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Las autoridades chinas han luchado durante mucho tiempo contra el hecho de que el país estaba dejando salir demasiado dinero. Ahora ocurre lo contrario: el país recibe muy poco flujo dinero.

"Pekín está tomando medidas drásticas con la salida de capitales", comenta el profesor Christopher Balding, economista de la Universidad de Pekín.

"Ahora el problema es que las afluencias de capital en China están cayendo. Probablemente hasta casi un 40% este año. Eso probablemente está ejerciendo incluso más presión sobre el yuan que las salidas de capital. Para mantener un tipo de cambio fijo, es necesario encontrar un equilibrio".

China devaluó su moneda en agosto. Poco antes de esto, Goldman Sachs señaló que "la salida de capitales ha llegado a ser bastante considerable y ahora eclipsa todo lo que hemos visto en el pasado reciente".

Desde la devaluación, el dinero ha salido del país a tropezones. En septiembre y octubre salía a raudales, pero luego se moderaron las salidas. Cuando a principios de este año el yuan comenzó a caer de nuevo frente al dólar, la avalancha comenzó de nuevo, y luego se volvió a moderar.

Debido a esto, el gobierno ha comenzado a vigilar muy de cerca los movimientos de capital – tan a fondo como se puede esperar del gobierno cuando la gente que quiere retirar su dinero parece tener una creatividad sin límites.

Pero sin entradas de capital, restringir las salidas no será suficiente.

Según Balding: "El dinero todavía está saliendo de manera significativa, aunque sin duda se ha ralentizado en marzo y abril, y sospecho que en mayo ocurrirá lo mismo".

Una recuperación común y corriente

Para ser justos, la inversión en China históricamente ha tendido a quedarse atrás durante la primera mitad del año y a subir en la segunda mitad. Sin embargo, hay razones para creer que esta vez será diferente. Las medidas del gobierno chino para estimular la economía están teniendo cada vez menos efecto positivo, puesto que el aumento del nivel de deuda y el crédito tienen que ser productivo, no solo abundantes.

El gobierno ha dicho una y otra vez que no va a participar en incentivos importantes, y los analistas piensan que esto significa que las medidas adoptadas para evitar el desastre a principios de este año no van a continuar.

En una nota publicada el miércoles, los analistas de Barclays escribieron:

"Seguimos viendo el apoyo al crecimiento gracias a la mejora del mercado inmobiliario, el efecto retardado del fuerte crecimiento del crédito en el primer trimestre, y las políticas fiscales y monetarias flexibles".

"Para la segunda mitad del año fiscal 2016 y más allá, seguimos esperando una desaceleración del crecimiento debido a las reducciones de capacidad, la rápida expansión del crédito de manera no sostenible y las elevadas cargas de la deuda, sobre todo en el sector empresarial. Dicho esto, mantenemos nuestro pronóstico de política monetaria sin cambios: durante el resto del año se espera una disminución en el total del RRR en 150 puntos básicos y piensan que el Banco Popular de China recortará las tasas de interés de referencia al menos dos veces (25 puntos básicos cada uno) en la segunda mitad de 2016, con un riesgo de un menor número de recortes".

Esto le está dando un respiro a la gente que por lo general está a espera de la recuperación del mercado chino en la segunda mitad del año, El gobierno puede que realmente esté listo para dejar que la economía sufra un poco para reducir su adicción a la deuda barata. Sin embargo, esto no va a hacer que los inversores quieran mirar a China.

En cualquier caso, Balding sostiene:

"A menos que [los inversores] resurjan en la segunda mitad del año fiscal, seguirán terminando el año con una caída significativa. No conozco a nadie que se apresure a invertir dinero en China. Inversores nacionales y extranjeros opinan lo mismo: no compréis en China en este momento".

La disminución del yuan durante las últimas semanas no es algo atractivo para los inversores, por no decir más. Sin embargo, con la desaceleración de la economía, es lo que el mercado está dictando, y China está repitiendo constantemente que va a permitir que el yuan se mueva en base a las demandas del mercado.

"Pekín va a recorrer un largo camino para defender el yuan, así que, a menos que se sienta abrumado ­– algo que dudo que ocurra en los próximos meses – podemos esperar a que intervengan para estabilizarse, aunque no se sorprendan por los períodos de volatilidad real", declara Balding.

"Pekín no es el mejor capitán de lanchas de carreras".

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