La amistad entre Arabia Saudí, Rusia y Estados Unidos en discordia
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Después de que el rey Salman de Arabia Saudí llegara al trono en 2015 y permitiera a su hijo favorito y segundo heredero a la corona, Mohammed bin Salman, tomar las principales riendas del poder en el reino, el país se ha embarcado en una política exterior firme y regional. El hijo del envejecido y frágil rey ha eclipsado al siguiente en la línea de sucesión, el ministro del Interior, Mohammed bin Nayef.

El príncipe Mohammed bin Salman ha acumulado un poder sorprendente en un sistema donde la familia gobernante normalmente busca un equilibrio cuidadoso entre las facciones. MbS, tal y como se le conoce en la jerga diplomática, de tan solo 30 años en un régimen que siempre ha sido gobernado por hombres de 70 y 80 años, es ministro de Defensa y encargado de la economía, así como señor de las áreas estrechamente vinculadas de política exterior y petrolera.

En un resumen lineal de la política exterior y de defensa durante su primer año, habría que destacar:

  • la guerra aérea contra los rebeldes Houthi respaldados por Irán en Yemen que inició en marzo del año pasado;
  • el mayor apoyo a los rebeldes islamistas suníes que luchan contra el régimen de Bashar al-Assad en Siria, que está respaldado por Irán, Hezbolá, los paramilitares chiítas libaneses y Rusia;
  • la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Riad y Teherán;
  • y, en las últimas semanas, la ruptura de los lazos con los aliados políticos, militares y medios de comunicación del Líbano.

Lo que podría pasarse por alto es la distensión entre el reino y la Rusia de Vladimir Putin, aliada de los enemigos de Arabia Saudí en la región - Irán, Hezbolá y el régimen de Assad.

Las alianzas de conveniencia no son nuevas para Oriente Medio. El deseo de poder de los regímenes afianzados a menudo coexiste con el pragmatismo, lo que da lugar a extrañas alianzas. Sin embargo, la situación actual ha llegado a uno niveles inusuales de antagonismo visceral y violento en las guerras de poder entre la Arabia Saudí sunita y el Irán chiita en toda la región, sobre todo en Siria. Pero, en primer lugar, ¿qué ha estado haciendo Arabia Saudí?

Riad está retrocediendo en la guerra en Yemen. Las autoridades saudíes dicen que han destruido en su vecino del sur unos misiles que suponían una amenaza para el reino. Para muchos otros ojos, parece como si MbS hubiera abarcado más de lo que puede. A pesar de que Riad haya hecho pública una alianza de más de 30 naciones sunitas para enfrentarse a Irán, Egipto y Pakistán, que tienen uno mayores ejércitos, ha disminuido visiblemente el envío de fuerzas de tierra para la guerra aérea saudí. La amenaza que hizo Arabia Saudí de enviar tropas de tierra a Siria para apoyar a los rebeldes suníes resultó ser eso, nada más que una amenaza.

La ruptura diplomática con Irán, y la ruptura con el Líbano, llegaron después de que Arabia Saudí ejecutara en enero a Sheikh Nimr al-Nimr, un clérigo chií disidente. Riad reaccionó después de que la embajada saudí en Teherán y el consulado en Mashhad fueran atacados por una muchedumbre.

El ministro de Exteriores del Líbano, un cristiano alineado a Hezbolá, se negó a condenar los hechos – actuando como si fuera más papista que el Papa teniendo en cuenta que el gobierno Iraní había hecho lo mismo. Los saudíes han cancelado 3 mil millones de dólares en ayuda para el ejército del Líbano, han dejado de pagar a los aliados sunitas locales y medios asociados, y han cerrado la oficina de Beirut de Al Arabiya, un canal de televisión propiedad de los miembros de la familia real.

Sin embargo, al mismo tiempo, el príncipe Mohammed bin Salman ha forjado lo que las autoridades árabes describen como una relación "”funcional e importante" con el presidente ruso Vladimir Putin, cubriendo así Siria, las posibles compras de armas saudíes, la inversión en Rusia, y los intentos conjuntos para estabilizar los precios del petróleo mediante la congelación de la producción.

En Siria, los esfuerzos de paz liderados por Estados Unidos y Rusia todavía están viéndose obstaculizados por la insistencia de Moscú de que el presidente sirio debe mantenerse en le poder – algo a lo que Washington y Riad se resisten.

Pero cuando MbS se reunió con el presidente ruso el octubre pasado en el Gran Premio de Rusia en Sochi, este le dijo según un funcionario árabe que está en contacto con el representante del príncipe:

"No nos preocupa Assad, nos preocupamos por Irán".

Sergei Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, dijo después: "Ahora tenemos una visión mucho más clara de cómo avanzar para alcanzar una solución política".

No es probable que se alcance un acuerdo en la conversaciones de la próxima semana en Ginebra. A pesar de la retirada parcial de Putin de Siria del mes pasado, las fuerzas de Assad respaldadas por Rusia mantienen su ofensiva - no solo contra los rebeldes respaldados por los saudíes, sino también contra los yihadistas de ISIS, a los que arrebataron la ciudad de Palmira la semana pasada.

Algunas fuentes árabes dicen que el líder ruso informó a MbS sobre su nueva política en Siria incluso antes que a Assad.

Puede que Putin esté indicando a Assad que, a menos que participe en los planes para poner fin a la guerra de Siria, Moscú podría dejar de contar con él. Rusia, a la cabeza del eje respaldado por Irán en Siria e Irak, también está participando en la coalición liderada por Estados Unidos en contra de ISIS. Ambas coaliciones apoyan a la milicia kurda que lucha contra ISIS en el norte de Siria. Irán, el aliado de facto de Rusia, está cooperando con EE. UU. en Irak.

Pero el estrechamiento de los lazos de Arabia Saudí con Rusia sin duda refleja la menguante influencia regional de EE. UU., país que ha sido un cercano aliado del reino durante 70 años. Después de que Barack Obama iniciara el deshielo de las relaciones de Estados Unidos con Irán a través del acuerdo nuclear del año pasado y Putin iniciara una guerra en Siria que EE. UU. había intentado evitar, los saudíes parecen haber decidido trabajar con Moscú, creyendo que puede influir en Teherán. Siria, donde se ha derramado tanta sangre con la guerra, es la cabina de mando de Oriente Medio.

Fuente: Financial Times

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