo explotadas por terroristas. El grupo extremista suní controla alrededor de un tercio del país roto por la guerra, incluyendo la segunda ciudad más grande, Mosul, y ya está bien financiada por recaudaciones tributarias, ventas de petróleo y una serie de diferentes actividades.

El ministro de Finanzas Hoshyar Zebari ha dicho que las autoridades iraquíes han tomado una serie de medidas para luchar contra los flujos de dinero ilícitos al Estado Islámico, pero mantener la moneda fuerte dentro del país es un problema muy difícil debido a la corrupción y a la economía basada en efectivo.

El problema se remonta al pasado diciembre, cuando las autoridades de la Fed y del Tesoro convocaron una reunión secreta en una sala de conferencias de un hotel de Estambul con autoridades iraquíes. Los estadounidenses se alarmaron por el creciente volumen de dólares que se transferían a Irak y la falta de claridad con respecto a dónde terminaba ese efectivo, han dicho las fuentes.

Desde que EE. UU. derrocase a Sadam Hussein y ayudase a establecer el Banco Central de Irak en 2004, el dólar se ha convertido mayoritariamente en la moneda principal del país puesto que tanta parte de la economía se lleva a cabo en efectivo. Cuando Irak necesita más papel moneda, el dinero se retira de la cuenta del país en el Fed, financiada en gran parte por reservas de petróleo, y entra en Bagdad.

Las cantidades han estado aumentando. En 2014, el flujo de efectivo anual de dólares estadounidenses del Banco de la Reserva Federal de Nueva York a Irak fue de 13.660 millones de dólares, más del triple que en 2012, en el que la cantidad fue de 3.850 millones, según los datos recopilados por el parlamento iraquí y revisados por The Wall Street Journal.

Ese pico no encaja con la débil economía iraquí de los últimos tiempos y, como consecuencia, las autoridades estadounidenses sospecharon que los dólares estaban acumulándose en vez de circulando.

Es difícil saberlo a ciencia cierta. Hasta hace poco, las autoridades de Nueva York que supervisaban los flujos de dinero recibían solo informes mensuales desiguales en árabe e inglés en una mezcla de hojas de Excel, documentos digitales sin posibilidad de búsqueda y algunos informes difíciles de copiar, entre los que se incluían notas manuscritas, según las autoridades estadounidenses y personas implicadas en el proceso.

En la reunión de Estambul, las autoridades estadounidenses insistieron en realizar controles más férreos y en compartir la información respecto a cómo se distribuían los dólares a empresas financieras en Irak, según las autoridades estadounidenses e iraquíes. Las autoridades del banco central iraquí comenzaron a compartir más información en enero.

El sistema de distribución de dólares dentro de Irak funciona de la siguiente manera: Los bancos centrales extranjeros poseen dólares y pueden apelar a la Fed para distribución por monedas. Los billetes de 100 dólares se envían a Bagdad después de dejar una instalación de la Fed en East Rutherford, Nueva Jersey. En Bagdad, las facturas se llevan al banco central iraquó, donde se venden en subastas diarias en las que las empresas financieras iraquíes solicitan dólares que pagan por utilizar dinares, la moneda del país.

Al principio, las preocupaciones estadounidenses se centraban en las 2.000 empresas financieras aproximadamente, llamadas casas de intercambio y que participan activamente en estas subastas.

Las autoridades estadounidenses creen que muchas de estas empresas iraquíes tienen lazos con el Estado Islámico y se muestran muy preocupadas porque estas casas de subasta sean utilizadas como conductos de dólares para el grupo, comentó un agente estadounidense y una fuente relacionada con el asunto. Aunque inevitablemente EE. UU. pierde el control en algún momento sobre los dólares que envía al extranjero, la Fed prohíbe enviar efectivo a entidades que sabe que lo distribuirán a enemigos estadounidenses.

«La Reserva Federal busca satisfacer la necesidad de otros países de tener acceso a sus depósitos de dólares en forma de billetes estadounidenses para propósitos legítimos», ha dicho un portavoz de la Fed. «Una serie de bancos centrales de todo el mundo, incluyendo el Banco Central de Irak, tiene cuentas en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York y en ocasiones retiran dinero de sus cuentas. Para proporcionar este servicio, el Banco de la Reserva trabaja mano a mano con el Departamento del Tesoro para asegurar que los bancos centrales cumplen con las leyes que prohíben transacciones con regímenes extranjeros sancionados, terroristas y narcotraficantes internacionales. En respuesta a las solicitudes de moneda superiores a lo habitual y a la evolución de la situación de seguridad, la Reserva Federal aumentó el seguimiento y los controles de envíos de moneda a Irak. Los envíos de divisas se suspendieron este año durante un tiempo, cuando el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal trabajaban con el Banco Central de Irak para intensificar los controles que se llevaban a cabo en este último.

