Altos funcionarios europeos están considerando la idea, hasta ahora tabú, de cortar la ruta migratoria de Grecia, un paso que reconocen que podría crear una crisis humanitaria en el país.
Este llamado Plan B, considerado hasta ahora solo por los líderes populistas de Europa, es un signo de la rápida disminución de la confianza en otras políticas de la Unión Europea para hacer frente a la crisis migratoria, en particular en el plan de actuación de la canciller alemana, Angela Merkel, de depender principalmente de Turquía para detener la marea humana.
Grecia en los últimos días ha tratado de defenderse ante la perspectiva de tener decenas de miles de inmigrantes atrapados en su territorio. «No vamos a aceptar convertir al país en un almacén permanente de almas», dijo el primer ministro Alexis Tsipras el miércoles por la noche.
Durante las conversaciones polémicas entre los ministros del Interior en Bruselas el jueves, varias personas presentes dijeron que el ministro de Inmigración griego realizó una suplicante petición a sus homólogos de la UE para no poner más obligaciones en Grecia, tal y como líderes nacionalistas en Europa central y oriental, en particular el de Hungría, Viktor Orban y de Eslovaquia, Robert Fico, llevan tiempo pidiendo.
Endurecimiento de las fronteras
Pero esta situación ya se está viviendo, ya que Austria y los países de los Balcanes la semana pasada coordinaron un endurecimiento de sus fronteras y comenzaron a enviar de vuelta a inmigrantes afganos, lo que ha provocado que más de 10.000 personas queden atrapadas en Grecia. El jueves, el gobierno griego retiró a su embajador en Austria, un movimiento raro dentro de la UE, ante su indignación por los controles fronterizos y por haber sido dejado fuera de una reunión de los países de los Balcanes reunidos por Viena para hablar de esta crisis.
Algunos funcionarios europeos y los líderes turcos esperan ahora la cumbre del 7 de marzo de la Unión Europea con la esperanza de que la fecha límite de la estrategia de inmigración existente del bloque, en particular la cooperación con Turquía y una misión de control marítima de la OTAN, dé sus frutos. Si no lo hace, será aún más imperativo, advierten, detener la travesía de los inmigrantes hacia el norte, y acelerar los preparativos para ayudar a Grecia, con una posible situación de emergencia humanitaria.
«Grecia no sería el peor lugar para tener una crisis humanitaria durante unos meses», dijo un funcionario de la UE, y agregó que la población se mostraba mucho más receptiva a los refugiados que la de los Balcanes o Europa del Este.
Cerrar Grecia no será una política declarada de la UE, ya que iría en contra de sus valores, proclamados frecuentemente, de derechos humanos e igualdad entre sus 28 gobiernos. Algunos gobiernos se siguen oponiendo firmemente. Charles Michel, el primer ministro belga, dijo el jueves que el cierre de las fronteras conllevaría «una serie de fracasos, un fracaso con un efecto dominó».
El importante papel de Turquía
Alemania, que aceptó la gran mayoría de los refugiados que llegaron a Europa durante el año pasado, también continúa presionando para llegar a un acuerdo con Turquía. Con un acuerdo, Ankara volvería a aceptar a inmigrantes y combatir el tráfico de personas para que menos dejen sus costas, a cambio de 3 mil millones de euros de ayuda de la UE y otras concesiones.
Pero a medida que se espera que el clima más cálido de primavera anime aún más a los inmigrantes a emprender el camino, la UE apoya las medidas de seguridad más estrictas en la frontera entre Grecia y Macedonia y considerará medios legales para extender los controles fronterizos temporales en la zona libre de libre circulación formada por 26 países de Europa.
Al ser el primer punto de entrada en la UE para la mayoría de los inmigrantes, las normas de asilo del bloque requieren a Grecia el registro y refugio de los solicitantes de asilo entrantes antes de que sean enviados de vuelta o reubicados en otro lugar en la UE. Pero al sentirse abrumados y en una situación económica desesperada, ha permitido que la mayoría de los recién llegados continúen el viaje, la mayoría de ellos hacia Alemania. Efectivamente el sellado de la frontera norte de Grecia forzaría el asunto.
El ministro del Interior alemán Thomas de Maizière, dijo el jueves que era «inaceptable para Alemania aceptar toda la carga de los refugiados». Si el plan de Turquía no estuviera funcionando para la cumbre del 7 de marzo, «tenemos que ayudar a Grecia con el alojamiento, traslado y retorno de los no refugiados», dijo.
El ministro de Inmigración holandés, Klaas Dijkhoff, ha respaldado el movimiento de Austria para limitar el número diario de migrantes que cruzan sus fronteras. «El tiempo se está acabando y los países están pensando, “Si el acuerdo de Turquía no funciona, ¿qué otra cosa podemos hacer?”», dijo.
¿Un efecto disuasorio?
