El sistema de defensa más costoso de Estados Unidos se enfrenta a otro obstáculo.
Se espera que el F-35 Lightning II, el caza de quinta generación de Lockheed Martin, incumpla otro plazo clave en su preparación para el combate.
La semana pasada, el Pentágono reconoció que el avión podría tener problemas en su etapa de prueba de funcionamiento. Frank Kendall, el jefe de Adquisiciones del Pentágono, dijo:
"Su finalización se planificó para mediados de 2017, pero ahora está claro que no va a poder ser así".
Según Kendall, la nueva fecha prevista es probable que sea en 2018.
Cabe destacar que la fecha prevista para el inicio de la prueba se ha aplazado en varias ocasiones debido a contratiempos con la sexta y última versión del software del F-35, conocida como Bloque 3F.
El software Bloque 3F es parte de los 8 millones de líneas de código de software complejo que sustentan al F-35. En resumen, si falla el código, el F-35 no puede volar.
El último contratiempo del F-35 surge de un informe de 48 páginas del 11 de diciembre realizado por Michael Gilmore, director de pruebas de armas del Pentágono.
Según la revista Aviation Week, el informe del Departamento de Defensa muestra que "la tasa de corrección de deficiencias no ha ido a la par de la tasa de descubrimientos", lo que quiere decir que en el programa del F-35 surgen más problemas que soluciones.
"Se conocen ejemplos de problemas significativos que incluyen la inmadurez del Sistema de Información Logística Autonómica, la inestabilidad de los aviones del Bloque 3F, así como varios problemas de seguridad y capacidad de mantenimiento de la aeronave y el motor".
Ante los últimos problemas del F-35, Gilmore recomienda triplicar la frecuencia de las pruebas del sistema de defensa, que se llevan a cabo una vez al mes.
La adición de más pruebas para el avión de combate con problemas probablemente supondrá costos superiores a los previstos y retrasos en el calendario, pero Gilmore afirma que disminuir el número de pruebas para cumplir con los plazos pondrá "la preparación para las pruebas de funcionamiento y el uso en combate en un riesgo significativo".
De acuerdo con el informe del Departamento de Defensa, las pruebas del software del Bloque 3F comenzaron en marzo, 11 meses después de la fecha prevista.
En 2001, se elaboró un programa de casi 400 mil millones de dólares para sustituir a los aviones F-15, F-16 y F-18 del ejército de EE. UU.
La empresa Lockheed Martin creó el F-35 para el combate aéreo, para proporcionar apoyo aéreo cercano, realizar bombardeos de largo alcance, así como para despegar y aterrizar en portaaviones - al tiempo que utiliza las capacidades de sigilo más avanzadas que se disponen.
Además, la compañía accedió a diseñar y fabricar tres variantes del F-35 para las diferentes ramas de servicio.
La Fuerza Aérea tiene a su disposición el F-35A; el F-35B puede realizar un despegue y aterrizaje vertical, que es ideal para la Infantería de Marina; y el F-35C está destinado a servir a los portaaviones de la Marina.
A pesar de los contratiempos con el software del Bloque 3F, el año pasado la Infantería de Marina anunció que un escuadrón inicial de los F-35 estaba preparado para el combate.
Las normas para la preparación de los marines que se utilizó (llamada "capacidad operativa inicial") lo determina de forma independiente cada rama de servicio cuando la aeronave demuestra con éxito una serie de capacidades. Sin embargo, no es necesario que se completen todas las pruebas y mejoras de la aeronave, como la actualización del software del Bloque 3F.
No obstante, el general Joseph Dunford, entonces comandante de la Infantería de Marina, en julio declaró la capacidad operativa inicial de 10 aviones de combate F-35B.
Se espera que la Fuerza Aérea anuncie el modelo TAP F-35A finales de este año y que la Marina lo anuncie también para los F-35C en 2018. Aun así, el tumultuoso proceso en la preparación del avión de combate más caro de Estados Unidos está lejos de terminar.