Los nuevos revolucionarios de Podemos se han unido con los antiguos: los comunistas.
El pasado octubre Francisco Guarido, el alcalde de Zamora, pidió que volvieran a tapizar el sofá de fuera de la cámara de debates del ayuntamiento. Eligió el rojo "en sintonía", según sus propias palabras, "con el nuevo ayuntamiento”, y se aseguró de que los fotógrafos le hicieran una foto sentado en él.
Zamora, una ciudad de 63.000 habitantes, salpicado de iglesias románicas medievales, es la única capital de provincia de España donde el alcalde pertenece a Izquierda Unida, coalición liderada por el partido comunista del país. Pero IU tiene planes de expansión. El 26 de junio, cuando España celebre sus segundas elecciones generales en siete meses, IU se presentará en una alianza nacional con Podemos, el insurgente partido anti-austeridad, para intentar crear un gigante izquierdista.
Las últimas elecciones de España en diciembre crearon un parlamento astillado en el que, a pesar de meses de negociaciones, ninguna de las partes fue capaz de formar una coalición. Las elecciones fueron decepcionantes para IU, que obtuvo 923.000 votos (de 25,4 millones de votos), pero solo dos de 350 diputados.
El partido salió afectado, en parte, por el dramático ascenso de Podemos, que se llevó a muchos de sus votantes. Pero también sufrió de un sistema electoral basado en las provincias, que castiga a los partidos pequeños con un apoyo disperso de manera uniforme. Por el contrario, el Partido Nacionalista Vasco, que fue elegido solo en tres provincias, ganó seis escaños con 301.000 votos.
Si se cumplen las tendencias de voto, una lista conjunta de IU-Podemos podría ganar hasta 14 escaños más de los que las dos partes habrían ganado por separado, según los analistas. Muchos de los nuevos escaños se los quitarían al Partido Popular del presidente, Mariano Rajoy. En un parlamento donde los bloques de izquierda y de derecha están muy igualados, se podría inclinar la balanza. Esto también podría permitirle a Podemos y su líder, Pablo Iglesias, adelantar al PSOE, e incluso podría abrir la puerta a un gobierno de Podemos, respaldado por IU y los socialistas.
Sin embargo, en el ayuntamiento de Zamora, los nuevos aliados son vistos con una profunda desconfianza. Los activistas locales de IU votaron en contra de la alianza, argumentando que Podemos era un partido "multifunción", con unos objetivos claros más allá de ganar el poder y absorber a IU.
"Hasta ahora Podemos nos ha tratado con desprecio", se queja Miguel Ángel Viñas, coordinador provincial de IU. Y lleva razón. Anteriormente, el moderno y mediático Podemos comparó el partido con el Pitufo Gruñón –un quejica ineficaz, incapaz de alcanzar el poder.
Viñas acusa a Podemos de alejarse de sus raíces izquierdistas. El partido prometió una vez que celebraría elecciones primarias para todos sus candidatos a las elecciones, pero en lugar de ello, ha puesto a varios favoritos de Pablo Iglesias – entre ellos el ex jefe del Estado Mayor de Defensa, el General José Julio Rodríguez – como candidatos para el Parlamento.
Y mientras IU exige una salida de la OTAN, la abolición de la monarquía, y la total separación de Iglesia y Estado, Podemos elude estas cuestiones con el fin de no ahuyentar a los moderados. Las encuestas muestran una caída en el apoyo a Podemos y un aumento en el respaldo a IU desde diciembre.
En Zamora, IU llegó al poder tras expulsar al PP en las elecciones locales de mayo de 2015. Guarido redujo a la mitad su sueldo de inmediato, haciendo a su partido aún más popular. La provincia es una de las más conservadoras en España, y Guarido quedó sorprendido cuando el laicista IU ganó en una ciudad de "monjas y sacerdotes", donde el mayor acontecimiento anual son las procesiones de Semana Santa.
Pero con el PSOE acosado por las disputas y la rama local recién fundada de Podemos demasiado pequeña para gobernar, la tenaz oposición de IU en el Ayuntamiento se convirtió en el principal rival de un PP que se había mantenido en el poder durante 20 años. El aumento de impuestos, el dinero malgastado en grandes proyectos de construcción y la corrupción del partido en otras partes de España, derribaron al PP. "Más que ganar nosotros, fue el PP quien perdió solo la votación", explica Guarido.
Guarido, que gobierna en coalición con los socialistas, ha reducido los impuestos desde entonces. También ha recibido la visita del embajador de Venezuela. Los gobiernos locales encargados de los servicios básicos no tienen mucho espacio para las políticas de izquierda, dice.
"Pero ser honesto, transparente y responsable con el dinero puede considerarse de izquierda en una situación como esta”.
El PP admite que tiene razón sobre las causas de su desaparición. Clara San Damián, un ex miembro del gobierno local del PP, reclama que, durante la campaña, los votantes la llamaron ladrona. "Pero tenemos que admitir nuestros errores. Y Guarido se vende a sí mismo muy bien".
Juntos, Podemos e IU tendrán que aumentar su voto en más de 10 puntos porcentuales solo para ganar uno de los tres escaños de Zamora en junio. San Damián no cree que eso ocurra. Pero si la avalancha de casos de corrupción del PP continúa, le preocupa que los españoles en su conjunto puedan reaccionar como el pueblo de Zamora, y voten a la extrema izquierda.