La votación histórica del Reino Unido para abandonar la Unión Europea sume al bloque de las 28 naciones en una crisis existencial, después de que el sueño de una Europa integrada haya sufrido su mayor golpe desde el camino hacia la unidad, que comenzó después de la Segunda Guerra Mundial.
Ese esfuerzo se enfrenta ahora a un gran paso hacia atrás, con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, la cual tendrá también repercusiones a nivel mundial. Se prevé que su salida cambie totalmente los acuerdos comerciales y las estimaciones de los mercados financieros desde Asia hasta América del Norte y Europa. Se dividirá - y debilitará significativamente – la Unión Europea, el bloque de naciones más estrechamente aliado a Estados Unidos. Los observadores se muestran preocupados por el hecho de que una Europa nuevamente dividida también pueda envalentonar a Rusia mientras reduce el poder y la influencia de Occidente.
Actualmente, el temor de los partidarios de la Unión Europea es que el voto británico pueda haber reflejado un espíritu de la época, un resentimiento profundamente arraigado de globalización que se extiende por el Atlántico, un sentimiento que se puede traducir en un mayor nacionalismo y en una mentalidad independiente. La cuestión es si la decisión del Reino Unido de convertirse en el primer país en salir de la unión marcará el comienzo de una avalancha de referendos similares, que podrían amenazar la supervivencia del bloque.
El pasado viernes a primera hora, los populistas de toda Europa estuvieron elogiando la votación británica como una oportunidad para abandonar lo que se conoce como el "proyecto europeo" de unidad política y económica. En Holanda, el líder de la derecha, Geert Wilders, escribió en su twitter:
"¡Hurra por los británicos! Ahora es nuestro turno. ¡Es el momento de un referéndum holandés!
Marine Le Pen, la líder del partido del Frente Nacional de Francia, también hizo un llamamiento para un referéndum en su país.
Al abandonar la Unión Europea, el Reino Unido podría perder gran parte de su voz en los asuntos europeos. Sin embargo, esta decisión también está suponiendo un duro golpe para el resto de Europa. Steven Blockmans, un investigador principal del Centro de Estudios de Política Europea, explicó:
La salida del Reino Unido es probable que provoque en Europa "una crisis de enormes proporciones, una que va más allá de las que hemos conocido hasta ahora. No se trata solo de una crisis, sino de varias entrelazadas".
Incluso si –como la mayoría de los líderes europeos sostienen ahora– el resto de la Unión Europea logrará mantenerse unida sin el Reino Unido, las consecuencias aún podrían ser graves. Un continente que ya hace frente a una confluencia de problemas– incluyendo una crisis de refugiados, unos persistentes problemas de deuda soberana y una guerra continua en Ucrania – encontrarán ahora su atención monopolizada por las prolongadas negociaciones sobre la salida del Reino Unido. Cuando la Unión Europea y el Reino Unido finalmente se separen – un proceso que se espera que lleve al menos dos años – el bloque se verá disminuido en gran medida.
Se irá su poder militar y diplomático más significativo, así como la segunda economía más grande de una unión que se extiende desde Irlanda a Grecia y desde Letonia a Portugal. Lo que quedará será un bloque más centrado que nunca en su nación más poblada y más poderosa económicamente – Alemania.
Esa realidad es probable que genere nuevas tensiones
Los alemanes siguen siendo líderes que no están dispuestos a aceptar el tipo de diplomacia muscular, apoyada por la fuerza militar de la región que puede tener que ejercer una importante influencia a nivel mundial. Algunos de los vecinos de Alemania, por su parte, todavía albergan viejos recelos de Berlín.
A esas viejas preocupaciones se les suma ahora unas nuevas - en concreto, la insistencia de Berlín en una estricta disciplina fiscal como la condición primordial para la pertenencia a la Unión Europea. El miedo ya está circulando en el gobierno alemán mientras contempla la pérdida del Reino Unido –cuyo primer ministro, el conservador David Cameron, en gran medida apoyó la campaña de austeridad de la canciller Angela Merkel. Berlín ahora teme una "confabulación" por parte de países como Francia, España e Italia, que pueden tratar de derrocar finalmente la primera política de austeridad de Merkel.
