Las autoridades se han hecho con el control de la empresa propietaria de un importante diario, y señalaron la posibilidad de despojar a prominentes legisladores kurdos de su inmunidad parlamentaria.
Las autoridades turcas están aumentando la represión de los oponentes del presidente, Recep Tayyip Erdogan, sin inmutarse por los posibles riesgos a los intentos renovados de la nación para unirse a la Unión Europea.
En dos días, las autoridades se han hecho con el control de la empresa propietaria de un importante diario, y señalaron la posibilidad de despojar a prominentes legisladores kurdos de su inmunidad parlamentaria. La medida llega en vísperas de conversaciones el lunes en Bruselas entre los representantes de Turquía y de la UE para discutir maneras de gestionar la afluencia de refugiados de Siria.
La UE busca cada vez más la ayuda de Turquía para contener la peor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, y las negociaciones de adhesión de Ankara se encuentran en una etapa temprana, por lo que los aliados de Erdogan consideran que esta situación no dañará las relaciones de Turquía con el bloque.
El presidente espera que los líderes de la UE «hagan la vista gorda» a cambio de su «cooperación en la reducción del flujo de refugiados sirios hacia el continente», dijo Aykan Erdemir, miembro de la Fundación para la Defensa de las Democracias, institución investigadora con sede en Washington que se centra en temas de seguridad nacional.
«Estado paralelo»
El viernes Turquía se hizo con el control del diario Zaman, el último giro de una campaña de 2 años y medio de duración contra Gülen, un exaliado de Erdogan acusado de dirigir un «estado paralelo» para debilitar al gobierno. La medida generó enfrentamientos entre la policía y los manifestantes antigubernamentales.
Los gobiernos de la UE retomaron las conversaciones de adhesión, inactivas desde noviembre de 2013, como parte de un paquete de incentivos económicos y políticos para fomentar la acogida de refugiados en Turquía por parte de Erdogan en vez de dirigirlos a Europa. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, dijo en una entrevista grabada la semana pasada y emitida el domingo en el programa de la BBC de Andrew Marr que «pasará mucho tiempo antes del final de las negociaciones con Turquía sobre su adhesión a la Unión Europea». A esto añadió:
«En realidad, el gobierno alemán tiene grandes dudas sobre si Turquía debe ser un miembro de pleno derecho de la UE, pero esto es una pregunta para los próximos años. No es una preocupación en la actualidad».
Crítico feroz
El primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, negó que su gobierno interfiriera con la designación por parte del poder judicial de administrativos para gestionar Zaman, el que una vez fuera partidario de Erdogan, pero que se convirtió en uno de sus críticos más feroces. Sin embargo, aunque dijo que «nadie debe dudar de la libertad de prensa en Turquía», declaró a la televisión AHaber en una entrevista el domingo que «hay que hacer una distinción entre la actividad de prensa y una actividad contra el gobierno por parte del estado paralelo»:
«Vamos a seguir luchando contra los miembros del estado paralelo dondequiera que se encuentren dentro del estado».
Por otra parte, el primer ministro dijo que el parlamento, dominado por su partido AKP, pronto va a votar sobre la conveniencia de despojar a ciertos legisladores en el partido pro-kurdo HDP de su inmunidad para investigar supuestos vínculos con el grupo kurdo PKK.
El partido kurdo se aseguró los votos suficientes para entrar en la legislatura por primera vez el año pasado, lo que impidió que el partido en el poder tuviera suficientes asientos como para modificar la Constitución con el objetivo de dar más poderes a Erdogan.
«No es muy significativo»
Erdogan sabe que «la UE no puede realmente impedir la erradicación de los seguidores de Gülen de poner a los legisladores kurdos a juicio por vínculos con el PKK», dijo por teléfono Ali Nihat Ozcan en la Fundación de Investigación de Política Económica en Ankara.
«La crítica de las políticas de Erdogan por parte de la UE no es muy significativa en un momento en el que la solicitud de adhesión del país no está en la agenda de la opinión pública, y la dependencia de la UE de Turquía para manejar la crisis de refugiados y proteger a Europa contra el terrorismo deja más espacio para que Erdogan siga su propia agenda en casa».
En respuesta a la incautación del periódico, la UE dijo que Turquía «necesita respetar y promover altos estándares y prácticas democráticas, incluida la libertad de los medios de comunicación».
«Constitución suspendida»
La semana pasada, representantes designados por el gobierno turco cerraron medios de comunicación propiedad del Grupo Koza-Ipek, otra empresa vinculada a Gülen. El diario Zaman se publicó el sábado con una portada en negro y un titular que decía «constitución suspendida».
Bajo una nueva dirección, Zaman ha vuelto a estar a favor del gobierno de un día al otro, con la primera página del domingo decorada con imágenes de Erdogan y Davutoglu sonriendo.
«Momento histórico», decía el titular, en referencia a la casi finalización de un puente sobre el Bósforo. Hubo un despliegue de guardias armados alrededor de la sede del periódico en Estambul para evitar más enfrentamientos.