¿Cuándo querrá el resto de Europa su propia «Brexit»?
Francois Lenoir/Reuters
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Si David Cameron consigue un acuerdo de revisión de los términos de la adhesión de Gran Bretaña, muchos países querrán seguir el mismo camino.

Si David Cameron se marcha de la cumbre de la Unión Europea la próxima semana con un acuerdo para revisar los términos de la adhesión de Gran Bretaña, muchos de sus homólogos respirarán aliviados y empezarán a elaborar sus propias listas de deseos.

A medida que las fuerzas populistas y anti-UE aumentan en toda la región, la estrategia exitosa del primer ministro de emitir peticiones de cambio y amenazar con abandonar si no se cumplen ha impresionado a sus compañeros líderes, dijeron dos funcionarios de alto nivel de la UE. Algunos consideran que su enfoque es como una plantilla para empujar sus propias causas, dijeron los funcionarios, que pidieron no ser identificados al tratarse de conversaciones privadas.

Vincenzo Scarpetta, analista de políticas en el organismo de estudio Open Europe con sede en Londres, hizo las siguientes declaraciones:

«El hecho de que David Cameron planteara una serie de inquietudes y preocupaciones que han sido abordadas está creando un precedente político. La renegociación británica tiene que ser vista como un camino a largo plazo. Cameron ha planteado preguntas existenciales sobre el futuro de la UE».

Los fundamentos económicos de Europa se fracturaron por la crisis de la deuda y ahora más de un millón de refugiados están tirando de su tejido social, lo que ha provocado el fortalecimiento de los movimientos populistas desde Madrid a Helsinki y ha avivado el sentimiento anti-UE en los países del antiguo bloque soviético. Cameron intentará conseguir un acuerdo en la cumbre del 18-19 de febrero para disminuir parte de la influencia del bloque sobre el Reino Unido, por lo que las ondas de choque podrían resonar mucho más allá del canal inglés.

«Todos los ojos están puestos en Francia», dijo John Springford, investigador en el Centro de Londres para la Reforma Europea. Funcionarios de la UE están interesados ​​en «enviar señales» a la líder del Frente Nacional Marine Le Pen y al más amplio electorado francés de «que este truco no funcionará», ya que «si Francia se vuelve euroescéptica, el proyecto será irrelevante».

Desde disminuir el poder de la UE a la hora de intervenir en la elaboración de leyes nacionales a una mayor integración de la política económica, los proyectos favoritos de las naciones son polémicos y contradictorios. La paradoja, de acuerdo con los funcionarios de la UE, es que mientras que el bloque sería más fuerte si el Reino Unido opta por quedarse, cualquier intento de copiar la estrategia de Cameron tendría un efecto desestabilizador.

Con tal variedad de puntos de vista sobre cómo la UE debe evolucionar, el bloque podría enfrentarse a algunos años difíciles, dijo Kevin Featherstone, profesor de política europea en la London School of Economics.

«Los partidos populistas de Francia, Hungría, etc. tendrían distintos tipos de peticiones, por lo que sería más tipo Europa a la carta», dijo. Eso conlleva «la complejidad o el caos de hacer frente a demandas muy diversas».

Esta es una lista de las preocupaciones que podrían conducir a más demandas sustanciales para el cambio de la UE.

Italia

Ante el creciente apoyo al movimiento euroescéptico Cinco Estrellas y la presión sobre el presupuesto italiano, el gobierno del primer ministro Matteo Renzi está buscando que los países de la zona euro estén mucho más integrados, con una mayor flexibilidad en el gasto. Una integración más estrecha podría conllevar cambios en los tratados de la UE, algo que Cameron parece no haber obtenido de forma inmediata en su renegociación. «La UE es como la orquesta que tocaba en el Titanic», dijo Renzi en una entrevista esta semana en Roma. «Hoy hemos hecho reformas y estamos en condiciones de decir a los socios de la UE: “Amigos, podemos cambiar este enfoque equivocado y burocrático”».

Hungría

El primer ministro, Viktor Orban, está dispuesto a hacer retroceder la supervisión de la UE, o como él lo consideraría, la interferencia en la política interna, regulación financiera y la fuerza de la democracia. Tiene puesta la mirada en que la UE se convierta en una zona de libre comercio mucho menos burocrática.

Polonia

Después de haber vivido con un gobierno ampliamente a favor de la UE durante gran parte de la década pasada, el mayor país de Europa oriental eligió al conservador partido Ley y Justicia a finales del año pasado. Es probable que interrumpa cualquier intento de unir más a la y cualquier movimiento hacia una política de defensa común de la UE. En el futuro puede haber incluso intentos para revertir la obligación legal de cada nación (aparte del Reino Unido se y Dinamarca) para unirse al euro.

Finlandia

La visión general de Finlandia sobre Europa es el polo opuesto de la ambición de las naciones orientales. Si Finlandia presiona para que se realicen reformas, puede ser para fortalecer el poder centralizado de la Comisión Europea por encima de la toma de decisiones intergubernamental. Esto haría que fuera más fácil para la UE castigar a los países que incumplen las reglas de gasto, y que dejan a los contribuyentes finlandeses descolgados.

Francia

Le Pen mezcla su oposición a Europa con la antipatía hacia los extranjeros que tienen derechos en Francia. Cualquier influencia que puede aportar a la política de Francia en relación a la UE podría tener consecuencias de largo alcance. Y si no lo hace, los líderes generales de Francia todavía tienen la vista puesta en una unión más estrecha de la zona euro.

Dinamarca

El partido antiinmigración de Dinamarca se hizo con más que una quinta parte de los votos en las elecciones del año pasado. La visión danesa de la UE es similar a la del Reino Unido, por lo que si Gran Bretaña intentara hacerse con un mayor control de los pagos de asistencia social para los inmigrantes, los daneses podrían dar su apoyo.

España

El empuje Brexit está dando esperanza a los separatistas que consideran que esto muestra que la UE es cada vez más flexible. Como dijo el presidente catalán Carles Puigdemont en una entrevista en Barcelona la semana pasada, el acuerdo de Cameron muestra que la UE «tiene la capacidad de presentar propuestas para que la realidad política se puede acomodar».

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