Algunos agentes iraquíes mostraron la misma preocupación en esa época y también afirmaron que la corrupción y los sobornos eran un problema desde hacía años y cuestionaron por qué solo recientemente las autoridades estadounidenses habían considerado el asunto de la moneda como algo urgente que debía afrontarse. Los agentes estadounidenses dijeron que la situación en Irak había evolucionado en los últimos años y le habían prestado más atención a medida que la demanda de dólares aumentaba.

En torno a junio, los agentes iraquíes que trabajaban en el marco del acuerdo mejorado de intercambio de información, informaron a sus colegas estadounidenses de que tres bancos iraníes sancionados - el Banco Islámico de Cooperación Regional, el Banco Melli y el Banco Persa- habían obtenido al menos millones de dólares a través de la subasta. Al igual que otros bancos iraníes, estos estaban operando bajo sanciones internacionales y para la Fed era ilegal enviarles dólares conscientemente.

Los agentes estadounidenses en esa época estaban preocupados porque el Estado Islámico hubiese tenido acceso a los dólares a través de subastas, según afirman los agentes estadounidenses y personas relacionadas con el asunto. Los agentes iraquíes están convencidos de que el dinero ha ido a parar al Estado Islámico a través de estas subastas.

Las casas de intercambio en Kirkuk, ciudad en el norte del país y controlada por los kurdos - fuera del control del Estado Islámico pero cercana al frente de batalla extremista - se encuentran entre las entidades que más permiten los flujos de dólares hacia el territorio controlado por el Estado Islámico y hacia los militantes del Estado Islámico, según han dicho agentes iraquíes. Además, el Estado Islámico robó en 2014 unos 100 millones de dólares de una cámara acorazada del Banco Central de Irak en Mosul, ha dicho una fuente con información sobre el robo.

Basándose en la nueva información, los agentes estadounidenses enviaron, en torno a julio, una demanda por escrito a los agentes iraquíes para que los bancos iraníes fueran apartados y transmitieron por separado a los agentes iraquíes que la Fed no aprobaría solicitudes de efectivo hasta que la situación general mejorase.

La decisión fue tomada justo cuando el banco central iraquí estaba quedándose sin liquidez. Muchos iraquíes entraron en pánico después de que se denegasen grandes solicitudes de retirada de fondos y que el tipo de cambio fluctuase mucho más de lo habitual. El gobernador del banco central iraquí no respondió a las peticiones para que realizara comentarios.

En julio, diversos agentes estadounidenses, entre los que se encontraba Daniel Glase, secretario asistente de financiación terrorista en la Oficina de Terrorismo y de Inteligencia Financiera, volaron a Bagdad para discutir las posibles soluciones. En una reunión en un comedor de la Embajada de EE. UU., los agentes iraquíes, entre los que se encontraba el gobernador del banco central iraquí, Ali Allaq, aceptaron pasar montones de datos a la Fed, que también los comparte con las agencias de inteligencia estadounidenses. Más adelante contrataron a la consultora estadounidense Ernst & Young para supervisar las subastas.

El 6 de agosto, justo días antes de que el banco central iraquí anunciase que se quedaría sin dólares, la Fed y la Fed de Nueva York enviaron casi 500 millones de dólares. Ha seguido enviando muchos más en las semanas posteriores.

«Desde una perspectiva antiterrorista, no nos interesa que haya una crisis económica en Irak por falta de dólares», dijo Glaser en una entrevista.

El asunto no está totalmente resuelto. El 2 de octubre el Tesoro celebró una reunión clasificada en Washington sobre las casas de intercambio iraquíes que pudiesen tener conexiones con el Estado Islámico, según personas cercanas a esa reunión.

Un par de esas casas de intercambio son propiedad de iraquíes con conexiones políticas y los agentes estadounidenses discutieron acerca de cómo sería mejor persuadir a otras autoridades iraquíes para que concluyesen esas relaciones, ha contado una de estas personas.

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