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19 de Febrero de 2016

Sí, EE. UU. y Rusia pueden cooperar para poner fin a la guerra civil de Siria. Le explicamos por qué.

Es probable que no lo haya escuchado en las noticias, pero EE. UU. y Rusia pueden no estar completamente en desacuerdo en relación a Siria. En un artículo reciente para el Grupo de Trabajo sobre el futuro de las relaciones entre EE. UU. y Rusia, se considera si los objetivos estadounidenses y rusos en Siria son compatibles y si pueden cooperar para poner fin a la guerra civil.

Incluso en medio de los ataques en curso, tales como los dirigidos a las instalaciones del hospital en Alepo, Rusia y EE. UU. han acordado al menos un plan para un cese de las hostilidades. Estos son dos ejemplos importantes.

  • En diciembre de 2015, EE. UU. y Rusia coincidieron en la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU. La hoja de ruta de la resolución para la paz llevó a las actuales negociaciones de Ginebra, que han sido suspendidas temporalmente.
  • Antes de eso, en 2013, los dos países acordaron eliminar las armas químicas de Siria, lo que entró en vigor en 2014.

Teniendo esto en cuenta, EE. UU. y Rusia podrían trabajar de forma paralela o incluso de forma conjunta, para derrotar al Estado Islámico en Siria. Si esto sucediera, podrían empujar a sus respectivos aliados sirios en las negociaciones hacia una Siria multiétnica, multisectaria y unificada. Aunque sus objetivos no están completamente alineados, creemos que las posiciones de ambas partes son lo suficientemente flexibles como para que al menos un compromiso sea posible.

Por un lado, EE. UU. y Rusia no están de acuerdo acerca de si Assad debe mantenerse en el poder. Por otro lado, el Estado Islámico puede ser una amenaza suficiente para empujar a este par de amigos-enemigos a trabajar juntos.

¿En qué están de acuerdo EE. UU. y Rusia?

Zuma\TASS

Tanto EE. UU. y Rusia quieren con urgencia derrotar al Estado Islámico. Esa es la única razón por la que EE. UU. intervino directamente en Siria. EE. UU. también quiere derrotar o al menos debilitar a otros islamistas extremistas de entre los rebeldes anti-Assad, en particular al-Nusra, la filial de al-Qaeda en Siria. Lo mismo ocurre con los rusos.

¿En qué no están de acuerdo EE. UU. y Rusia?

En primer lugar, sobre si Assad debe quedarse o irse. Ese es el mayor desacuerdo entre Rusia y EE. UU.

Rusia quiere mantener a Assad para contener la radicalización islamista. No se puede derrotar al Estado Islámico únicamente mediante ataques aéreos, pero ninguna potencia externa está dispuesta a poner a sus propios soldados en el terreno. Los rusos creen que la mejor opción es una alianza con el ejército sirio y las milicias sectarias de la nación.

Esto se debe a que Rusia dice que la lucha contra Assad e ISIS al mismo tiempo, como EE. UU. quiere, no solo fracasará, sino que conducirá directamente a un Estado Islámico como tal, con Damasco como su capital. Después de todo, deshacerse de Muamar Gadafi dejó a Libia en una situación de caos que se ha extendido por toda la región.

No obstante, EE. UU. quiere que Assad se vaya. EE. UU. y sus aliados europeos acusan al presidente sirio de convertir una protesta nacional en una guerra civil. Creen que Siria no tendrá paz mientras que Assad siga en el poder.

En segundo lugar, Rusia y EE. UU. están en desacuerdo sobre cómo acercarse a los diversos grupos de oposición.

Rusia tiende a ignorar la distinción entre el Estado Islámico y otros grupos, y considera a ISIS un grupo de combatientes yihadistas que podría transformarse en algún otro grupo similar. Para Rusia, cualquier oponente de Assad es una fuerza de inestabilidad a la que se opone.

Por el contrario, EE. UU. hace una clara distinción entre los grupos de oposición sirios, con el argumento de que algunos son «moderados» y merecen apoyo.

En tercer lugar, tanto a Rusia como a EE. UU. les gustaría mantener o aumentar su influencia en la región, y limitar el papel de cada uno.

Rusia quiere ser capaz de dar forma al futuro de la región para que se adapte a sus intereses. El gobierno ruso no tiene ninguna duda de que Oriente Medio será una zona de gran inestabilidad durante muchos años, incluso décadas. Dado que esa inestabilidad inevitablemente se extenderá a Eurasia, Moscú quiere tener una presencia en la región para proyectar su poder e influir en los acontecimientos políticos.

Instantánea «La esperanza de una nueva vida». El fotógrafo australiano Warren Richardson ganó el premio World Press Photo. (En la foto los niños refugiados pasan a través de un alambre de púas en la frontera de Serbia y Hungría en agosto de 2015).

Desde que los refugiados empezaron a llegar en masa a Europa, ha quedado claro que la seguridad europea está vinculada a la estabilidad de Oriente Medio. Rusia cree que el control de Siria es clave para controlar la situación de seguridad y el futuro de la región.

Del mismo modo, EE. UU. lleva buscando desde hace mucho tiempo ser la potencia dominante en la región y le molesta la intervención rusa.

Por lo tanto, ¿pueden llegar a un acuerdo?

Sí. Hay que considerar la cuestión de Assad. La alianza de EE. UU. y la Unión Europea se ha suavizado recientemente, lo que sugiere que Assad puede permanecer en el poder durante un período indefinido «de transición». No se sabe lo que podría durar este período.

Moscú también ha indicado que no está obligado a mantener a la familia Assad para siempre. Sin embargo, los rusos dicen que creen que podría hablarse de una nueva estructura de poder solamente después de que el territorio de Siria (idealmente en su conjunto, aunque puede dividirse) esté asegurado y el estado sirio sobreviva.

Es poco probable que EE. UU. y Rusia tengan una reunión sobre los «moderados» a los que EE. UU. apoya y a los que Rusia bombardea. Sin embargo, las dos potencias ya se han puesto de acuerdo en relación a un proceso de paz diseñado para llevar a muchos de estos grupos a la mesa de negociaciones. El principal punto de fricción en ese sentido ha estado entre los mismos partidos, en lugar de entre EE. UU. y Rusia. Aunque las dos naciones no apoyarán a los mismos grupos, apoyan las negociaciones entre estos, lo que ofrece alguna esperanza de un eventual alto el fuego.

Ninguna de las partes puede mantener la situación de la escena geopolítica por mucho tiempo. Con los precios del petróleo tan bajos, Rusia irá disminuyendo poco a poco su presencia militar. EE. UU., por su parte, ha mostrado poco interés en otra guerra terrestre en Oriente Medio, por lo que una solución de compromiso es el mejor resultado posible para ambas partes.

¿En qué podría consistir la cooperación?

Dachshund

EE. UU. y Rusia están arbitrando las negociaciones de paz con el objetivo de poner fin a la guerra y de preservar a Siria como un estado multisectario y multiétnico. Con esto en mente, las partes están tratando de hacerse con la mayor cantidad de territorio posible antes del alto el fuego.

Si ninguna de las partes puede asegurar una victoria militar, terminarán recurriendo a las negociaciones. El camino será muy difícil. Pero si cada grupo necesita partidarios externos como EE. UU. y Rusia, los dos tendrían una influencia considerable.

Por supuesto, existe el peligro de otras cuestiones, como Ucrania, que podrían interponerse en el camino de la cooperación entre EE. UU. y Rusia. Pero si las dos potencias se mantienen centradas en este asunto, juntas podrían ayudar a poner fin a la guerra de Siria.

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