El país, conocido por sus bancos, podría acabar con el sistema bancario que conocemos en la actualidad.
Iniciativa suiza Voll Geld (apoyo total)
Puedo prácticamente garantizarle que la mayor historia que la prensa tradicional no está cubriendo en la actualidad es que Suiza celebrará un referéndum a lo largo de este año para considerar poner fin a la banca de reserva fraccional.
Sí, ha leído bien. Se votará sobre la conveniencia de reconstruir el modelo bancario que ha existido durante siglos. Estos son algunos de los datos:
- La legislación suiza requiere realizar un referéndum popular para cualquier petición que recibe al menos 100.000 firmas verificadas, tal y como afirma la Cancillería Federal suiza.
- El 24 de diciembre de 2015, la Cancillería Federal confirmó a finanzen.ch que había recibido 110,955 firmas válidas para una petición para poner fin a la banca de reserva fraccional.
- Esto se conoce oficialmente como la Vollgeld o «apoyo total».
- La fecha de la votación aún no se ha establecido, pero se llevará a cabo después del referéndum del próximo mes, que ya tiene fecha confirmada. Esto significa que la votación tendrá lugar en una de las siguientes fechas: 5 de junio, 25 de septiembre o 27 de noviembre.
En el corazón de la Gran Depresión
¿Cómo se llegó a esta situación? La respuesta está en la historia y más específicamente en la profesión económica de la Gran Depresión. El 16 de marzo de 1933, un grupo de economistas fraguó una idea conocida como el «Plan de Chicago». El líder de estos economistas fue uno de los abuelos de la profesión, Irving Fisher. Su obsesión era identificar las causas de la Gran Depresión y del ciclo económico. Entre los culpables que identificaron estaba la banca de reserva fraccional.
En la banca de reserva fraccional los bancos mantienen solo una pequeña parte de los depósitos que reciben, por lo que tienen libertad para prestar el resto. La relación más normal sería de 10: 1 préstamos/reservas. Lo que esto significa es que los bancos comerciales comparten la responsabilidad de crear dinero en la economía con los bancos centrales y que el crédito y las funciones monetarias de la banca están íntimamente relacionados.
Sin embargo, los bancos comerciales tienen un apetito variable y volátil para la creación de dinero. Los economistas del Plan de Chicago pensaron que el ciclo económico estaba directamente relacionado con estos apetitos, y las recesiones (y la Gran Depresión) serían algunas de las consecuencias. ¿La solución? Una proporción de 1: 1 préstamos/reservas, por lo que cada dólar prestado estaría respaldado por un dólar en depósitos. A pesar de generar un gran interés en aquella época, el plan cayó en el olvido. Volvió a cobrar importancia varios años después, a raíz de la recesión que tuvo lugar en EE. UU. entre 1937-1938, y después volvió a desaparecer de la historia.
Revisión del Plan de Chicago
A raíz de la Gran Recesión, muchos empezaron a reconsiderar el Plan de Chicago. La mayor reconsideración tuvo lugar después de que Jaromir Benes y Michael Kumhof, dos economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI), publicaron un artículo titulado «Revisión del Plan de Chicago» en agosto de 2012. Benes y Kumhof no solo revisaron el Plan de Chicago, sino que lo probaron con modelos econométricos modernos de la economía. Antes de hablar de los resultados de su revisión, planteamos la siguiente pregunta: ¿Cuáles fueron las ventajas del Plan de Chicago original tal y como lo estableció Fisher en 1936?
- Mayor control de una de las principales fuentes de las fluctuaciones del ciclo económico, entre las que se incluían la expansión impredecible y la contracción del crédito de los bancos y, como consecuencia de ello, del dinero creado por los bancos.
- La eliminación completa de las corridas bancarias.
- Una reducción considerable (o total) de la deuda pública neta.
- Una reducción drástica de la deuda privada, ya la creación de dinero ya no está ligada a la creación de la deuda.
Estos son argumentos sin duda interesantes y, si tiene ciertos conocimientos sobre el sistema financiero, entonces sabrá que el Plan de Chicago no es más que un replanteamiento radical y una reconstrucción del sistema financiero global. Pero, ¿funcionará? Según Benes y Kumhof, la respuesta es un asombroso e inequívoco «Sí»:
«Nos encontramos con un fuerte apoyo para las cuatro peticiones de Fisher, con la posibilidad de ciclos económicos mucho más suaves, sin posibilidad de corridas bancarias, una gran reducción de los niveles de deuda en toda la economía, y una sustitución de esa deuda por deuda gratuita emitida por el gobierno. Además, ninguna de estas ventajas limitan las funciones principales de utilidad de un sistema financiero privado. Con el Plan de Chicago las instituciones financieras privadas seguirían desempeñando un papel clave a la hora de aportar un sistema de pagos moderno, lo que facilita la asignación eficiente del capital para usos más productivos y facilita la moderación intertemporal de hogares y empresas. El crédito, especialmente el crédito de utilidad social que apoya la actividad de inversión física real, seguiría existiendo. Lo que dejaría de existir sería la proliferación de crédito creado, por iniciativa casi exclusiva de las instituciones privadas, con el único propósito de generar una oferta monetaria adecuada que pueda ser fácilmente creada sin deudas».
Islandia toma el relevo
El 20 de marzo de 2015, Islandia publicó los resultados de un estudio intensivo que exploró la viabilidad de poner fin a la banca de reserva fraccional. El informe, encargado por el primer ministro, se titula «Reforma Monetaria: un mejor sistema monetario para Islandia». En palabras del autor, Frosti Sigurjonsson:
«[El informe] propone una solución estructural radical a los problemas a los que nos enfrentamos. La viabilidad y ventajas de esa solución específica deben ser objeto de debate. Pero cualesquiera que sean las políticas precisas perseguidas, deben estar basadas en la filosofía que propone el informe, es decir, la creación de dinero es algo demasiado importante como para dejarlo únicamente en manos de los banqueros».