China llega a Oriente Medio
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¿Por qué está Xi haciendo una gira por los países árabes?

Desde que asumió el control como líder de China en 2012, Xi Jinping ha sido un trotamundos ocupado. El año pasado visitó más países que Barack Obama. Sin hacer caso de si sus anfitriones son poderosos, insignificantes o inferiores, ha viajado a lugares que van desde EE. UU. hasta las Maldivas y Zimbabwe.

El objetivo de Xi es proyectar el creciente poder de China, y su papel central a la hora de promocionarlo, tanto de cara al público extranjero como nacional.

No obstante, hasta esta semana no había pisado Oriente Medio como presidente.

El viaje se inició en Arabia Saudí (cuyo rey, Salman bin Abdul Aziz, se muestra en la imagen con Xi) y también incluirá visitas a Egipto e Irán. Era algo que tenía en mente hacer desde hace mucho tiempo. Ningún presidente chino ha realizado una gira por la región desde 2009, ya que les preocupaba verse envueltos en las disputas irresolubles de la región.

China tiene una gran participación en Oriente Medio. Es el mayor importador de petróleo del mundo y obtiene más de la mitad de su crudo de la región. Es el principal socio comercial de muchos países de Oriente Medio, incluidos los tres en el itinerario de Xi.

La tan cacareada «nueva ruta de la seda» de Xi, cuyo objetivo es vincular China y Europa con la ayuda de infraestructura financiada por China, atravesaría Oriente Medio. Empresas chinas ya están construyendo autopistas y puertos en la región.

La gira de Xi llega en un momento complicado. Las relaciones entre Arabia Saudí e Irán se muestran especialmente tensas después de que Arabia Saudí ejecutara a un clérigo chiíta a principios de este mes y los iraníes respondieran con el asalto a la embajada saudí en Teherán. Sin embargo, el levantamiento de las sanciones occidentales contra Irán el 16 de enero permitió a Xi mostrar su imparcialidad con la visita a ambos países, sin perturbar a las potencias occidentales.

China llega a Oriente Medio
Xi Jinping en Egipto. Foto: AP/Ahmed Omar

A Xi, al igual que sus predecesores, le gusta presentar a China como un campeón que no interfiere en los procesos de paz (Xinhua, la agencia de noticias estatal de China, dijo esta semana que «las entrometedoras manos» de Occidente eran «más un veneno mortal que una poción mágica» en Oriente Medio). Xi no está dispuesto a desempeñar un papel central como pacificador. El «primer documento de China sobre política en la región árabe», publicado el 13 de enero, es muy general. Habla de «construir un nuevo tipo de relaciones internacionales», pero carece de ideas nuevas.

La estrategia de China en relación a Oriente Medio tiene un parecido sorprendente con su método para hacer frente a la disidencia en el país. Zhang Ming, viceministro de Relaciones Exteriores, dijo esta semana que el desarrollo económico era la «mejor manera de salir» del conflicto en la región.

Al ampliar sus vínculos comerciales y de inversión con Oriente Medio, China espera que el descontento y los conflictos vayan poco a poco desapareciendo. Está intentando aplicar un enfoque similar (sin éxito) en Xinjiang, una provincia en el oeste de China, con una gran población musulmana.

Como es el segundo líder extranjero en visitar Irán desde el levantamiento de las sanciones (Nawaz Sharif, el primer ministro de Pakistán, se le adelantó), Xi espera recibir ofertas lucrativas.

A largo plazo, a China le puede resultar difícil mantenerse neutral. Hasta cierto punto, ya lo ha hecho en Siria: ha mantenido conversaciones con representantes tanto del gobierno sirio como de la oposición, pero vetando las resoluciones de la ONU sobre la intervención ha mostrado su inclinación por el gobierno.La presencia de un número creciente de ciudadanos chinos en Oriente Medio puede suponer un problema para la postura no intervencionista de China.

Después de que un chino fuera ejecutado por el Estado Islámico en noviembre, China se comprometió a reforzar la protección de los chinos en el extranjero. Sus nuevas reglas de la diplomacia de Oriente Medio podrían terminar pareciéndose a la intromisión occidental.

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