El golpe de Estado fallido de Turquía señala el fracaso de la Unión Europea
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La purga de Erdogan ha puesto en duda el acuerdo entre Turquía y la Unión Europea en relación con la crisis de refugiados.

Desde el intento de golpe de Estado del 15 de julio, el presidente Erdogan ha llevado a cabo la purga de 9.000 militares, 6.000 miembros de la policía, 3.000 jueces y más de 15.000 profesores.

El ejército de Turquía ha actuado históricamente como un contrapeso para los políticos que empiezan a inclinarse demasiado hacia el Islam. El ejército ha intervenido de forma directa en la política turca tres veces desde 1971. Los militares se ven como protectores del Estado laico creado por Mustafa Kemal Ataturk en 1923.

Desde que tomó el poder en 2002, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) – el principal partido político de Turquía– ha introducido una serie de medidas que alejan a Turquía de los principios de un Estado laico. Aunque el 97,8% de la población turca se considera musulmana, muchos de ellos no practican la fe. Según el AKP, el número de niños en escuelas islámicas ha aumentado de 63.000 a más de 1 millón.

La purga militar se ve como un intento de Erdogan por destruir la última resistencia laica hacia un régimen más islamista.

La influencia política

Turquía posee una baza muy importante, que es similar a un arma biológica. Esa baza es la de los 3 millones de refugiados que Turquía actualmente acoge.

Turquía y la Unión Europea llegaron a un acuerdo en el que Turquía aceptó frenar la entrada de los refugiados que salían de sus costas para Grecia. A cambio, la UE accedió darle a Turquía 3 mil millones de euros al año para sus problemas y la exención de visado en la zona de Schengen para todos los ciudadanos turcos.

Dado que el acuerdo entró en vigor en marzo de 2016, el número de refugiados que llegan a Grecia ha disminuido un 90%. La Unión Europea ha pagado hasta ahora la primera parte de los fondos, pero ¿qué pasa con la promesa de la exención de visado?

La purga de Erdogan ha puesto en duda el acuerdo. La Unión Europea ha adoptado una postura muy firme contra sus acciones. Dada la reciente oleada de ataques terroristas islámicos por toda Europa, lo último que la UE quiere es un nuevo flujo de refugiados en sus fronteras.

Las opciones de Europa

Una Turquía cada vez más islámica y autoritaria es una Turquía en contra de los valores tradicionales europeos. Turquía tiene a la Unión Europea entre la espada y la pared con respecto a la crisis de los refugiados y tiene algo que ofrecer.

Si la Unión Europea opta por romper las negociaciones con Turquía, el régimen de Erdogan ha afirmado que ''liberará a los refugiados'' en Europa. Esto dejará a los 3 millones de refugiados que actualmente se alojan allí libres para cruzar el mar Egeo y llegar a Grecia. Sin duda, los burócratas de la UE están acordándose de las escenas de la oleada de balsas cargadas de refugiados del último verano.

Si la UE decide seguir adelante con el acuerdo, el resultado no es demasiado diferente. Proporcionaría a más de 70 millones de musulmanes la exención de visados ​​en toda Europa. Turquía limita con Irán, Irak y Siria –no exactamente los países en los que pensamos cuando escuchamos "zona euro". Este acuerdo implicaría un acceso más fácil a la Europa continental para los ciudadanos de esos países.

Se estima que más de 15 millones de turcos emigrarían a Europa durante los primeros 10 años del acuerdo. Esto reduciría en gran medida los salarios en Europa. El PIB per cápita de Turquía es de 10.500 €, un 65% inferior a la media de la zona euro.

Las soluciones a la crisis

La Unión Europea se halla atrapada en un juego de "Trato o No trato". En cualquier caso, la UE pierde. Sin embargo, todavía puede salvar a sus ciudadanos y a su patrimonio cultural con una decisión: el restablecimiento de las fronteras.

Hungría tomó esta decisión en junio de 2015. En cuestión de una semana, el número de entradas al país se redujo de 6.353 a 29 al día.

Esta decisión violaría el Acuerdo de Schengen y, al mismo tiempo, pondría fin a la Unión Europea como la conocemos. También significaría el fin de la crisis de la inmigración en Europa.

De corazones abiertos a fronteras cerradas

La historia no se repite, pero a menudo suena como los discursos para la convención de Melania Trump y de Michelle Obama. Actualmente, estamos en una situación que recuerda a la Batalla de Viena de 1683. ¿Optará Europa por defenderse contra los invasores como lo hizo entonces?

El golpe de Estado fallido – al que Erdogan considera un acto de terrorismo – fue en realidad un intento por parte de los militares de defender los valores laicos fundamentales de la República de Turquía.

Ataturk se estará revolviendo en su tumba.

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