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Los libios que viven bajo el dominio del ISIS en Sirte han descrito las ejecuciones públicas, secuestros, y flagelaciones llevadas a cabo a manos de los militantes mientras trabajan para construir otro baluarte en Oriente Medio.

A medida que los países occidentales aumentan los ataques contra la capital de facto del grupo, Raqqa, en Siria, el Estado Islámico (ISIS) ve a Libia como una posible opción de apoyo en la que estacionar sus operaciones.

La influencia del ISIS en Sirte ha estado creciendo durante el último año, y ha evolucionado hasta convertirse en lo que el New York Times describía como una "colonia de gestión activa" del grupo central.

Se estima que el ISIS tiene ahora entre 5.000 y 6.000 combatientes en Libia, y ha sido capaz de apoderarse del territorio, establecer "puntos mediáticos" para distribuir su propaganda, y establecer tribunales de la Sharia para imponer su estricta versión de la ley islámica.

La organización Human Rights Watch entrevistó recientemente a 45 residentes de Sirte que hablaron de cómo se había transformado la ciudad después de que el ISIS tomara el poder. Todos los nombres utilizados son seudónimos.

Ahlam, de 30 años, le contó a la HRW que "la vida en Sirte es insoportable."

"Todo el mundo vive con miedo. Están matando a personas inocentes", continuó Ahlam. "No hay tiendas de comestibles, el hospital no tiene médicos ni enfermeras, no hay medicinas... Hay espías en cada calle. La mayoría de las personas ha huido pero estamos atrapados. No tenemos suficiente dinero para irnos".

Estos son algunos de los principales cambios que ha implementado el ISIS en Sirte, según el informe de HRW:

  • Estrictas leyes: El ISIS ha distribuido una “Carta estatutaria para la Ciudad" que establece las leyes bajo su mandato. Como se extrae del informe de HRW: "La carta ilegaliza “todos los tabúes”, incluyendo la venta o el consumo de drogas, alcohol y tabaco. Alenta a los residentes a orar 'todos juntos, puntualmente' en las mezquitas locales. Prohíbe reuniones, partidos políticos, y banderas o insignias, y declara que los santuarios paganos o politeístas deben ser demolidos. El documento ordena a las mujeres a cubrirse con “túnicas sueltas y velo”, pasar su tiempo “quedándose en la casa... absteniéndose de salir a menos que sea necesario”. Asimismo, según este documento todos los fondos públicos pertenecen al ISIS.
  • Ejecuciones públicas: El ISIS ha llevado a cabo decapitaciones públicas y "crucifixiones", donde cuelgan de andamios a los cadáveres vistiendo monos naranjas. Se utilizan altavoces para llamar a los residentes a ver estas ejecuciones en la plaza central de Sirte.
  • Secuestros: Según el informe, personas enmascarados han estado "sacando a hombre de sus hogares durante la noche".
  • Escuelas: La Universidad de Sirte no ha impartido clases desde finales del año pasado. Según los informes, el ISIS prohibió las clases de Historia y Derecho e intentó separar a los estudiantes masculinos y femeninos. El grupo también está tratando de controlar las escuelas primarias y secundarias para enseñarle a los estudiantes jóvenes la ley islámica.
  • Tiendas: El ISIS ha cerrado las tiendas de lencería según los informes, así como tiendas que venden ropa occidental.
  • Gobierno e infraestructura: El ISIS ha "tomado el puerto de Sirte, la base aérea, la principal central eléctrica y la radio, junto con todas las oficinas del gobierno local y las finanzas". El grupo también ha abierto tres prisiones, cerrado bancos, y establecido centros de llamadas para poder controlar la comunicación de los residentes con el mundo exterior.
  • Entrenamiento militar para los niños: El ISIS ha reclutado a combatientes de incluso 16 años de edad. El grupo también está formando a los niños menores de 16 años en atentados suicidas, trampas explosivas, y armas.

Los libios que hablaron con HRW describieron la desesperación con la que viven los residentes de Sirte.

Ali, que ha abandonado la ciudad, le dijo a la HRW que la etapa final de la revolución de 2011 contra el depuesto primer ministro de Libia, Muamar Gadafi, fue en Sirte, la ciudad natal del fallecido líder.

"Estábamos llenos de esperanza. Luego, paso a paso, el Daesh tomó el poder. Ahora sentimos que estamos malditos."

Las matanzas del ISIS han hecho que los residentes teman atreverse a salir.

"No salgo de mi casa excepto para ir a la mezquita: de la casa a la mezquita, de la mezquita a la casa," le contó a HRW Salem, un ex empleado del gobierno. "Mantengo la cabeza agachada. Me quedaría en Misrata, pero no puedo pagar las rentas aquí. Todo el mundo quiere abandonar Sirte si pueden encontrar una manera".

Los residentes han descrito los terribles secuestros y ejecuciones de las personas que el ISIS percibe como enemigos o sospechosos de ser espías.

Otro hombre identificado con el seudónimo de "Ali", habló sobre su familiar, que fue secuestrado y ejecutado públicamente por el ISIS acusado de ser un "espía".

"Desapareció durante tres meses", dijo Ali. "El 16 de enero [2016], lo mataron a tiros. El hombre que disparó contra él era de Túnez y estaba en una silla de ruedas. Le dispararon en público y luego lo crucificaron durante tres días en la Plaza Zaafran".

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