La industria automovilística de España está atrayendo miles de millones en nuevas inversiones por parte de fabricantes de automóviles de todo el mundo, un aspecto positivo para una economía que aún se recupera de años de recesión y de una elevada tasa de desempleo.
Las empresas alemanas Volkswagen AG y Daimler AG han incrementado recientemente su capacidad de producción en el país, alentadas por una legislación laboral relativamente flexible y una amplia red de proveedores de piezas del país.
Joachim Hinz, director de planificación financiera de SEAT, una marca que Volkswagen compró al gobierno español en 1986, afirmó:
"España no puede competir con Europa del Este, pero sigue siendo más barata que Francia o Alemania e igualmente competitiva".
El país no puede tener un fabricante de automóviles de propiedad nacional, pero se ha convertido en el segundo mayor productor de vehículos en Europa, por detrás de Alemania, y en el octavo más grande del mundo.
El atractivo de España viene en gran parte de las reformas laborales aplicadas en 2012, durante la crisis de la zona euro, después de que el Partido Popular llegase al poder. Las reformas facilitaron a los jefes despedir a los antiguos empleados y debilitó los convenios colectivos. Hinz, de SEAT, destacó:
"La reforma laboral nos ayudó a mejorar nuestras expectativas futuras".
El año pasado, Volkswagen anunció que invertiría mil millones de euros (1,11 mil millones de dólares) en su planta de Pamplona, donde va a construir su próxima generación de modelos Polo, añadiendo 500 empleados a una plantilla de 4.500 personas. Los trabajadores aceptaron una disminución de 50 céntimos por hora en su sueldo, así como trabajar un día más al año, dijo Eugenio Duque, secretario general del comité representante del sindicato.
Según fDi Markets, una publicación especializada en inversión internacional, las empresas alemanas invirtieron 4,8 mil millones de euros en España el año pasado, convirtiendo al país en el segundo destino principal para la inversión directa exterior de Alemania, solo por detrás de EE. UU. La mayor parte de esa inversión —4 mil millones de euros— fue para la industria automovilística del país.
El sector del automóvil representó el 8,7% del producto interior bruto de España el año pasado, frente al 5,2% en 2005, según ANFAC, la asociación española de fabricantes de automóviles. Da trabajo al 9% de la población activa de España y registró una cifra récord de 2,7 millones de vehículos el año pasado, de los cuales exportó el 80%.
Eduardo González, director general en España del fabricante alemán de componentes de automóviles Continental AG, elogia a los "proveedores con una alta especialización" del país, así como a "una mano de obra cualificada y las relaciones laborales flexibles que permiten reaccionar a los cambios rápidos en la demanda sin tener que recurrir a los despidos."
Cuando en 2014 Ford decidió cerrar su planta en Genk, Bélgica, para trasladar su producción de los modelos Mondeo, Galaxy y S-Max a Valencia, los proveedores locales fueron un factor importante. Ford tiene previsto invertir 2,3 mil millones de euros en la planta de Valencia en 2020. Esta planta se ha convertido en el fabricante de automóviles de EE.UU. más grande de Europa. Linda Cash, vicepresidenta de la fabricación de Ford en Europa, dijo: "Los proveedores son un factor importante para el éxito de nuestras operaciones en Valencia".
Gestamp es el mayor productor español de componentes de coches — que fabrica parachoques, cajas de pedales, chasis y otros productos en 20 países— y espera registrar un crecimiento del 7% en 2016. Francisco José Riberas Mera, director general de la compañía, explicó:
El hecho de trabajar junto a varias empresas "hace a nuestra red productiva muy versátil y ha favorecido las inversiones en I+D en las técnicas de producción".
En Vitoria, en el norte de España, se encuentra la planta de furgonetas más grande de Daimler de todo el mundo, donde el fabricante alemán de automóviles fabrica el Mercedes Vito y las furgonetas medianas Clase V. Daimler ha invertido mil millones de euros en esta planta desde 2012. General Motors Co. en Detroit, Renault SA y PSA Peugeot Citroën de Francia también han conseguido una importante presencia en España.
Sin embargo, un estancamiento político está poniendo el futuro de la reforma laboral en duda. Los votantes españoles fueron a las urnas dos veces en seis meses, no siendo capaz ningún partido de ganar con mayoría absoluta. Si el Partido Socialista de centro-izquierda y el Partido de centro Ciudadanos deciden bloquear al Partido Popular en la formación de un gobierno de minoría, España se enfrentaría a sus terceras elecciones generales en un año. Las dos principales fuerzas de la oposición en España, los socialistas y la coalición de extrema izquierda Unidos Podemos, hicieron campaña para anular las reformas laborales, que según ellos perjudicaban los derechos de los trabajadores.
España está todavía reponiendose de una burbuja inmobiliaria que desencadenó una recesión de doble caída, que incrementó la tasa de desempleo del 8% en 2008 al 26% en 2013. El sector de la construcción, que una vez fue el motor económico del país, perdió cerca de dos tercios de sus trabajadores. Éste representó el 5% del producto interior bruto de España del año pasado, la mitad de su nivel del 10% antes de la crisis.
El PIB del país se incrementó un 3,2% en 2015, pero sigue siendo inferior de lo que era hace ocho años. La tasa de desempleo se sitúa en torno al 20% y el número de trabajadores a tiempo parcial ha aumentado del 12% al 15 %.
Sergi Basco, un profesor de economía de la Universidad Carlos III en Madrid, explicó´:
"La mano de obra barata ha atraído inversión y empleos de larga duración desde los países más caros más al norte. Pero esa no es una solución a largo plazo. España necesita llegar a acuerdo a nivel nacional sobre cómo aumentar las capacidades de sus trabajadores. Pero esa tarea no será fácil".