Desde el Caso Lisa pasando por el Brexit, la maquinaria propagandística de Putin intenta dividir Europa.
Fue el tipo de crimen que deja una profunda impresión, la violación en grupo de una chica rusa de 13 años por parte de tres inmigrantes en Alemania.
Los primeros informes movilizaron a la diáspora rusa, sacando a decenas de miles de personas a las calles para protestar por la política de puertas abiertas de la canciller Angela Merkel.
El problema es que la agresión nunca ocurrió. La policía llegó rápidamente a la conclusión de que solo fue el cuento de una adolescente.
Los funcionarios alemanes dicen que la controversia - conocida como el "Caso Lisa" - fue generada por la maquinaria propagandística del presidente Vladimir Putin para debilitar a Merkel en el período previo a las elecciones regionales del mes pasado, lo que resultó en pérdidas importantes para su partido.
La preocupación ahora en Berlín, Bruselas y más allá es que con Gran Bretaña lista para un referéndum histórico sobre su pertenencia a la Unión Europea, y los votos nacionales en Francia y Alemania el próximo año, Putin intensificará sus esfuerzos para dividir el bloque de 28 miembros. Rusia está empezando a hacer un arma de los procesos electorales en Europa", ha declarado Joerg Forbrig, director de programa principal de la German Marshall Fund de EE. UU. en Berlín. "El Caso Lisa fue realmente esclarecedor”.
El alcance del Kremlin
La movilización en Alemania muestra un alcance por parte del Kremlin en el funcionamiento político de la mayor economía de Europa, que va mucho más allá de las novatadas políticas frecuentes llevadas a cabo por sus armas mediáticas de habla inglesa, la cadena rusa RT y el servicio de noticias Sputnik.
EL ministro de Asuntos Exteriores de Putin, Sergei Lavrov, rompió con la convención diplomática a finales de enero, para acusar a Alemania de encubrir el Caso Lisa. Esto indignó al gobierno de Merkel, instó a los homólogos de Lavrov a emitir un reproche personal poco común y llevó a la cancillería a pedirle a la agencia de espionaje BND que investigara el papel del Kremlin en el escándalo, según han declarado los funcionarios del gobierno en Berlín.
Asimismo, añaden que Alemania ya tiene una unidad especial encargada de contrarrestar la desinformación de Rusia y está trabajando en el supuesto de que el objetivo de Putin sea derribar los gobiernos afines a la UE y reemplazarlos con los partidos a favor de Rusia, independientemente de donde se encuentren dentro del espectro político.
Financiando a Le Pen
En Francia, este apoyo es de carácter financiero. El ultraderechista Frente Nacional de Marine Le Pen ha recibido financiación de un prestamista de Rusia y está pidiéndole 25 millones de euros a otros para financiar su campaña presidencial de 2017.
Le Pen, la partidaria política más prominente de Putin en Europa occidental, está actualmente en segundo lugar según los sondeos y, aunque su partido no pudo ganar en una sola región en las elecciones de diciembre, recibió 6,8 millones de votos, su número más alto hasta la fecha.
Eso demuestra que el continente se está moviendo hacia una realineación política más favorable al Kremlin, según Konstantin Malofeev, un multimillonario ruso cuyos antiguos empleados desempeñaron papeles importantes en la rebelión de Ucrania, y que ahora aboga por estrechar los lazos con la extrema derecha de Europa.
"Este es el comienzo del fin del sistema", declaró Malofeev en Moscú.
Brexit, Nexit
El siguiente escenario importante para la intromisión de Rusia es el Reino Unido, que llevará a cabo un referéndum en junio para permanecer o no en la UE. Y con la votación cada vez más cerca, la embajada rusa en Londres tomó la inusual decisión de cuestionar la competencia del líder electo de su país anfitrión.
