El futuro político de la canciller alemana - en manos de Putin y Erdogan, según dice un columnista de BloombergView.
Últimamente la jefa de facto de la Unión Europea ha tenido que negociar el futuro de la región con los líderes autocráticos de dos grandes potencias vecinas de Europa: primero Rusia y ahora Turquía, cada vez más a su merced.
Merkel fue durante mucho tiempo la mediadora de la Unión Europea con el presidente Vladimir Putin y también durante un tiempo con EE. UU. durante la crisis de Ucrania, aunque dejó de hacerlo. Se dio cuenta de que Putin le estaba mintiendo y de que la consideraba como una oponente débil. Se centró entonces en la unificación de la UE en torno a una política de aislamiento a Putin y su régimen a través de sanciones.
La situación con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, es un poco diferente. A diferencia de Rusia, Turquía es al menos nominalmente un candidato para entrar a la UE y, al contrario de lo que ocurre con Putin en Ucrania, existe un acuerdo que se tendrá que formalizar con Erdogan sobre los refugiados. Aún así, Turquía está jugando al estilo Putin para conseguir lo que quiere.
Las actas de las negociaciones de octubre entre Erdogan y los dos presidentes de las instituciones de la Unión Europea, Donald Tusk, y Jean-Claude Juncker, se filtraron el lunes en la página web griega euro2day.gr.
Tusk encarrila el asunto diciendo que el acuerdo es que la UE dará a Turquía 3 mil millones de euros en dos años a cambio de una reducción del flujo de refugiados hacia la UE, pero que ahora ha escuchado que Turquía quiere 3 mil millones por año.
Erdogan preguntó si la propuesta sería de 3 mil millones o 6 mil millones. Cuando Juncker confirmó que se trataba de 3 mil millones, Erdogan dijo que Turquía no necesitaba el dinero de la UE de todos modos. Si hablaban de 3 mil millones en dos años, entonces no había necesidad de discutir más. Grecia obtuvo más de 400 mil millones de euros durante la crisis del euro.
Cuando Tusk señala que el plan de rescate griego no era solo para Grecia, sino para toda la zona euro, Erdogan le interrumpe para decir que este acuerdo tiene como objetivo mantener el espacio Schengen de libertad a la hora de viajar.
Entonces. ¿cómo se puede tratar el tema de los refugiados sin acuerdo? ¿Hay que matar a los refugiados?
Tusk dice que la UE podría intentar parecer menos atractiva para los refugiados, pero esa no es la solución que queremos.
Erdogan dice que la UE tendrá que lidiar con más muertes de niños en las costas de Turquía, entre 10.000 o 15.000. ¿Cómo va a lidiar con eso?
Luego se pelearon por un informe anual y poco favorecedor sobre Turquía, cuya publicación retrasaron los líderes de la UE hasta después de las elecciones de noviembre para facilitar el acuerdo de refugiados. Erdogan rechaza el informe y lo considera irrelevante para el éxito de su partido en la votación y en cualquier caso, un insulto. Llegado este momento Juncker pregunta por qué Erdogan pidió el retraso en la publicación, si ese fuera el caso. El tono de la conversación va aumentando.
Erdogan afirma que la UE se ha «burlado» de Turquía durante 53 años, primero por no dejarle optar a ser miembro. Juncker señala que durante todo ese tiempo hubo un periodo en el que Turquía no era una democracia, lo que significa que no era elegible.
Erdogan dice que tampoco lo eran Alemania y el Reino Unido, lo que llevó a una gran guerra. Tampoco Grecia, Portugal, España, etc. Y Juncker no debería comparar Turquía con Luxemburgo. «Luxemburgo es como una ciudad en Turquía».
Juncker se queja y dice lo siguiente: «Le hemos tratado como un príncipe en Bruselas».
¿Como un príncipe? Por supuesto. No represento a un país del tercer mundo. Yo habría hecho lo mismo. Pero no me lo echen en cara. Represento a 80 millones de personas. El hecho de que Juncker hable así es una falta de respeto.
Esta es la razón por la que Merkel fue el lunes a visitar a Erdogan en Turquía, lo que le rinde homenaje por segunda vez en cuatro meses.
En el acuerdo de refugiados, se suponía que Erdogan detendría el flujo de refugiados sirios que se dirigen hacia Europa y, sobre todo, hacia Alemania. Eso no ha sucedido. En lo que va de este año, 71.000 solicitantes de asilo han hecho la primera etapa del viaje de Turquía a Grecia, 30 veces más que durante el mismo período del año pasado, cuando el torrente humano aún no había realmente empezado. A cambio, Turquía obtendría dinero y una consideración acelerada de su solicitud para que los turcos viajen sin visado a la UE. Poco se ha materializado.
Si eso era todo el problema, Merkel podría negociar el acuerdo fácilmente. Pero hay más. Al tratar con las dos grandes potencias en las fronteras orientales de la UE, Merkel se ve atrapada entre autócratas irascibles. Ninguno de ellos comparte las ideas de la democracia de la UE, y ambos quieren alterar el status quo posterior a la Segunda Guerra Mundial en Europa y Oriente Medio.
Es poco probable que Putin detenga los bombardeos en la frontera siria de Turquía como Merkel exigió el lunes, porque no solo lo aleja de sus objetivos en Siria, sino porque el crear cientos de miles más de refugiados le ayuda también a lograr sus objetivos en Turquía y Europa. El caos desestabilizará a dos enemigos, Erdogan y Merkel, y pondrá a Europa en contra de sí misma, lo que podría poner fin a su postura unificada contra Rusia en todos los aspectos, es decir desde sanciones, gasoductos hasta Ucrania.
Erdogan, por su parte, apretará a la canciller alemana para conseguir todo lo que pueda, y no solo dinero en efectivo. El presidente de Turquía quiere apoyos para su agenda en Siria. En las actas filtradas habla de cómo el dinero de la UE debería haber sido utilizado para establecer las zonas de protección que durante mucho tiempo ha estado tratando de convencer a Occidente para que le ayude a crear en Siria, sin ningún resultado. Las zonas de protección habrían ayudado en Siria, pero también sembrarían aún más dudas en la frontera entre Turquía y Siria, cuya legitimidad cuestionan a menudo Erdogan y su gobierno. También menciona la lucha de Turquía contra los terroristas kurdos, en la que quiere incluir a combatientes kurdos sirios aliados de Occidente.
El futuro político de Merkel podría estar en manos de dos líderes que, aunque ahora están enfrentados, tienen mucho más en común entre sí que con ella en términos de valores democráticos, objetivos geopolíticos y estilo personal. No es una situación adecuada en la que estar.