Conseguir una beca en España no es tarea fácil
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El progresivo encarecimiento de la universidad está convirtiendo a las becas en una herramienta indispensable si se quiere mantener la igualdad de oportunidades. Los precios de las tasas se han disparado en los últimos años, mientras que en Europa continental la tendencia es la de matrículas gratuitas o muy bajas. El coste de un grado en algunas regiones de España está entre los cuatro más caros, solo superados por Reino Unido, Irlanda e Italia.

En cambio, en 11 países europeos los estudios son completamente gratuitos, según el Observatorio del Sistema Universitario. Existen diversos tipos de becas, desde las estatales y autonómicas, a las ofrecidas por las propias universidades o fundaciones privadas. Las hay para grado, máster, movilidad e internacionalización, Formación Profesional, investigación, innovación o aprendizaje de idiomas.

Las más solicitadas son las del Ministerio de Educación, las conocidas como becas MEC. Pero la subida de las tasas ha dificultado el acceso a los estudios, y en muchas ocasiones, estos déficits no se ven compensados por un sistema eficiente. Las administraciones, tanto la central como las autonómicas, aseguran que a pesar de estas subidas, las becas están siendo efectivas y cubriendo las necesidades de los alumnos menos favorecidos. El peso recaería sobre todo en los alumnos que pueden pagar. Sin embargo, algunos informes denuncian lo contrario. Para la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) el sistema de becas públicas es insuficiente, dando razón a las denuncias de los estudiantes.

No es mucho dinero

Las cuantías otorgadas son menores que las de otros países europeos de nuestro mismo nivel de desarrollo. «Parece lógico que deba haber una aportación privada por parte de los estudiantes, ya que después obtienen una remuneración salarial superior a la media, sin embargo, debe haber una garantía de equidad al acceso a la universidad y esto debe traducirse en una efectiva política de becas», explica Martí Parellada, de la Fundación Conocimiento y Desarrollo.

Una crisis económica, una subida de las tasas pronunciada y un endurecimiento del acceso a las becas ha sido el cóctel con el que han tenido que lidiar muchas familias españolas. «El recorte en becas y el endurecimiento de los requisitos ha penalizado a los estudiantes con menos recursos. Si alguien debe estudiar y trabajar a la vez, no se le puede pedir mayor rendimiento, con notas medias que pueden estar en el 6,5», explica Ana García, del Sindicato de Estudiantes. Para obtener una beca pública en un máster es necesario tener una nota de 7. El gasto en becas del Estado está en 3,5%, frente a la media europea (7%) y muy concentrado en la educación superior.

Según el informe La Universidad Española en cifras, la situación de España en ayudas al estudio está «objetivamente muy atrasada» en cualquiera de sus modalidades (becas, ayudas o préstamos). Los requisitos para obtener una beca se han endurecido en un país en el que el 40% de los recortes los han asumido las familias, y donde el 22% de la financiación de los campus públicos procede ya de las matrículas.

Durante la crisis las comunidades autónomas subieron los precios públicos de los estudios al mismo tiempo que se recortó el presupuesto en educación. Ello ha provocado que más de 40.000 personas se hayan visto obligadas a abandonar la universidad, según denuncia el sindicato CCOO y el de Estudiantes. Entre las comunidades más caras encontramos a Cataluña y Madrid (un grado en Cataluña cuesta casi el triple que uno en Galicia o Castilla la Mancha), donde los precios se han disparado en los últimos años.

Para el Gobierno en funciones las partidas destinadas a las becas nunca habían sido tan altas, con el objetivo de asegurar la «sostenibilidad del sistema y la cultura del esfuerzo». Pero la CRUE afirma que esta ayuda solo alcanza al 26% de los universitarios, con un promedio de 2.562 euros, otorgándose la misma cuantía que hace 10 años. El aumento de las personas con necesidad de ser becario y el endurecimiento de las condiciones, especialmente entre las familias con menos recursos, las del umbral 1, pondría en duda nuestro sistema.

Para obtener una beca completa (Beca de matrícula, cuantía fija ligada a la residencia, cuantía fija ligada a la renta y cuantía variable) no podrá superar el candidato los 3.771 euros anuales en una familia de un solo miembro. Las ayudas que antes alcanzaban los 6.000 euros ahora no superarían los 4.000. La movilidad de los estudiantes se ha visto reducida en España debido a este déficit. En el curso 2013/2014 tan solo un 11,8% de los alumnos matriculados en universidades públicas procedían de otra comunidad autónoma. El Gobierno ha adelantado que el objetivo es incrementar la parte variable de 60 a 100 euros, así como aumentar los umbrales de patrimonio y renta.

Los requisitos económicos exigidos para tener la condición de becario «conforman una barrera que dificulta la expansión del número de beneficiarios», según publica Juan Hernández Armenteros en el informe La Universidad Española en cifras. Más del 30% de los alumnos de nuevo ingreso han visto limitadas sus opciones de acceder a la plenitud de las ayudas. Esto ha provocado que se intensifiquen las solicitudes y ayudas a las propias universidades, debido a las dificultades, concediendo éstas un equivalente al 18,38% de las cuantías que otorga el Estado. La situación contrasta con el hecho de que quienes conceden más becas y con importes más altos son los países donde los estudios son gratuitos, siendo estas principalmente becas salario.

España además no cuenta con beneficios fiscales en el IRPF, deducciones para familias con hijos que estudian en la universidad. Los préstamos universitarios se han convertido en la otra cara de una moneda, aunque un informe de la OCDE de 2015 admitía que durante la crisis este sistema no ha llegado a funcionar bien en España, ya que muchos de los estudiantes incumplieron los pagos y el sistema de préstamos quedó interrumpido.

La OCDE defiende creación de un sistema de préstamos universitarios basado en los ingresos –reembolsables cuando los titulados tengan ingresos–paralelo al de becas, con programas de condonación de deudas en el caso de que no pudieran pagar. En cuanto a las becas Erasmus, para el año 2015-2016, el Gobierno incrementó la partida hasta 24 millones de euros, unas ayudas que también se vieron reducidas durante la crisis, y que ha visto endurecer sus requisitos como la necesidad de acreditar dominio de idiomas. La ayuda está entre los 300 y 400 euros al mes según el destino, con cuantías adicionales que rondan los 100 euros. Se debe acreditar un nivel B2 de la lengua en que se impartirán las clases en destino, por lo que se reducen las posibilidades de viajar a países con lenguas minoritarias.

Lugares en los que solicitar una beca

En caso de necesitar ayuda para emprender o continuar los estudios existen varias opciones. El Ministerio de Educación concede anualmente sus becas (www.mecd.gob.es), así como las comunidades autónomas (Madrid –www.madrid.org– y Cataluña –web.gencat.cat–), que conceden becas para la excelencia y la equidad.

Las universidades tienen a su vez sus propios sistemas de ayudas, y la Unión Europea (https://europa.eu) cuenta con becas para cursar los estudios en países de la Unión.

Las fundaciones privadas cierran el círculo, entre las que encontramos las becas del Banco Santander, BBVA, la Fundación Carolina, Fundación Botín, la Fundación Iberdrola, etc. A su vez hay portales especializados en la red para mantenerse informado de todas la novedades, como pueden ser Universia, DudasbecasMec, o Becas Estudio. Otros países conceden ayudas como las Fulbright de EEUU o las DAAD alemanas.

Fuente: 20minutos.es. Autor: J. Rada. Bajo licencia Creative Commons BY-SA.

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