El ataque terrorista en el aeropuerto de Estambul crea las condiciones previas para la intensificación del conflicto entre Turquía y el Estado Islámico.
Un cruento ataque por parte de tres terroristas suicidas en el aeropuerto Atatürk de Estambul ha creado las condiciones para una intensificación del conflicto entre Turquía y el Estado Islámico, un hecho que aumentaría la participación de Turquía en la guerra civil de Siria. No ha habido ninguna reclamación de responsabilidad por la masacre del martes, pero las autoridades turcas culparon a los extremistas sunitas del ataque, en el que 41 personas perdieron la vida y, al menos, 239 fueron heridas.
Esta tragedia se convirtió en el quinto ataque en Estambul este año y afectó al principal centro de transporte del país. Aunque los militantes kurdos también han atacado recientemente objetivos en Estambul, los analistas dijeron que la operación del aeropuerto tiene todas las características del Estado Islámico.
El miércoles, un alto funcionario turco proporcionó una secuencia temporal del ataque: En primer lugar, un militante hizo detonar explosivos en la zona de llegadas en la planta baja de la terminal internacional. Un segundo atacante detonó una bomba minutos más tarde en la zona de salidas de la planta de arriba. Por último, un tercer atacante detonó explosivos en los aparcamientos en medio del caos, mientras la gente huía para escapar de los ataques en el interior.
No está claro en qué momento las fuerzas de seguridad intercambiaron disparos con los atacantes. Sin embargo, los testigos hablaron el miércoles sobre las escenas de pánico, del miedo y de otros viajeros heridos.
Faisal Rashid, un chico de 15 años que viajaba con su familia desde Suecia a Irak, explicó:
"Fue un caos. Nadie se encargaba de nada. Solo corrimos fuera. No sabíamos qué hacer – simplemente pensábamos que podríamos morir".
Aun cuando el país se tambaleaba de la violencia, un atentado en uno de los aeropuertos más concurridos del mundo – y un símbolo de la economía moderna de Turquía – amenaza por impulsar al país hacia una guerra más amplia contra el Estado islámico.
El aeropuerto recibe a más de 60 millones de pasajeros cada año y es el centro de la aerolínea oficial de Turquía, Turkish Airlines.
Soner Cagaptay, director del Programa de Investigación de Turquía en el Instituto Washington para la Política del Cercano Oriente, afirmó:
“Si el Estado Islámico está realmente detrás de este ataque, esto sería una declaración de guerra. Este ataque es diferente: el alcance, el impacto y las muertes de decenas en pleno centro de la capital económica del país”.
Y añade: "Esto va a tener repercusiones generalizadas y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que se ha descrito a sí mismo como un líder fuerte y conservador, no puede permitirse dejar pasar este incidente".
Turquía ha tomado medidas para luchar contra el Estado islámico, que se fortaleció en medio de la sangrienta guerra civil en la vecina Siria. Sin embargo, los críticos han culpado a Turquía por su reticencia a llevar a cabo una lucha contra los extremistas.
Durante años, las fuerzas de seguridad turcas hicieron la vista gorda a los militantes que cruzaban a través de la frontera de Siria, donde los rebeldes islamistas y otros han estado luchando contra las fuerzas leales al presidente sirio, Bashar al-Assad.
Turquía quería que el líder sirio dimitiese y consideró a los militantes como un baluarte contra los propios kurdos que buscan la autonomía de Siria.
La minoría kurda de Turquía ha buscado durante mucho tiempo una mayor independencia del Estado turco y el surgimiento de un enclave kurdo en el norte de Siria preocupa a los nacionalistas turcos, que temen que esto inspire a los kurdos en Turquía.
Los combatientes que se agrupan en la frontera entre Siria y Turquía – muchos de los cuales finalmente se unieron al Estado Islámico – utilizaron Turquía como una ruta crucial para armas, reclutas y suministros. La falta de seguridad a lo largo de la frontera permitió a los militantes avanzar dentro del territorio de Turquía, incluso cuando tomaron tierra a través de Siria e Irak.
Y cuando la distensión entre Turquía y los militantes llegó a su fin – cuando Turquía se unió a la coalición liderada por Estados Unidos contra el Estado islámico y abrió la base aérea de Incirlik para los aviones estadounidenses – las redes fueron intervenidas para la nueva batalla contra el estado turco.
Se le ha atribuido o se ha acusado al Estado Islámico de al menos cinco grandes atentados suicidas en Turquía en el último año, incluyendo el ataque en el aeropuerto y otros dos bombardeos en Estambul este año.
Según los analistas, ahora las dos partes se están dirigiendo hacia un conflicto a gran escala. Cagaptay dice:
"Pasaron de una guerra fría a una guerra limitada y ahora se están moviendo hacia la verdadera guerra".
Sin embargo, la cuestión es si Turquía, como un miembro de la OTAN y aliado de EE. UU., podría en realidad intensificar su papel en la campaña en Siria.
Los ataques aéreos de Turquía contra posiciones del Estado Islámico se suspendieron después de que Moscú, en respuesta al derribo por parte de Turquía de un avión ruso que Ankara dijo que estaba volando sobre su territorio el pasado mes de octubre, amenazara con derribar aviones turcos sobre Siria. Desde entonces, Turquía ha volado solo en misiones de vigilancia y reconocimiento en su propio espacio aéreo.
Rusia intervino en la guerra de Siria el pasado otoño para apoyar a Assad frente a la ofensiva rebelde.
Esta semana, Erdogan respondió a la demanda del presidente ruso, Vladimir Putin, de una disculpa por el derribo de los aviones. El miércoles, los dos líderes hablaron por teléfono y Putin expresó sus condolencias por las víctimas del ataque al aeropuerto de Estambul.
Cagaptay dijo: " Si Turquía quería luchar contra el Estado Islámico en cualquier lugar del norte de Siria, no puede hacerlo sin el consentimiento de Rusia".
Y añadió: "Pero incluso mientras Turquía evalúa sus opciones en la lucha contra el Estado islámico, el último ataque, por desgracia, indica el primero de una serie de ataques que se van a producir".
Ege Seckin, un analista de IHS Country Risk, una empresa de análisis de riesgo político, afirmó: "La capacidad del Estado Islámico … es probable que continúe aumentando".
Seckin también dijo: "El tamaño y la naturaleza de los grupos militantes en Turquía indica el hecho de que impedir sus ataques no será fácil".