Las empresas españolas han paralizado las inversiones a la espera de que se forme un nuevo gobierno.
El estancamiento político de 11 semanas en España ha perjudicado a la recuperación de la economía del país, ya que algunas empresas dicen que están paralizando los planes de inversión mientras esperan que se forme un nuevo gobierno.
Horas antes de que el parlamento español rechazara la investidura de Pedro Sánchez, Pablo del Villar y otros nueve productores de vino se reunieron para comer en Valladolid y hablar de negocios. Cuatro de ellos habían estado desarrollando planes para expandir sus bodegas, pero ahora estos proyectos están en suspenso.
Los productores de vino no saben qué partido o coalición acabará gobernando el país, si tendrán que pagar más impuestos o qué cambios podría haber en la regulación y el coste de las exportaciones de vino. «Estamos en estado de alerta», dijo del Villar.
La economía de España, la cuarta más grande y una de las de más rápido crecimiento, está todavía recuperándose de recesión. Pero en diciembre los votantes, hartos de la austeridad y el desempleo, pusieron fin a cuatro años de gobierno de la mayoría conservadora y eligieron un Parlamento fragmentado, dejando a Mariano Rajoy en una situación muy comprometida.
Los esfuerzos infructuosos de los diversos partidos para formar un nuevo gobierno ya han producido un aluvión de propuestas contradictorias sobre los impuestos y el gasto público, y han dejado a las empresas españolas en una situación de incertidumbre al no saber cómo acabarán las cosas.
Félix Moracho, cuya compañía, Huercasa SA, está ubicada en la pequeña localidad de Sanchonuño, cuenta con 200 empleados para producir verduras precocinadas y envasadas. Dice que la incertidumbre actual le hace reflexionar sobre diferentes cuestiones: ¿El nuevo gobierno le subirá los impuestos? ¿Revertirá los cambios del mercado laboral que le han permitido negociar los contratos con sus empleados independientemente de los estándares de la industria?
«Poco a poco digerí la noticia», dijo el Sr. Moracho. «A fin de cuentas, no podemos esperar toda la vida para ver qué sucede con el gobierno actual».
Después de dudar, Moracho dijo que seguirá adelante con una inversión de 1,5 millones de € en equipos industriales, una actualización que lleva a cabo casi todos los años, y que gastará alrededor de 3 millones de € para construir un centro de logística.
La formación de coaliciones es algo que ya se ha hecho antes en países europeos como Italia y Alemania. Pero no es así en España. Durante 33 años y hasta diciembre, los conservadores y los socialistas se habían alternado en el poder. Ahora tienen que enfrentarse a dos recién llegados que han conseguido una fuerte representación en el parlamento: Ciudadanos y Podemos.
El Sr. del Villar dijo:
«Somos una democracia joven. No estamos acostumbrados a esto».
Las consecuencias ya se están sintiendo
Tras el rechazo el viernes del Parlamento de una coalición socialista-Ciudadanos, los partidos tienen hasta el 2 de mayo para formar un nuevo gobierno aceptable para la mayoría de los legisladores. Muchos empresarios creen que no lo conseguirán, lo que daría lugar a unas nuevas elecciones el 26 de junio.
Los economistas dicen que este estancamiento económico ya ha ralentizado la expansión económica de España y continuará haciendo mella en el crecimiento hasta que se forme un nuevo gobierno.
Los rendimientos de los bonos del gobierno español se han cotizado por encima de la deuda italiana desde el período previo a las elecciones, impulsados por la incertidumbre sobre su resultado y la preocupación por el movimiento separatista catalán.
La brecha se ha mantenido desde las votaciones de diciembre, lo que significa que los bonos españoles presentan un riesgo ligeramente mayor para los inversores.
La expansión económica de España, que fue de un fuerte 3,2% en 2015, ya tiene prevista una desaceleración hasta quedarse en el 2,7% este año, en parte debido a la incertidumbre política, según el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA.
Si España celebra nuevas elecciones en junio y acaba en un punto muerto parecido, dijo el economista jefe de BBVA, Jorge Sicilia, el crecimiento podría desacelerarse hasta un mínimo de 2,4% este año y un 1,7% el próximo año, ya que las personas y negocios cautelosos dejarán de comprar y retrasarán o cancelarán las inversiones previstas.
Algunos acuerdos de negocios sí que continúan. La semana pasada, un fondo de inversión portugués vendió el hotel madrileño de lujo Villa Magna al grupo turco Dogus. Y la alemana Siemens AG está negociando una alianza con el fabricante español de turbinas eólicas Gamesa Corporación Tecnológica SA.
Incluso así, la vacilación reinante entre los propietarios de negocios está afectando a la actividad de fabricación y servicios española, que se expandió a un ritmo más lento en febrero con respecto a enero, según el índice de gerentes de compra del proveedor de datos Markit.
Chris Williamson, jefe de economía de Markit, dijo:
«Simplemente las empresas están siendo un poco reticentes a la hora de ampliar sus negocios, comprar material informático nuevo o contratar más personal».
Ignacio del Valle Catalán dijo a que él y sus socios de inversión en bienes inmuebles les preocupa que un nuevo gobierno pueda subir los impuestos y requerir pasos adicionales para obtener licencias para comprar y reacondicionar un edificio de apartamentos que están pensando comprar en Madrid.
«No estamos dando un paso atrás», dijo el inversor de 34 años de edad. «Sino que estamos haciendo las cosas con un poco más de tranquilidad».
Por ahora, la economía de España sigue creciendo
A pesar de la caída febrero, la actividad manufacturera sigue siendo una de las de más rápida expansión en Europa.
Y mientras que los consumidores tienen menos confianza en el mercado desde diciembre, su optimismo se mantiene en los niveles registrados antes de que empezara la recesión en 2008.
Ignacio de la Torre, economista jefe del banco de inversión boutique Arcano Group en Madrid, atribuye la caída de la confianza del consumidor más a la volatilidad del mercado mundial que a una preocupación sobre la política española.
Las ventas de automóviles subieron en enero y febrero un 12,4% con respecto a los mismos dos meses del año anterior, una señal, según el Sr. de la Torre, de que muchos consumidores no están lo suficientemente preocupados como para evitar las compras importantes.
Los inversores también tienen la tranquilidad de que España debe mantener su déficit presupuestario dentro de los límites establecidos por la Unión Europea. Si el gobierno supera esos límites durante demasiados años consecutivos, por ejemplo, los mercados harán que España pague más cuando pida dinero prestado.
El callejón sin salida del liderazgo de España es relativo. Los inversores internacionales están más preocupados por un posible Brexit y por el resultado de las elecciones presidenciales de EE. UU., dijo José Antonio Marco, socio del fondo de capital privado Magnum Capital con sede en Madrid.
En España, dijo, «la incertidumbre política no produce necesariamente un estado de shock».