Felipe, de 48 años, accedió al trono en junio de 2014 después de que su padre abdicase tras una serie de vergonzosos episodios.
Ahora afronta su mayor prueba tras unas elecciones parlamentarias que han arrojado el resultado más fragmentado en décadas, dejando al país sin un Gobierno mayoritario a la vista y colocando al monarca en el papel de intermediario entre los partidos políticos.
Al mismo tiempo, su hermana Cristina afronta un juicio en el que está acusada de dos cargos como supuesta cooperadora necesaria en fraude fiscal, la primera vez que un miembro de la familia real se sienta en el banquillo.
Los nuevos intentos del rey para trazar una línea frente a los escándalos familiares y modernizar la institución han restablecido parte de su popularidad, pero no parece que el público que acudió al teatro en un barrio conocido por sus raíces de izquierda le tenga en alta estima. Otros españoles pueden haber aplaudido la imagen más fresca y sobria de la monarquía en los 18 meses en los que Felipe ha reinado.
Un sondeo en junio de 2015 mostró un apoyo del 61,5% al sistema de monarquía parlamentaria, más que en la cima de la popularidad de Juan Carlos. Felipe también ha logrado recuperar el prestigio personal que una vez tuvo su padre, con tasas de aprobación de casi el 75%.
Un riesgo real
El dividido resultado de las elecciones de diciembre, en las que el gobernante Partido Popular ganó pero se situó lejos de alcanzar la mayoría absoluta de la que disfrutaba antes, supuso un rechazo de la vieja guardia que ha gobernado España en la últimas cuatro décadas.
Como otros monarcas de Europa, Felipe no tiene poder real para tomar decisiones políticas, aunque da luz verde a las negociaciones entre partidos en un país con poca tradición de coaliciones en el poder.
Cualquier señal de que se excede en sus funciones sería arriesgado. Aunque el rey ha pedido formar gobierno al socialista Pedro Sánchez, que lidera el segundo partido más votado, las posibilidades de que no lo logre son altas, lo que podría desencadenar nuevos comicios.