Las medidas para una reestructuración de la carga de la deuda griega, acordadas por el Eurogrupo, constituyen una condición clave para que el FMI siga participando en el rescate del país.
A primera hora del miércoles, los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro acordaron un nuevo conjunto de medidas de financiación para Grecia que fue más firme de lo previsto. Sin embargo, están muy lejos de las medidas radicales necesarias para encaminar a Atenas en una sólida trayectoria financiera.
Una de las consecuencias más importantes de las medidas será permitir que el Fondo Monetario Internacional (FMI) continúe participando en el rescate financiero de Grecia, después de que los ministros de Economía y Finanzas del Eurogrupo acordaron los detalles iniciales de un programa de cancelación de la deuda para el país con problemas de liquidez.
El presidente del Eurogrupo, el holandés, Jeroen Dijsellbloem, consideró el acuerdo entre los ministros de Economía y Finanzas, alcanzado después de una reunión de 11 horas, "un gran avance". Sin embargo, su única repercusión segura es que va a permitir a Grecia cumplir con los pagos debidos este verano, gracias al primer desembolso de un tramo del préstamo de 7,5 mil millones de euros el próximo mes.
Además, seis años después de que la crisis de la deuda griega sacudió a la zona euro hasta sus cimientos, un acuerdo del Eurogrupo puede ser visto como una complicada avenencia dirigida sobre todo a ganar tiempo. Una vez más, se puede criticar el acuerdo por eludir las decisiones radicales que permitirían a Grecia estar en una posición más firme. Y de nuevo, se verá como una estratagema cínica para evitar esas decisiones debido a la política electoral: en este caso, el aplazamiento de las decisiones más importantes hasta después de las elecciones en Alemania en 2017.
Aun así, el acuerdo es mejor para Grecia de lo que el gobierno de Alexis Tsipras podría haber esperado hace solo dos días. Al contrario de la mayoría de las expectativas, proporciona las primeras medidas de una reestructuración de la carga de la deuda griega, una condición clave para que el FMI siga participando en el rescate del país.
Un límite global del servicio de la deuda del país enmarcará el esfuerzo por la cancelación de la deuda. Según el Eurogrupo, las "necesidades financieras brutas" de Grecia se mantendrán por debajo del 15 por ciento del PIB a medio plazo y un 20 por ciento a partir de entonces. Esa era una demanda clave del FMI, que en teoría no puede participar en un programa que no muestra un camino claro hacia la sostenibilidad de la deuda para el país beneficiario.
Por primera vez, se llevará a cabo la reestructuración a corto plazo de los préstamos al país, como la suspensión del aumento de los tipos de interés (que debería haber tenido lugar en tramos durante el 2017, a partir del segundo rescate financiero a Grecia acordado en 2012) y hacer que el país aproveche el entorno de tipos de interés bajos que actualmente benefician al Mecanismo Europeo de Estabilidad (el fondo de rescate de la zona euro), que se financia a sí mismo en los mercados.
El Eurogrupo declaró que se seguirán tomando más medidas a medio plazo, si un informe "muestra que son necesarias". En cuanto a largo plazo, "el Eurogrupo confía en que la aplicación de este acuerdo sobre los principales aspectos de las medidas relativas a la deuda... llevarán la deuda pública de Grecia a una senda sostenible a medio y largo plazo y facilitará un retorno progresivo a la financiación del mercado".
O, como lo expresó Dijsellbloem: Los acreedores optaron por "no cuantificar" las medidas de cancelación de la deuda.
En su conjunto, el plan refleja un avance en comparación con el sencillo principio de cancelación de la deuda que comprometió formalmente a Grecia el año pasado, como parte de su acuerdo sobre las estrictas medidas de austeridad para conseguir el tercer rescate del país. Los primeros datos permitirán al directorio del FMI aconsejar al Consejo del organismo internacional que continúe participando en el rescate griego.
Sin embargo, aunque la directora gerente Christine Lagarde recomienda el acuerdo, la aprobación del Consejo no debería darse por sentado. Como afirmó el Eurogrupo, "la posible cancelación de la deuda se llevará a cabo al final del programa a mediados de 2018" (es decir, después de las importantes elecciones en Alemania y en Francia).
La tensión entre el FMI - debilitado por los anteriores pronósticos optimistas sobre la deuda griega y arrepentido de haberse saltado sus propias reglas para involucrarse en la crisis de la zona euro- y Alemania permanece intacta. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, puede respirar tranquilo al no tener que presentar un serio plan de cancelación de la deuda griega al Parlamento Federal alemán (Bundestag). Y como deseaba, el FMI sigue participando en el rescate griego.
Así aparentemente, las concesiones en ambos lados permitieron poder retrasar la solución una vez más. No obstante, las previsiones detrás del escenario siguen siendo tan frágiles como siempre - en particular el 3,5 por ciento del objetivo del superávit fiscal primario del PIB que se impuso a Atenas, pero que el FMI consideró "innecesario".
Como anunció Dijsellbloem, el objetivo se puede revisar en el futuro - después de 2018, por supuesto.