Casi tres meses después de las elecciones generales, todavía no se ha formado Gobierno en España. No es exactamente una crisis - de hecho, a la mayor parte de la economía de España le está yendo bien - aunque tampoco es para lanzar cohetes.
El peligro radica en que la incertidumbre política puede dar lugar a un estancamiento económico.
La economía de España se ha estado recuperando lentamente pero de manera constante desde 2014, con un crecimiento ascendente y una caída del desempleo. Esto se debe en parte a la suerte y las circunstancias - un euro más barato, los bajos precios de la energía, el atractivo relativo de unas vacaciones en España en comparación con unas en otro país, por ejemplo, Grecia. Sin embargo, esta recuperación también se debe a las difíciles reformas, tanto en el sistema fiscal como en el mercado laboral, llevadas a cabo por el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy.
Por desgracia, las cicatrices de la crisis financiera - incluyendo el continuo desempleo y subempleo - son profundas, y han dado lugar a un fuerte movimiento anti-sistema. El resultado ha sido una reacción generalizada en contra de los partidos tradicionales y la confusión de las elecciones de diciembre.
El Partido Popular de Mariano Rajoy obtuvo el mayor número de votos, pero no fue exactamente una victoria para el presidente, cuyo Gobierno ha tenido problemas para defenderse de las acusaciones de corrupción. Su principal oposición, el Partido Socialista, tampoco obtuvo unos buenos resultados. Mientras tanto, el partido anti-austeridad de izquierdas Podemos, que se opone ferozmente a las reformas de austeridad y del mercado, se niega a sumarse a cualquier coalición que incluya al pequeño partido pro-mercado de Ciudadanos.
Pedro Sánchez, el dirigente socialista moderado que está empeñado en arrebatarle el poder a Rajoy, se mostró optimista el miércoles al afirmar que podría llegar a convencer a Podemos para formar un Gobierno. Sánchez tiene hasta el 3 de mayo para intentarlo. Pero unas nuevas elecciones en junio parecen cada vez más el escenario más probable. Si es así, es de vital importancia que la próxima campaña no ignore la economía a favor de la política partidista - incluso aunque el fin del sistema bipartidista en España aporte una nueva y desordenada realidad política.
La economía de España está muy lejos de los momentos difíciles por los que pasó en 2012, cuando solicitó 100 mil millones de euros a la UE para mantenerse a flote. Sin embargo, no se ha recuperado totalmente de la crisis, viendo cómo el PIB del país ha caído un 8%.
Unas nuevas reformas fiscales y laborales podrían ser de ayuda, al igual que unos programas más agresivos para ayudar a los desempleados a encontrar trabajo. Y lo que es más importante, el nuevo Gobierno tendrá que prestar especial atención al gasto, particularmente ahora que la economía, que está mejorando poco a poco, ha aliviado la presión sobre el presupuesto. España necesita algo más que un Gobierno en funciones para seguir adelante con las reformas y para que la 4 mayor economía del continente siga el camino de la recuperación.