Después de que el primer ministro David Cameron defendiera la pertenencia al bloque, señalando que esto permitía a Gran Bretaña dirigir la respuesta de Europa a la agresión de Putin en Ucrania, la embajada respondió a través de Twitter diciendo que meter a Rusia en el debate del Brexit parecía indicar que Cameron "no puede ganar la discusión por sus propios méritos. "
Uno de los principales partidarios del Brexit es Sputnik, que advirtió recientemente que Gran Bretaña sufriría ataques sexuales en masa, como los de Colonia que precedieron al Caso Lisa, si no sale de la UE, citando a Nigel Farage, un admirador de Putin que encabeza el Partido de la Independencia del Reino Unido.
El portavoz del Kremlin siguió un camino similar en los Países Bajos, donde los votantes rechazaron un tratado de la UE con Ucrania. Sputnik elogió la derrota como un paso hacia el "Nexit," en un artículo basado en una entrevista con un reportero regional holandés.
El Berlín soviético
La "campaña de propaganda activa" de Putin llevó a Gran Bretaña, Dinamarca, Lituania y Estonia a instar a la UE a tomar medidas más fuertes, lo que resultó en la creación de la unidad East StratCom Task Force, que ve la operación Lisa como un castigo para el éxito de Merkel en la unificación de Europa en cuanto a las sanciones, según palabras de un diplomático cercano al grupo.
El Kremlin y el Ministerio de Asuntos Exteriores han dicho que el único interés de Rusia en el asunto está relacionado con la protección de los derechos de grupos étnicos rusos en el extranjero. Un abogado de la familia de Lisa no quiso hacer ningún comentario.
Según se dice, Lisa, cuya familia es del antiguo barrio soviético de Berlín, desapareció el 11 de enero y volvió a aparecer 30 horas más tarde. La principal emisora del Kremlin, el Canal Uno, que ven muchos de los 4 millones de personas de habla rusa de Alemania, dijo que la niña les había contado a sus padres que había sido secuestrada y violada por tres extranjeros de camino a la escuela. Sin embargo, los investigadores determinaron más tarde que había pasado la noche con un amigo a causa de problemas en la escuela.
Para ese entonces, el daño político a Merkel ya estaba hecho.
La “chispa”
"Solo hizo falta una chispa para que todo se desbordara”, sostiene Heinrich Groth, el presidente de un grupo de presión para los alemanes rusos que ayudaron a organizar las protestas de enero, a las que asistieron alrededor de 30.000 personas.
Según Groth, ya se han acercado a él para unir fuerzas con Pegida, un movimiento antiinmigrante que ha atraído a miles de personas a sus concentraciones desde que apareció el año pasado, y cuyos puntos de vista son similares a los del partido antieuropeo Alternativa para Alemania, o AfD. La llegada de más de 1 millón de refugiados y los ataques en Colonia y otras ciudades en Nochevieja, han causado que el índice de aprobación de Merkel descienda a su nivel más bajo en más de cuatro años.
Según Dmitry Abzalov, que dirige una consultora en Moscú, encargada de asesorar al Kremlin en cuanto a grupos de oposición europeos, “Europa está girando hacia la derecha. Y Merkel ha demostrado ser débil en el asunto de la migración".
Un funcionario de la Unión Demócrata Cristiana de Merkel declaró que casi la totalidad de los votantes rusos-alemanes de la coalición de gobierno se han ido al AfD, que también parece conseguir fondos de Rusia, según Alina Polyakova del Dinu Patriciu Eurasia Center del Consejo del Atlántico en Washington. AfD, aunque todavía relativamente pequeño, registró su mejor resultado hasta la fecha en tres elecciones estatales el mes pasado.
El portavoz de AfD, Cristian Lueth, dijo en un correo electrónico que su partido "se adhiere estrictamente" a la ley de financiamiento político de Alemania y no recibe ningún dinero del extranjero.
Pero esas garantías hacen poco para calmar las sospechas de las intenciones de Putin entre los líderes del país.
Juergen Hardt, portavoz de política exterior en el Bundestag para la alianza CDU / CSU, sostiene que Putin podría intentar ocultar sus actividades, pero está claro que preferiría ver una Europa fracturada a una unida – y el camino hacia esta meta está en Berlín.
En palabras de Hardt, "La lógica subyacente es que cuando desacreditas a la canciller Merkel y Alemania, también debilitas Europa".