10 $ por barril es lo que propone Obama
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5 de Febrero de 2016

Obama propone introducir un impuesto al petróleo de 10 dólares por barril para financiar un transporte más limpio. Explicamos lo que esto significa y por qué es importante.

Este es el último año de la presidencia de Obama. El congreso, en cualquier caso, no se perderá ninguna de sus propuestas.

Obama ha invitado al Congreso a introducir progresivamente un impuesto sobre el petróleo de 10 dólares por barril a lo largo de la próxima década para financiar inversiones de 300 millones de dólares en «transporte ecológico». Esto permitiría modernizar el transporte público, desarrollar trenes de alta velocidad, vehículos no tripulados y así sucesivamente.

Al menos en un futuro previsible nada de esto se llevará a cabo en el Congreso: los republicanos de la Cámara de Representantes han prometido bloquear la propuesta, por lo que todas las discusiones son por ahora teóricas. Sin embargo, esto es lo que necesita saber.

1. No existe una diferencia significativa entre el impuesto al petróleo y el impuesto a la gasolina.

El impuesto al petróleo puede parecer más razonable. La Casa Blanca sostiene que «lo pagarán las compañías petroleras». Sin embargo, los costes probablemente recaigan sobre los consumidores. El aumento de los precios del petróleo en 10 dólares por barril causará un aumento en los precios de la gasolina de alrededor de 0,63 dólares por litro.

2. Sin embargo, hay algunos matices.

El impuesto a la gasolina afecta principalmente a los conductores. Un impuesto amplio sobre el petróleo afectaría al transporte aéreo, a la calefacción del hogar y a otras industrias. Al mismo tiempo en EE. UU. ya tienen un impuesto federal para la gasolina, por lo que sería más sencillo elevarlo.

3. Si el impuesto realmente se aplicara, sería difícil elegir el mejor momento.

El precio del petróleo se ha derrumbado, y no había bajado de los 30 dólares desde 2004. El impuesto supondría un aumento a 40 dólares, lo que sigue siendo un precio muy bajo en comparación con el de noviembre del año pasado.

4. Cualquier impuesto sobre el petróleo empeoraría la situación para las compañías petroleras de EE. UU.

Ya han sentido las consecuencias de la caída de los precios, y han despedido a trabajadores. Por lo tanto, sería de esperar mucha resistencia a este impuesto por parte de la industria, y esta es una de las principales razones por las que el Congreso no parece tener ninguna posibilidad.

5. La mayor parte de la propuesta de presupuesto de Obama se basa en un proyecto de «sistema de transporte respetuoso del medio ambiente del siglo XXI».

En general, en los últimos 50 años la política de EE. UU. en el ámbito del transporte se ha centrado en gran medida en la financiación y construcción de nuevas carreteras y autopistas. Solo una pequeña proporción de los fondos asignados se han asignado al transporte público. Esta tendencia a construir, construir y construir ha hecho que cada vez más gente utilice el coche, que crezca el consumo de combustible y por lo tanto, de las emisiones de dióxido de carbono.

La Casa Blanca quiere destruir este modelo y en su lugar dedicar una parte de los fondos federales al transporte de pasajeros y al transporte ferroviario.

6. Este proyecto puede ser considerado como parte de un programa más amplio de Obama para combatir el cambio climático.

La administración ya ha introducido medidas para luchar contra las emisiones de dióxido de carbono en el sector eléctrico con la ayuda del plan de «energía limpia» y otros programas de la Agencia de protección ambiental.

Sin embargo, la electricidad supone solo un 38% de las emisiones totales. El transporte proporciona otro 32%, y tal vez sea en este sector en el que haya que trabajar más, porque no existe un sustituto simple para el coche con gasolina.

Hasta el momento, la estrategia de Obama para combatir el cambio climático del transporte se basa principalmente en la Ley sobre el consumo medio de combustible de los coches producidos por las empresas (CAFE), que están diseñados para mejorar la eficiencia de combustible en automóviles y camiones. El nuevo plan del presidente sobre el transporte limpio habría supuesto cambios más radicales.

Probablemente, lo que se necesita es un enfoque integral si lo que realmente quieren es reducir las emisiones en el sector del transporte. También habría que introducir cambios en el uso del terreno urbanizable, lo que permitiría a la gente vivir más cerca y conducir menos. Del mismo modo, habría que destinar más fondos a la investigación y desarrollo para crear nuevos medios de transporte que sean más respetuosos con el medio ambiente e infraestructura para facilitar una mayor difusión de los vehículos eléctricos.

Este año la propuesta de Obama no será aceptada. No obstante, si los que compongan el próximo Congreso tienen en interés en cuidar del medio ambiente, quizás deban reflexionar sobre algunas de estas ideas.

Fuente: Vox

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