Tras los ataques en noviembre, las autoridades francesas refuerzan las medidas de seguridad para las zonas del mayor evento deportivo de Europa.
Cuando los aficionados al fútbol tiraron bombas de humo y petardos en el Stade de France el sábado pasado, los estallidos hicieron más que aumentar el drama de una final de copa francesa entre acérrimos rivales. Expusieron las lagunas en los esfuerzos de Francia por reforzar la seguridad tan sólo dos semanas antes de la Eurocopa 2016, el mayor evento deportivo del continente.
Todavía en un estado de emergencia inducido por el terror, después de que 130 personas murieran en los ataques de noviembre, las autoridades francesas se están preparando para controlar a 8 millones de aficionados y proteger alrededor de 100 lugares para los campeonatos de fútbol europeos.
A pesar del muro de 2 metros que rodea el Stade de France y los puestos de control para los aficionados, algunos de los 80.000 seguidores de los equipos profesionales de París y Marsella consiguieron meter artículos prohibidos en el Stade de France, incluidas granadas de humo, cascos y petardos.
Treinta personas fueron detenidas después de que la policía utilizara gas lacrimógeno. Jacques Lambert, el jefe del comité organizador de la Euro 2016, declara:
"Me dijeron que algunas bombas de humo fueron introducidas escondiéndolas dentro de bocadillos. En lugar de poner una salchicha, metieron una bomba de humo en el pan. Si eso significa que tenemos que abrir los bocadillos de todo el mundo, nuestra tarea va a ser particularmente complicada".
Las infracciones ponen de relieve el desafío sin precedentes al que se enfrenta Francia tras obtener la Eurocopa 2016, que tendrá lugar en 10 ciudades francesas del 10 de junio al 10 de julio y coincide en parte con las tres semanas de carreras ciclistas del Tour de Francia, para las cuales también se ha reforzado la seguridad.
Debido a la amenaza terrorista, por primera vez, un equipo SWAT acompañará a los ciclistas a lo largo de la carrera 3.500 km y 23.000 policías y gendarmes se desplegarán en la ruta.
Seguridad en los estadios
Se desplegarán unos 90.000 agentes de seguridad, incluyendo 13.000 contratistas privados, según el Ministerio del Interior. Algunos de los 10.000 soldados que han estado vigilando sitios clave desde los ataques del año pasado también ayudarán a proteger los partidos, centrándose en la infraestructura de transportes.
Las autoridades estatales y locales francesas están a cargo de la seguridad general para el torneo. El cuerpo de gobierno del fútbol europeo, la UEFA, que organiza la competición, va a gastar 34 millones de euros para garantizar la seguridad de los estadios, los centros de formación y los hoteles, mientras que Francia gastará más millones. El éxito que tenga Francia en la protección de los partidos puede afectar a la candidatura de París para albergar los Juegos Olímpicos de 2024.
Francia todavía se encuentra en un estado de emergencia impuesto después de que los terroristas mataran a 130 personas en la capital el 13 de noviembre, tras disparar a los comensales en cafés, atacar una sala de conciertos y detonar bombas en el Stade de France fuera de París, durante un partido entre Francia y Alemania.
Los soldados vestidos de camuflaje y sosteniendo armas automáticas son una imagen común en todo el centro de París, sus estaciones de tren y principales atracciones turísticas, como la Torre Eiffel, y el presidente es quien ejerce poderes especiales para mantener la ley y el orden.
Áreas de aficionados
Según los fiscales belgas, un ordenador propiedad de un sospechoso de los ataques terroristas de marzo en Bruselas mostró que los conspiradores estaban considerando realizar un ataque durante la Eurocopa.
El reto de seguridad se extiende más allá de los estadios. Millones de seguidores también se reunirán en 10 ciudades en áreas de aficionados oficiales, zonas accesibles de forma gratuita donde se transmitirán los partidos en pantallas gigantes. La más grande es en el Campo de Marte (Champ de Mars), el parque al pie de la torre Eiffel, donde se albergará a un máximo de 92.000 personas.
Tras los ataques de noviembre, el Ministerio del Interior decidió convertir las zonas en espacios cerrados, con registros corporales sistemáticos, detectores de metales y cámaras de vigilancia. El mes pasado, el gobierno dijo que había duplicado el presupuesto de seguridad para dichas áreas a 24 millones de euros.
Protestas laborales
Francia se prepara para el mayor evento internacional del país desde el Mundial de 1998, en un momento en que la policía y el ejército están ya cansados después de meses de trabajo en el marco del estado de emergencia. Las autoridades también han tenido que hacer frente a la conferencia COP21 sobre el cambio climático en diciembre, el flujo de migrantes y la presencia de extremistas en las filas de los manifestantes que marchan contra un proyecto de ley laboral. Un coche de policía fue incendiado durante una protesta el 18 de mayo en París.
Christophe Rouget, portavoz del sindicato de la policía SCSI, dijo en una entrevista:
"La Eurocopa no sería un problema si fuera el único evento de este año. Pero ha habido una acumulación. Las fuerzas policiales han aplazado sus vacaciones y esto tiene un impacto en su vida familiar, en su moral y puede afectar a sus trabajos".
El plan de seguridad para el partido de París-Marsella la semana pasada implicó entradas limitadas abiertas al público para restringir el número de controles de seguridad, provocando un atasco de aficionados. Las autoridades dijeron que el partido no estaba pensado como un ensayo general para la Eurocopa.
'Largas filas'
"A pesar de que esto no era una prueba, tenemos que aprender de ello para garantizar que nuestra organización sea perfecta", dijo el miércoles a la prensa el ministro del Interior Bernard Cazeneuve.
Además de reforzar la seguridad para evitar que la gente meta bombas de humo o armas, otro cambio clave será asegurar que los aficionados pueden entrar y salir de los estadios sin problemas. "De lo contrario, habrá largas colas que podrían convertirse en objetivos", dijo Cazeneuve.
Según Alain Loisel del Normadie Foot, club de fans para el equipo nacional francés, los aficionados saben que el aumento de registros es ahora una rutina para los grandes eventos deportivos. Y añade:
"Hoy en día la seguridad y el fútbol van de la mano. No se puede aparecer con las manos en los bolsillos".
Labios sellados
Los riesgos asociados con el vandalismo – la principal amenaza de seguridad durante el Mundial de 1998 en Francia – no han sido olvidados en medio del aumento de la alerta terrorista. También han aparecido nuevas amenazas como posibles ataques con aviones no tripulados. Pero los labios del gobierno francés están sellados ante este tema en particular. "La eficacia de ciertas medidas puestas en marcha depende de que yo no diga ni una palabra sobre ellas" dijo Cazeneuve.
«Estamos tomando las máximas precauciones para garantizar la seguridad, aunque, como todo el mundo sabe, el riesgo cero no existe", dijo el ministro del Interior francés.
Salim Toorabally, guardia de seguridad de 43 años de edad que frustró el intento de un bombardero de detonar un chaleco explosivo en el interior del Stade de France el 13 de noviembre, dijo que confía en que todos los medios necesarios se están desplegando para albergar la Eurocopa de la manera más segura posible. Durante una entrevista telefónica comentó:
"Trabajé en la COP21, trabajé durante muchos partidos en el estadio y todo salió bien. Hoy no tengo miedo. Me siento seguro cuando voy a trabajar".