El Washington Post ha compartido detalles de los documentos que se encontraron en el refugio donde murió el terrorista.
Osama Bin Laden pasó sus últimos años comprometido en una lucha inútil para evitar que su red terrorista se desmoronara y utilizara las tácticas brutales que desde entonces se han convertido en el sello de identidad del Estado Islámico, según unos documentos divulgados el martes que fueron recuperados del complejo en el que el líder de al-Qaeda murió en 2011.
En unas cartas a sus subordinados, Bin Laden denunció casi todas las estrategias que ahora utiliza el Estado Islámico. Advirtió contra apoderarse de más territorio del que se pudiera defender, contra declarar prematuramente la restauración del «califato» islámico, e incluso «contra la publicación de fotografías de prisioneros después de ser decapitados».
Las advertencias se emitieron varios años antes de que el grupo terrorista de Irak afiliado al-Qaeda rompiera relaciones y se autoproclamara como Estado Islámico. Sin embargo, los documentos revelan la gravedad de la disputa ideológica entre ambos grupos incluso antes de la muerte de Bin Laden.
«Estos documentos revelan el origen del desacuerdo entre al-Qaeda y su [afiliado de Irak]», dijo un alto funcionario de inteligencia de EE. UU. encargado de la revisión de las cartas de Bin Laden y otros materiales que fueron desclasificados el martes.
Las agencias de inteligencia de Estados Unidos han publicado más de 100 documentos y otros materiales que fueron incautados durante el asalto. Los materiales fueron desclasificados y publicados el martes después de una larga revisión llevada a cabo por las agencias gubernamentales.
Bin Laden estaba advirtiendo esencialmente a sus subordinados de que si seguían el modelo del Estado islámico «no tendrían éxito», dijo el funcionario, añadiendo que él y otros analistas antiterroristas están a la espera de ver si «Bin Laden predijo lo que sucedería». El funcionario mantuvo el anonimato debido a la sensibilidad del material.
Aunque el Estado Islámico ha experimentado importantes retrocesos en los últimos meses, la organización ha eclipsado a al-Qaeda como la marca dominante de la militancia islamista en los últimos años desde que Bin Laden escribiera esos mensajes y ha sustituido a al-Qaeda como el grupo terrorista más temido en Europa y Estados Unidos.
La lucha de Bin Laden por contener los conflictos internos relativos a la dirección de la banda terrorista es descrita en unas cartas que forman parte de una colección más amplia de 112 documentos dados a conocer el martes por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional.
Los archivos son los últimos en ser desclasificados y presentados al público de una gran cantidad de documentos que fueron recuperados del complejo en Abbottabad, Pakistán, donde Bin Laden murió en un ataque de los Navy Seals estadounidenses. Los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos han dicho que esperan los últimos documentos incautados sean hechos públicos más avanzado el año.
La colección incluye cartas a los subordinados de al-Qaeda, mensajes de seguidores dispuestos a llevar a cabo ataques suicidas, y páginas y páginas sobre asuntos como la convicción de Bin Laden de que Estados Unidos e Irán estaban preparados para una guerra apocalíptica.
En una carta, Bin Laden recrimina a uno de sus segundos por amenazar con ataques a Irán, diciendo:
«Como bien sabes, Irán es nuestro principal suministrador de fondos, personal y comunicación».
Los miembros de la familia de Bin Laden fueron retenidos en Irán durante años en lo que parecía un arresto domiciliario, lo que lleva a pensar que al-Qaeda y Teherán habían formado una extraña asociación. Sin embargo, los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos dijeron que no han descubierto en los documentos de Abbottabad pruebas que demuestren un acuerdo formal de ese tipo.
Otros documentos proporcionan nuevos detalles sobre la vida diaria de Bin Laden en el complejo amurallado de Abbottabad y hacen referencia a la creciente presión sobre los hermanos pakistaníes que sirvieron como sus cuidadores y mensajeros.
En un momento dado, Bin Laden escribe a un colega que tras ocho años de reclusión, la salud de su mensajero Abu Ahmed al-Kuwaiti se estaba deteriorando y que «era imprescindible encontrar nuevos compañeros para reemplazar a sus cuidadores, ya que llevaban mucho tiempo pidiendo ser liberados».
A continuación escribe lo que parece ser una descripción de un puesto de trabajo, diciendo que consiste principalmente en «dar cobertura de seguridad» y hacer viajes al mercado. «Horneamos nuestro propio pan y recibimos la leche en casa», escribió, añadiendo que los niños del complejo no van al médico, «excepto… cuando se rompen los huesos».
Bin Laden estaba cada vez más preocupado por la seguridad en medio de una creciente campaña de la CIA de ataques con drones. Parece que a veces no era consciente de la degradación que había sufrido su grupo, pidiendo a sus ayudantes que llevaran a cabo operaciones incluso cuando le decían que carecían de reclutas capaces.
Se cree que la mayoría de los mensajes fueron redactados entre 2009 y 2011. Sin embargo, algunos de los documentos fueron escritos a mano y son anteriores a los ataques del 11 de septiembre de 2001. Entre ellos se encuentra un testamento que según las autoridades fue probablemente escrito a mediados de la década de 1990 en Sudán, antes de que Bin Laden se trasladara a Afganistán.
En un árabe poco cuidado, Bin Laden dice que tiene 29 millones de dólares en una cuenta bancaria en Sudán, y da instrucciones detalladas de que si él muere, quiere que sus seguidores «gasten todo el dinero que me queda» en continuar la campaña mundial terrorista.
La suma era parte de la enorme fortuna que su familia había amasado a través de contratos en proyectos de construcción para la familia real saudí. Los funcionarios estadounidenses dijeron que no saben qué fue del dinero de la cuenta de Sudán.