Con el Brexit, la crisis de los refugiados y el creciente temor al terrorismo, muchos países europeos podrían desviarse hacia los gobiernos de extrema derecha.
La crisis de los refugiados y el creciente temor al terrorismo están empujando a los europeos hacia los políticos populistas.
El poder de los dirigentes de extrema derecha está aumentando. La votación del Reino Unido para abandonar la Unión Europea (Brexit) fue una victoria para los aislacionistas, nacionalistas y conservadores populistas en toda Europa.
El siguiente paso en esa dirección podría venir de Austria.
En abril, Norbert Hofer –el candidato presidencial del Partido de la Libertad de extrema derecha en Austria– sorprendentemente ganó el 35 por ciento de los votos en la primera vuelta de las elecciones de este año, pero perdió en la segunda vuelta.
Sin embargo, a principios de este mes, el Tribunal Constitucional de Austria anuló esas elecciones debido a una "manipulación" de los votos por correo. En octubre habrá nuevas elecciones.
Hofer había perdido contra su rival socialdemócrata Alexander Van der Bellen por solo 30.000 votos en mayo. La reelección sitúa a Hofer en una posición posiblemente más fuerte entre los votantes, debido a los resultados del Brexit y al reciente ataque terrorista en Niza (Francia).
El próximo presidente de Estados Unidos –Hillary Clinton o Donald Trump– probablemente tendrá que hacer frente a muchos políticos populistas en Europa.
Las cruciales relaciones entre Estados Unidos y Europa cuando se trata del comercio, del turismo y de los acuerdos militares que implican a la OTAN estarán en la mesa de debate.
Todas estas cuestiones podrían plantear grandes problemas para ambos, aunque Trump en la campaña electoral ha expresado algunos sentimientos de extrema derecha similares con su política firme relativa al comercio y los inmigrantes.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Hace varios años –mientras Portugal, España y Grecia estaban al borde de la quiebra– el futuro de la Unión Europea estaba en duda. Francia y Alemania, los hermanos mayores de la unión, decidieron imponer sanciones económicas a esos países.
Esa decisión desencadenó conflictos políticos en Portugal, España y Grecia mientras se hacían eco por toda Europa, lo que ayudó a fortalecer a los partidos de la izquierda radical en algunos países. Entre ellos, Podemos en España y Syriza en Grecia.
Alexis Tsipras de Syriza llegó al poder después de unas elecciones en septiembre de 2015.
Pero aparte de estas historias de éxito, la influencia de la izquierda radical no les dio el control de los gobiernos en muchos países.
En los últimos años, estalló la crisis de los refugiados: Millones de sirios partieron hacia Turquía, Grecia, Alemania, Francia y otros países. A su vez, creció el temor a los refugiados ya que los europeos temían por sus puestos de trabajo, las viviendas escaseaban y los atentados terroristas aumentaban.
Los movimientos de extrema derecha surgieron a partir de este período de agitación continúa. Y las recientes manifestaciones en contra de la inmigración en Alemania, Francia, los Países Bajos e Italia se han convertido en protestas xenófobas.
El partido Alternativa para Alemania (AfD) exaltó a los alemanes en contra de los refugiados, yendo de la mano del movimiento xenófobo Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida).
El AfD logró transformar su odio en poder político, ya que sus partidarios ganaron en una serie de elecciones municipales. Los ataques terroristas de la última semana en Múnich y en un tren bávaro han desencadenado aún más las expresiones de odio contra los refugiados.
Matteo Salvini, líder del separatista partido Liga Norte, afirmó una vez que Benito Mussolini hizo muchas cosas buenas como un aliado de la Segunda Guerra Mundial de Adolf Hitler en Alemania. Salvini ha contribuido a que el apoyo a su partido aumente de solo un 3% a casi el 17% en las encuestas nacionales.
Salvini también es el candidato preferido de Trump para ser el próximo primer ministro de Italia.
Salvini nunca pierde la oportunidad de insultar a los refugiados, las mujeres y los demócratas de Europa. En un mitin del fin de semana pasado, comparó a Laura Boldrini –la ex portavoz de Italia para el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados – con una muñeca inflable.
En Francia, el Frente Nacional, el partido de extrema derecha de Marine Le Pen se está convirtiendo en el partido más fuerte en ese país. Después del espantoso atentado en Niza, Le Pen ha emergido como la candidata más fuerte en la carrera presidencial que tendrá lugar el próximo año.
Geert Wilders -el amigo holandés de Le Pen y Salvini – es más conocido por su frase: "No odio a los musulmanes. Odio al Islam". Es cada vez más fuerte en los círculos políticos en los Países Bajos.
La semana pasada, Wilders asistió a la Convención Nacional Republicana y dijo a los delegados que Europa estaba derrumbándose debido a la inmigración.
Existe un temor de que muchos países europeos pasen a estar dirigidos por gobiernos de extrema derecha.
Todo eso podría finalmente afectar al equilibrio del poder económico y militar en todo el mundo.