La Comisión Europea, que está preparando planes de contingencia para lo que considera una crisis humanitaria inminente en Grecia, ha condenado públicamente la decisión de Austria. Sin embargo, varias autoridades de la UE dijeron en privado que la crisis de Grecia podría tener un efecto secundario beneficioso, el de disuadir a los emigrantes económicos que pretenden llegar a Europa.
También argumentan que mantener a los migrantes en Grecia es más fácil de gestionar que tenerlos atrapados en países más pobres no comunitarios en los Balcanes, países que atraviesan para llegar a Alemania y otros países del norte de Europa.
Cuatro altos funcionarios de la UE dijeron que Grecia, como Estado miembro de la UE, podría recibir más fondos del bloque y otra ayuda práctica para hacer frente a los migrantes desamparados que sus vecinos de los Balcanes, donde los conflictos étnicos podrían estallar en cualquier momento. Una vez que se extienda el mensaje de que los migrantes están atrapados en Grecia, los funcionarios dijeron que esperan que menos personas intenten entrar.
«La ruta en sí crea demanda. Si la noticia de que no se puede ir más allá de Grecia se extiende, es probable que menos inmigrantes lleguen a Turquía», dijo un funcionario de la UE.
Los preparativos para la ayuda humanitaria adicional necesaria en Grecia para hacer frente a los migrantes ya están en marcha. El ministro de Inmigración, Yannis Mouzalas, dijo que si no se eliminan las restricciones en la frontera con Macedonia el 7 de marzo, aumentarán el control en sus fronteras.
«Nos estamos preparando para esto», dijo Mouzalas. «Nos gustaría contar con 10 días más para así poder estar mejor preparados para hacer frente a esta congestión. Sin embargo, repito que tenemos un plan. Habrá días difíciles, tanto para nosotros como para los refugiados, pero lo conseguiremos».
El jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ofreció la semana pasada a Tsipras 500 millones de euros en fondos de la UE para hacer frente a los refugiados atrapados en Grecia, según un alto funcionario de la UE. Según Mouzalas, los costes de Grecia relacionados con los refugiados aumentarían a mil millones de euros este año si los inmigrantes se quedan atrapados en su país.
La portavoz de la Comisión, Natasha Bertaud, confirmó que el ejecutivo de la UE está buscando formas de recaudar dinero para ayudar a Grecia, pero no dijo cuánto.
Las autoridades de la UE hablan de la necesidad de restablecer la ley europea, lo que significa que Grecia y otros países más al norte deben proporcionales a los inmigrantes que llegan a sus países un simple elección: o hacer una petición de asilo en sus respectivos países en vez de viajar a países más ricos del norte o negarles la entrada.
Varios ministros del Interior, entre ellos Maizière, insistieron el jueves en que la política de enviar a los migrantes a la siguiente frontera debe parar y que se debe hacer más para ayudar a Grecia, donde hay una posible situación de emergencia humanitaria.
«La posibilidad de una crisis humanitaria de gran escala está ahí, es muy real y muy cercana», dijo el comisionado de inmigración de la UE, Dimitris Avramopoulos. «Necesitamos resultados tangibles sobre el terreno en los próximos 10 días, de lo contrario, existe la posibilidad de que todo el sistema se colapse», advirtió.
A medida que más personas quedan atrapadas en Grecia, los funcionarios de la UE esperan que un proyecto de distribuir a los refugiados de manera más uniforme por todo el bloque gane impulso político.
«La lógica es, los países del Este, cuyos argumentos en contra de la reubicación es que Grecia no controla la ola de inmigrantes, perderán ahora ese argumento», dijo un cuarto funcionario de la UE.
Pero las posibilidades de que la opinión de los países recelosos de los inmigrantes cambie son escasas. El miércoles, Hungría anunció que llevaría a cabo un referéndum sobre el principio de redistribución, ya que la UE está preparando planes para convertir la reubicación en un elemento permanente del sistema de asilo del bloque.
Debido a una decisión tomada el año pasado, Hungría está legalmente obligada a participar en la redistribución por todo el bloque de un total de 160.000 refugiados que llegaron a Grecia e Italia. En respuesta, Hungría y Eslovaquia han demandado a la UE por esta decisión, que calificaron de una violación sobre la soberanía de sus países.
Incluso los países que votaron a favor de la reubicación se han dado poca prisa en ofrecer asilo a los solicitantes – tan solo 500 personas han sido reubicadas hasta el momento. Además, Suecia y Austria, dos de los defensores del plan de reubicación, están exentos de acoger a refugiados este año ya que cuentan con el mayor número de solicitantes de asilo por habitante.
Incluso Italia, que supuestamente debería beneficiarse del programa, se muestra escéptica ante la estrategia de reubicación. Según dos personas familiarizadas con las negociaciones, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, dijo a los líderes de la UE la semana pasada: «Creo en la resurrección, pero no creo en la reubicación».