10 lecciones de Ernest Hemingway
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Por qué estar de pie en vez de sentarse y otras lecciones de la vida.

La maestría de la prosa escasa pero convincente de Ernest Hemingway es un tesoro de la literatura norteamericana; su técnica, considerada la «teoría del iceberg», sacaba a la superficie únicamente los hechos inmediatos y dejaba el simbolismo y los detalles fuera de la vista. Cuando optimizamos nuestro enfoque al trabajo y la vida, recurrimos al maestro por un poco de inspiración.

1. Mantente alerta

«Nunca te sientes en una mesa cuando puedas estar de pie».

Estar de pie te mantiene en un estado de preparación para hacer conexiones, observaciones o incluso una rápida retirada, en el caso de que fuera necesario.

2. Sé selectivo

«Nunca hagas viajes con alguien a quien no amas».

Ya vayas a elegir compañeros de viaje o compañeros de trabajo, rodéate de personas que saquen lo mejor de ti. Nada afecta más a la productividad que una conversación forzada.

3. Siempre empieza a lápiz

«Gastar siete lápices del número dos es un buen día de trabajo».

Hemingway a menudo se mostraba poético sobre la importancia de la escritura en lápiz, llegando incluso a medir su productividad en utensilios desgastados frente a las palabras que tenía en la página. La práctica es al menos tan importante como el producto, de modo que si estás dibujando o garabateando, considera la goma de borrar como tu libertador creativo.

4. Cíñete a los hechos

«Si empezara a escribir elaboradamente, o como alguien presentando algo, me daría cuenta de que podría cortar esa decoración adicional y tirarla a la basura y empezar con la primera verdadera oración simple declarativa que haya escrito».

Fingir conocimiento o la elaboración innecesaria de los hechos solo crea trabajo extra para todos los involucrados. En las comunicaciones personales y profesionales, simplemente cíñete a la simple verdad, esto te liberará.

5. Nunca dejes de trabajar

«Todos somos aprendices en un arte donde nunca nadie se convierte en maestro».

Cualquier trabajo digno de hacer nunca se acaba verdaderamente. Siempre hay espacio para mejorar, por lo que deja de centrarte en el destino y empieza a disfrutar del viaje.

6. Sé honesto contigo mismo

«No deberías escribir si no sabes hacerlo».

La vida es demasiado corta para la negación. Encuentra tu talento natural y utilízalo.

7. Escribe lo que sabes

«En esa habitación decidí que me gustaría escribir una historia sobre cada una de las cosas que ya sabía. Siempre que escribía intentaba hacerlo, y era una buena disciplina».

O di lo que sabes. O haz lo que sabes. Ya estés escribiendo una novela o tratando de construir un proceso desde el principio, las ideas brillantes no aparecen de la nada; están inspiradas en la experiencia real.

8. No te dejes paralizar por el miedo

«El primer borrador de todo es una mierda».

Perdona la franqueza de Hemingway, pero tiene razón: Es mejor empezar que al principio no parece muy bueno que no empezar nada. En lugar de posponer las cosas hasta que tengas un «plan», intenta abordar tu próximo proyecto de inmediato, incluso si no tienes ni idea de cómo va a acabar.

9. Presta atención

«Cuando la gente habla, escucha. La mayoría de la gente nunca escucha».

Te sorprenderás de cuánto tiempo se puede perder volviendo a discutir las cosas -conversaciones, procesos, proyectos - que estaban claros desde el principio. Lleva a cabo nuevos retos con los ojos, oídos y la mente abiertos y verás toda la ventaja que sacas.

10. Lo creas o no, es mejor escribir sobrio

«Mi sistema consistía en nunca beber después de la cena, ni antes de escribir ni mientras estaba escribiendo».

Esta es una idea convincente opuesta al edicto «escribe borracho, edita sobrio» a menudo atribuido a Hemingway, cuya validez no está clara en el mejor de los casos. Ningún hombre conocido por tal precisión sintáctica podría haber escrito esas cosas bebido. Él disfrutaba de una copa, pero solo en el momento y lugar adecuados.

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