El ejército de Venezuela podría ser clave en la resolución de la crisis
Miraflores Palace/Handout via REUTERS
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Las Fuerzas Armadas de Venezuela tendrán que elegir pronto un bando en la lucha política.

Tan solo unos días después de que los manifestantes antigubernamentales se enfrentaran con la policía en varias ciudades, el ejército de Venezuela participó en un ejercicio de dos días que se convirtió la mayor maniobra militar en la historia del país.

Los ejercicios llegan poco después de que el presidente, Nicolás Maduro, declarara un estado de emergencia, concediéndose a sí mismo y a las fuerzas de seguridad un poder más amplio para hacer frente a los disturbios públicos y las dificultades económicas.

El énfasis de Maduro sobre el papel del ejército para reprimir los disturbios en el país, y los comentarios de los miembros de la oposición sobre el mismo asunto, puede que indiquen que las fuerzas armadas de Venezuela podrían verse pronto obligadas a elegir un bando en la lucha política que vive el país.

A medida que las tensiones en Venezuela se han ido intensificando durante las últimas semanas ­– el malestar social impulsado en gran medida por las profundas desigualdades económicas y el polémico entorno político –, el ejército y otras fuerzas de seguridad han sido empujados a tener un papel más prominente.

En declaraciones a la televisión estatal, el ministro de Defensa Vladimir Padrino López, declaró:

"Venezuela está amenazada. Esta es la primera vez que estamos llevando a cabo un ejercicio de esta naturaleza en el país. En términos de cobertura nacional, va a estar en todas las regiones estratégicamente importantes”.

Maduro ha denunciado a los "conspiradores" del país y la interferencia externa, principalmente de EE. UU., que según él envió este mes aviones espías al espacio aéreo del país ilegalmente. El presidente venezolano también ha llamado al ejército un baluarte en la lucha de su gobierno contra la intervención extranjera. Sobre EE. UU., Maduro ha dicho lo siguiente:

"Desde el imperio, sueñan con dividir nuestras fuerzas armadas... fragmentándolas, debilitándolas”.

En el interior del país, el ejército ha estado muy involucrado en una nueva fase de la Operación Liberación y la Protección de las Personas, destinadas a acabar con la delincuencia, pero consideradas por algunos como un esfuerzo por recuperar el control político.

La oposición también le ha pedido al ejército que adopte una postura.

El ejército de Venezuela podría ser clave en la resolución de la crisis
El gobernador del estado de Miranda

El 18 de mayo, Henrique Capriles, líder de la oposición y gobernador del estado de Miranda, dijo que Maduro se "pone a sí mismo por encima de la Constitución" al emitir el decreto de emergencia. Asimismo dijo:

"Y le digo a las fuerzas armadas: se acerca la hora de la verdad, para decidir si estás con la Constitución o con Maduro".

Capriles hizo hincapié en que él no estaba llamando a un golpe de Estado, sino a una "forma legal y constitucional de expulsar" a Maduro.

El ejército “hacedor de reyes”

Medio millón de soldados y milicias participaron en los ejercicios del fin de semana, los cuales, según la agencia AFP, estaban destinados a demostrar que las fuerzas armadas podían hacerle frente a conflictos internos o externos.

Los ejercicios, junto con las declaraciones de Maduro y Capriles, han puesto más atención en las preferencias políticas del ejército venezolano y su dirección.

¿Qué llevó a Nicolás Maduro al poder en Venezuela?

Juan Nagel, un economista venezolano en Chile y coautor de “Crónicas de Caracas”, un sitio web de oposición al gobierno, sostiene: “La declaración de Capriles podría ser en reconocimiento del papel que él ejercito ha tenido desde hace mucho tiempo como "hacedor de reyes".

"Es evidente que la oposición está detectando la posibilidad de que la participación democrática con el gobierno esté disminuyendo".

Según Nagel, los comentarios de Capriles – que parecían impulsados ​​por "la desesperación y la exasperación" – aparecieron en un intento de lograr un equilibrio entre pedirle al ejército que presione al gobierno e intervenir directamente.

Pero no está claro hasta qué punto es susceptible el ejército – y sus generales, en particular – de derrocar a Maduro o cambiar el status quo político.

Por un lado, se cree que el ejército está ampliamente alineado con el partido socialista de Maduro, al haber sido "purgado de manera sistemática" de las voces opuestas en los últimos 20 años, sostiene Cynthia Arnson, directora del Programa de América Latina del Wilson Center.

Al mismo tiempo, los funcionarios militares han posiciones importantes en el gobierno actual. Un tercio de los 28 ministros del país y la mitad de los gobernadores de los estados son militares activos o retirados.

"El ejército se ha hecho con Maduro y él se ha hecho con el ejército", dijo la profesora de historia venezolana Margarita López Maya, en una entrevista a principios de este mes.

Por otra parte, esta posición privilegiada le ha proporcionado a los soldados y oficiales oportunidades para beneficiarse en las actividades ilícitas, que van desde secuestros al contrabando de gasolina. Un cambio político plantea la posibilidad de que el ejército pierda ese poder o enfrente un castigo por esos abusos – algo que es, sin duda, muy poco atractivo.

Pero el ejército no es un monolito, y la agitación actual de Venezuela podría hacer que algunas de sus representantes reconsideraran su alineación política.

El apocalipsis venezolano

En un informe de febrero la empresa de inteligencia Stratfor escribió:

"En este momento, parece que al menos un segmento significativo de las fuerzas armadas, incluidos oficiales retirados y de rango medio, puede apoyar una transición".

López Maya llegó a la misma conclusión, diciendo que los oficiales del ejército que no están conectados a las redes de corrupción experimentaban las mismas penurias que los manifestantes en las calles.

"No creo que la oposición habría hecho este comentario si no hubiera una sección del ejército dispuesto a defender la Constitución y oponerse a caer en el autoritarismo", dijo Cynthia Arnson, en referencia a la declaración de Capriles.

Tal división dentro del ejército ya había ocurrido antes. En 1992, motivados en parte por las órdenes de disparar contra civiles que se estaban manifestando, un grupo de oficiales organizó un golpe de estado, que en última instancia fracasó. Fueron dirigidos por Hugo Chávez, que pasó un tiempo en la cárcel antes de ser elegido presidente en 1998.

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