Ahora que parece que los partidos no han sido capaces de ponerse de acuerdo, las encuestas sugieren que el PP va a aprovechar su ventaja.
¿Se acuerda de Mariano Rajoy? Desde las elecciones generales sin un ganador claro de diciembre, el primer ministro ha vivido la vida de un recluso político. Sus apariciones en los medios de comunicación han sido escasas, al igual que sus intervenciones en el Parlamento.
Ha realizado diligentemente su papel como presidente en funciones, asistiendo a cumbres y presidiendo la reunión semanal del gabinete. Sin embargo, ha estado casi totalmente ausente en lo que se refiere al drama político real del país: las negociaciones entre los partidos políticos para formar el próximo gobierno.
La reticencia de Rajoy para tomar la iniciativa quedó clara apenas unas semanas después de las elecciones, cuando rechazó formalmente la petición del rey para formar un nuevo gobierno. A pesar de liderar el mayor bloque del parlamento, Rajoy argumentó que tenía pocas posibilidades de contar con el apoyo de los suficientes diputados como para formar gobierno. En su lugar, fue su rival socialista - con tan solo un cuarto de los escaños – el encargado de dirigir las negociaciones para la formación de un gobierno de coalición.
La postura del presidente ha dado mucho que hablar entre sus oponentes políticos y gran parte de los medios de comunicación españoles. No es la primera vez que el veterano conservador parece “esconderse”. En el debate televisado entre los líderes de los partidos mayoritarios que tuvo lugar antes de las elecciones, fue la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien representó al PP en vez de Rajoy.
Y, sin embargo, a pesar de toda la burla y el ridículo, parece que Rajoy todavía no lo ha dicho todo. En una carrera política que abarca tres décadas, ha sobrevivido a dos derrotas electorales generales, la peor crisis económica de los últimos tiempos y una serie aparentemente interminable de escándalos de corrupción en su partido. Pero sigue ahí – haciendo su trabajo en la Moncloa mientras que sus rivales solo consiguen tocar a la puerta.
Dos buenas noticias para Rajoy
Más importante aún, hay dos factores cruciales que finalmente están allanando su camino.
El primero es la incapacidad aparente de los otros partidos políticos de España para llegar a un acuerdo de gobierno. Pedro Sánchez, el líder de los socialistas, ha firmado con el partido de centro Ciudadanos un pacto, pero todavía tiene que convencer al partido anti austeridad Podemos para que se una a esta coalición de gobierno. El camino hacia este posible gobierno de tres partidos está encontrándose con muchos baches ideológicos y políticos entre Podemos y Ciudadanos. Si el Parlamento no puede elegir a un nuevo presidente el 2 de mayo, el rey disolverá la cámara y convocará nuevas elecciones. Se está acabando el tiempo para formar un gobierno.
El segundo factor que beneficia a Rajoy se puede encontrar en las encuestas. Todas las encuestas recientes sugieren que su partido Popular va a mantener o incluso ampliar su ventaja frente al resto de partidos. Con una menor participación de los votantes prevista que en diciembre, parece que el PP está destinado a aumentar su número de escaños más allá de los 123 que tiene ahora. Además, ahora que se espera que Ciudadanos también obtenga unos mejores resultados, puede que estemos más cerca de un gobierno de centro-derecha. Incluso aunque este no se alcance, la presión sobre los socialistas para unir sus fuerzas con el PP en una gran coalición del estilo alemán sería enorme.
El sentimiento político en España ha sido intensamente volátil en los últimos tiempos. Los apoyos pueden volver a cambiar si cada vez se hace más posible una victoria del PP. Y luego está la cuestión de la propia posición de Rajoy, tanto dentro de su partido como en un futuro gobierno de coalición.
Los militantes del PP saben muy bien que nombrar a un nuevo líder aumentaría las posibilidades del partido en las urnas - y eliminaría un obstáculo crucial para cualquier acuerdo con Ciudadanos o los socialistas. Ambos han atacado a Rajoy como símbolo de la vieja política empañada del país, pero las negociaciones podrían tomar otro camino con un líder del PP más joven. Rajoy tampoco disfruta de mucha popularidad entre los líderes empresariales de España, muchos de los cuales insisten en que cualquier solución al estancamiento político de España debe basarse en dos principios: mantener a Podemos fuera del gobierno y sustituir a Rajoy.
Sus probabilidades de volver al poder no son muchas. Sin embargo, han mejorado notablemente en las últimas semanas - y es cierto que no son peores que las de sus principales rivales. Rajoy, quizás el único entre todos los líderes de los partidos, puede esperar unas nuevas elecciones con una auténtica sensación de calma.