Sin embargo, Alemania y la Unión Europea, puede que en última instancia no tengan más opción que aceptar el liderazgo de Berlín. Francia está demasiado distraída para dirigir, un país sumido en el estancamiento económico y en una guerra contra el terrorismo. Italia y España, por su parte, se encuentran todavía luchando contra los problemas financieros, la inestabilidad política y la elevada tasa de desempleo.
Se prevé que la salida del Reino Unido de la Unión Europea suponga un duro golpe para Bruselas – la sede de las instituciones europeas – que no ha establecido planes detallados sobre qué hacer en ese caso.
Según los analistas, la salida del Reino Unido probablemente suspenderá una mayor integración europea, mientras los líderes de la región se abstienen de renunciar a más soberanía, por temor a estar en desacuerdo con sus votantes. De hecho, entre los mayores desafíos de la Unión Europea será simplemente mantenerse unida.
La votación deja un interrogante sobre el futuro de más de 3 millones de ciudadanos no británicos de la Unión Europea que viven en el Reino Unido – desde fontaneros polacos hasta restauradores italianos – y los más de 1 millón de británicos que viven en la Europa continental. El destino de estos ciudadanos sigue siendo una de las cuestiones más espinosas que se deben resolver, planteando el espectro de posibles deportaciones.
A pesar de que las encuestas muestran una elevada desconfianza hacia varios estados miembros de la Unión Europea y el aumento de la retórica contra Bruselas por parte de gobiernos como los de Polonia y Hungría, sin embargo, algunos observadores afirman que el Reino Unido podría ser un caso atípico.
Históricamente, sus vínculos emocionales con el continente han sido débiles en el mejor de los casos – habiendo considerado a menudo el Reino Unido al Canal de la Mancha como una barrera cultural y física entre él y Europa.
Al mismo tiempo, las naciones menos influyentes –sobre todo de la Europa del Este – se han beneficiado en gran medida con las subvenciones de la Unión Europea y las leyes de movilidad laboral que han concedido a los jóvenes polacos, eslovacos y checos la capacidad de encontrar puestos de trabajo con la misma facilidad en Berlín, Múnich o París que en sus países de origen.
Hardt, de la alianza CDU/CSU de Alemania, dijo:
"No hay otro estado miembro con una mayoría a favor de abandonar la Unión Europea, ni incluso en aquellos estados con gobiernos críticos de la UE, como Polonia o Hungría. Los ánimos en esos estados no son comparables con los del Reino Unido. No creo que estén cerca de obtener el 50 por ciento de las personas dispuestas a salir de la Unión Europea".
Las consecuencias económicas de la salida británica de la Unión Europea podrían ser significativas, por ejemplo, en el sector del automóvil. Casi un tercio de todos los vehículos nuevos que se vendieron en el Reino Unido el año pasado se fabricaron en Alemania. De los 1,6 millones de coches fabricados en el Reino Unido, aproximadamente 1,2 millones se exportaron a la Unión Europea.
La expulsión del Reino Unido de la zona libre de aranceles de la Unión Europea podría suponer eso y poner a una serie de acuerdos económicos en peligro, lo que proporcionaría a ambos bandos una buena razón para encontrar puntos de acuerdo.
Sin embargo, ceder a la salida del Reino Unido también tiene enormes riesgos para Europa.
Al aceptar fácilmente que el Reino Unido abandone la Unión Europea se podría alentar a otras naciones a seguir su ejemplo, si sienten que pueden disfrutar de los mismos beneficios de la pertenencia de la UE sin ningunas condiciones. La semana pasada, en una entrevista publicada por el semanario Der Spiegel, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, afianzó su posición firme sobre la decisión británica al afirmar:
"Dentro es dentro, fuera es fuera".