¿Cómo una pequeña ciudad en un pequeño país situado entre Alemania, los Países Bajos, Francia y Luxemburgo se ha convertido en la capital yihadista de Europa?
La capital de Bélgica pasó a ser de nuevo el centro de atención cuando dos de los ocho terroristas que asolaron París el viernes fueron identificados como residentes de Bruselas. Los fiscales también han revelado que dos de los coches usados por los atacantes en París eran coches alquilados en Bruselas; uno fue encontrado cerca de la sala de conciertos Bataclan, mientras que el otro se encontraba cerca de un cementerio de París. Este es el quinto incidente terrorista que se ha relacionado con Bélgica en los últimos 18 meses.
Se trata del país de Europa del que salen más yihadistas, ya que cuenta con el mayor número de combatientes extranjeros por habitante que luchan por el EI en Irak y Siria.
Policías armados irrumpieron en el suburbio de Bruselas de Molenbeek el domingo y el lunes, arrestando a siete personas que se cree que están relacionadas con los ataques de París. La atención de todos se ha vuelto a esta zona densamente poblada con una gran población musulmana.
Cuando las autoridades investigaron el asesinato del líder antitalibán Ahmed Shah Massoud en 2001, los atentados de 2004 en Madrid, el tiroteo en el Museo Judío el año pasado en Bruselas, y el ataque del tren Ámsterdam-París a finales de agosto, las líneas de investigación llevaron a Molenbeek. Esto ha llevado a algunos a describir el barrio como el «centro yihadista de Europa».
El primer ministro belga Charles Michel dijo en la televisión belga el domingo por la mañana:
«Me doy cuenta de que siempre hay un vínculo con Molenbeek. Esto es un gran problema».
El alcalde de Molenbeek (con una población de 90.000 habitantes) ha calificado a su distrito de «caldo de cultivo para la violencia» y resulta fácil ver por qué. La tasa de desempleo es del 30%, el triple de la media nacional, y se cree que el desempleo juvenil es de alrededor del 40%. Algunos sugieren que la pobreza, el hacinamiento, así como el fracaso del gobierno para integrar a los inmigrantes ha creado un caldo de cultivo para el yihadismo.
En los últimos años, el barrio ha estado en el centro de un próspero mercado negro, donde un arma de gran potencia puede ser comprada en un tiempo récord.
«Con 500-1.000 euros se puede conseguir un arma militar en media hora», dijo a Reuters Bilal Benyaich, investigador en la difusión del Islam radical en Bélgica. Benyaich compara Bruselas con una importante ciudad de EE. UU. rodeada por una Europa libre de armas.
Mientras que los residentes de Molenbeek dicen que su reputación se ha exagerado mucho, resulta difícil conocer el verdadero alcance de la radicalización en el barrio debido a la política fragmentada de Bélgica.
El país está dividido por los francófonos y los flamencos; solo en Bruselas hay seis departamentos de policía y 19 alcaldes, lo que dificulta los intentos de tener un enfoque unido para prevenir el contrabando de armas y frustrar los planes terroristas.