Toru Hanai/Reuters
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Un nuevo caso de fraude de emisiones, pero con un procedimiento distinto. El fabricante Mitsubishi ha reconocido este miércoles haber manipulado los datos de consumo y eficiencia energética en las pruebas de homologación que pasaron cuatro de sus modelos de automóviles. El resultado es el mismo que marcó el escándalo de Volkswagen el año pasado: el enmascaramiento de sus emisiones reales. Pero el método fue más sencillo.

En vez de modificar el software de la centralita de sus motores —como hacía Volkswagen— para reducir su programa de consumo y de emisiones al detectar el automóvil que estaba pasando un test de eficiencia, Mitsubishi se limitaba a modificar la presión del aire de sus neumáticos. Y esa sobrepresión en las ruedas permitía ofrecer consumos inferiores a los reales.

Según los expertos, la fuerza de empuje de un motor está influenciada por la resistencia a la rodadura y los neumáticos juegan un papel determinante en este sentido. A menor resistencia de rodadura, menor consumo de combustible y, por ende, mayor eficiencia energética.

Es decir, que si las ruedas están poco infladas, la superficie de contacto es mayor y el motor necesita más carburante para avanzar la misma distancia, aumentando por consiguiente el consumo y la emisión de partículas contaminantes de CO2. Al contrario, un neumático con sobrepresión produce un consumo menor.

La relación entre la presión de los neumáticos y el consumo de CO2 es conocida desde hace tiempo. Un estudio realizado por el fabricante de gomas Bridgestone calculó que en la Unión Europea, el 71% de los conductores circula con una presión inadecuada en sus neumáticos y que aquellos que circularon con menor presión en las ruedas de sus coches, emitieron hasta un 1,8% más de CO2 a la atmósfera.

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En Europa, el fabricante marca el baremo de presión

Los modelos afectados por este fraude solo se han vendido en Japón y la distribuidora de Mitsubishi en España asegura que ninguno de sus modelos homologados y comercializados en nuestro país están afectados. Pero, ¿podría suceder también en España? ¿Existen controles para evitar que los fabricantes pasen la homologación de sus vehículos con una presión indebida en sus gomas?

La directiva europea de homologación, en su apartado 6.6.3, establece que la presión de las ruedas para pasar los tests de eficiencia la marca el fabricante. "El homologador coloca la rueda tras certificarla por separado y después usa el baremo de presión que recomienda el fabricante", explican a 20minutos expertos en homologación.

Es decir, que el fabricante podría optar también en Europa por colocar un baremo alto de presión en sus ruedas para marcar un consumo inferior, aunque las fuentes consultadas por este medio explican que la normativa comunitaria establece unos límites que no se pueden rebasar. Y es que un exceso de hinchado disminuye el consumo, pero también reduce la vida útil del neumático y empeora su adherencia a la carretera.

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