Panamá es conocida como un paraíso fiscal, nombre que reciben los países donde particulares y empresas extranjeras están sujetos a una tributación muy baja o incluso inexistente.
Las informes de prensa sobre una filtración sin precedentes de documentos clasificados, en muy poco tiempo, han dejado al descubierto de forma espectacular un mundo secreto de la élite mundial, donde grandes cantidades de dinero se ocultan de forma discreta, anónima y aparentemente legal y se mueven sin apenas supervisión gubernamental.
Los 11,5 millones de documentos, conocidos como los “Papeles de Panamá”, proceden de Mossack Fonseca, un bufete de abogados con sede en Panamá que se encarga de crear empresas fantasmas en paraísos fiscales. Las agencias de noticias con acceso a los documentos, que no son públicos, han informado solo de un pequeña parte de sus contenidos y han prometido más en los próximos días. Las acciones que se describen en los informes no son necesariamente ilegales, pero plantean cuestiones sobre los tipos de servicios de fraude fiscal legales de los que la riqueza mundial dispone- y llaman la atención de Panamá y otros países que permiten que dichas prácticas prosperen.
Ventajas
Panamá es conocida como un paraíso fiscal, nombre que reciben los países donde particulares y empresas extranjeras están sujetos a una tributación muy baja o incluso inexistente. En los paraísos fiscales, las empresas internacionales operan fuera de sus propias jurisdicciones – paraísos fiscales- y disfrutan así de beneficios económicos del país donde operan.
En Panamá, eso supone menos regulación y más privacidad. Panamá no pide a las empresas en paraísos fiscales que paguen impuestos sobre la renta en transacciones internacionales, impuestos sobre las ventas y otras tarifas – solo un impuesto de franquicia anual de 300 $ para el gobierno, según InSight Crime, que investiga el crimen organizado en América Latina y el Caribe.
Las empresas en paraísos fiscales pueden operar de forma anónima. Los nombres y la información personal de sus propietarios no se archivan con ningún registro del gobierno público y permanecen en secreto. Muchas empresas son administradas por bufetes de abogados, como Mossak Fonseca. No se les exige llevar un registro de ninguna transacción. Si existe un registro, las empresas no están obligadas a revelarlas a los gobiernos extranjeros ni a las agencias tributarias extranjeras.
“Cuando se trata de blanqueo de capitales, ofrecemos un servicio completo: aclarar, lavar y secar,” contó Miguel Antonio Bernal, un abogado y analista político de Panamá a Ken Silverstein, en el reportaje de investigación de Silverstein de 2014 sobre Mossack Fonseca para Vice.
“Puede ir a cualquier bufete de la ciudad, desde el más pequeño al más grande, y montar una empresa fantasma sin que le hagan preguntas”.
Panamá también promete privacidad a los titulares de cuentas bancarias en paraísos fiscales: Es un delito para los bancos panameños revelar cualquier información sobre estos clientes a menos que se los ordene un tribunal, normalmente en casos que impliquen delitos graves, como terrorismo o tráfico de drogas. En cualquier otro caso, si los bancos hablan, pueden recibir multas de 100.000 $.
Historia: desde la independencia de Colombia hasta hoy
Panamá es uno de los paraísos fiscales más antiguos de América. En 1919, Panamá, entonces una nación con solo 16 años, comenzó a registrar buques extranjeros bajo su bandera para ayudar a StAndard Oil a evadir los impuestos y las regulaciones en América, según un informe de Armando José Garcia Pires, un investigador del Instituto para la Investigación en Economía y Administración de empresas en Noruega. Los buques estadounidenses que navegan bajo la bandera de Panamá podían servir alcohol a sus pasajeros durante la Prohibición. (Esos días, los operadores de buques extranjeros podían registrase online y no pagar impuestos sobre la renta).
En 1927, los banqueros de Wall Street ayudaron a Panamá a introducir leyes de incorporación poco estrictas, que permitían a los particulares extranjeros abrir empresas libres de impuestos sin hacerles muchas preguntas, explica Pires. El auge de los negocios en paraísos fiscales tuvo lugar en la década de 1970, cuando el país aprobó estrictas leyes de confidencialidad. Aroon Daugherty de Insight Crime escribe que Panamá se hizo rápidamente conocido como un refugio para la actividad delictiva bajo su dictador militar Manuel Noriega, quien trabajó con el Cartel de Medellín en Colombia en la década de 1980.
Hoy en día, Panamá cuenta con más de 350.000 empresas de negocios internacionales registradas, el tercer número más grande del mundo después de Hong Kong y las Islas Vírgenes Británicas, según el Índice de Secreto Financiero, que clasifica a las jurisdicciones según sus actividades financieras en paraísos fiscales.
En los últimos años, Panamá ha realizado cambios legales y reglamentarios para abordar los asuntos de blanqueo de capitales. En febrero, el Grupo de Acción Financiera internacional retiró a Panamá de la llamada “lista gris”, una lista de jurisdicciones que la organización intergubernamental considera que tienen disposiciones inadecuadas contra el blanqueo de capitales.
La organización declaró que Panamá había experimentado un “progreso significativo” en la lucha contra el blanqueo, pero los expertos afirman que la práctica sigue siendo generalizada. Después de los informes de los Papeles de Panamá y la promesa de más revelaciones, el público podrá enterarse de cómo de generalizada es esta práctica.