¿Se atisban en el horizonte unas terceras elecciones en España?
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A pesar de haberse celebrado dos elecciones en el último año, España todavía no tiene un gobierno operativo. El Partido Popular ha aumentado su representación pero no ha llegado a la mayoría requerida. A medida que continúan las intensas negociaciones y tratos políticos, ¿se avecina un tercer viaje a las urnas en lo que va de año?

Cuando el primero de los dos últimos votos se llevó a cabo en diciembre de 2015, en general se esperaba que la austeridad acabaría con el apoyo para los dos partidos principales del país – el Partido Popular (PP) y el PSOE.

Las partidos reformistas más nuevos – Podemos y Ciudadanos – aprovecharon la movilización ciudadana para dar aviso sobre el sistema bipartidista. Ambos obtuvieron resultados trascendentales. Podemos obtuvo 42 escaños en el Congreso de Diputados, y Ciudadanos 40. Los socialistas, por su parte, tuvieron las peores elecciones en su historia.

Los resultados hicieron caer a los españoles en la incertidumbre. Por primera vez desde la transición de España a la democracia en 1977, tras la muerte de Franco, ninguno de los candidatos consiguió suficiente apoyo electoral para dirigir el país. Las negociaciones entre las partes que intentaban formar un gobierno se prolongaron sin resolución.

España se merece un Gobierno

El décimo primer parlamento español se convertiría en el más corto de la democracia moderna del país – y el único en pasar sin haberse formado un gobierno. Debido a esto, se convocaron unas nuevas elecciones para junio.

Doble caída

¿Se atisban en el horizonte unas terceras elecciones en España?
Marcelo del Pozo/Reuters

Estas segundas elecciones pasaron más desapercibido que las primeras. Sin embargo, una vez más, no lograron obtener una mayoría viable para cualquiera de los partidos. La nueva agrupación de los partidos de izquierda encabezada por Podemos, no logró ningún beneficio significativo. El PP aumentó su porcentaje de votos, pero no lo suficiente como para asegurar la mayoría que había disfrutado desde 2011. Una vez más, el PSOE obtuvo su peor resultado histórico, agravando aún más las pérdidas sufridas en 2015.

5 conclusiones de las nuevas elecciones en España

Aunque las posiciones ministeriales provisionales fueron asignadas y se formaron agrupaciones políticas, no se alcanzó ningún acuerdo sobre quién debería ser presidente. El presidente en funciones, Mariano Rajoy, continuó en el gobierno de transición, pero seguía existiendo cierta ambigüedad sobre la solución a largo plazo.

La frustración creció entre los políticos y el público en general. Es el papel del Rey reunirse con representantes de los distintos partidos para fomentar el consenso y el diálogo, sin embargo, se dice que incluso él se ha mostrado notablemente más sombrío a raíz de la segunda votación.

El rey Felipe ha indicado que cree que Rajoy tendría ahora el apoyo para formar un nuevo gobierno. A diferencia de principios de año, cuando Rajoy no se postuló para dirigir un posible gobierno, el presidente en funciones ha aceptado esta vez el encargo del monarca de dirigir el país.

Sin embargo, Rajoy aún debe someterse a una votación parlamentaria para convertirse en presidente. Sostiene que no va a asistir a un debate de este tipo a menos que esté seguro del apoyo de la Cámara. Su postura está siendo cuestionada por expertos legales que sugieren que, habiendo ya aceptado la propuesta del rey, Rajoy debe presentarse ahora ante la Cámara.

Constitucionalmente, no hay límite de tiempo específico entre las elecciones y la primera votación parlamentaria para los candidatos a la presidencia. Sin embargo, en el caso de que Rajoy asistiera y perdiera – algo que él quiere evitar – dispone de un plazo máximo de dos meses para continuar las negociaciones con el objetivo de ganar el apoyo del Parlamento. Si esto ocurre y fracasa, serían necesarias unas terceras elecciones sin precedentes.

¿De verdad quieren los españoles repetir las elecciones?

Ciudadanos ha estado hablando sobre abstenerse de votar. Sin embargo, Rajoy está en contacto permanente con sus miembros y es cada vez más probable que hagan concesiones en temas como la reforma política y la regeneración con el fin de asegurar votos favorables de ellos.

Los miembros de Ciudadanos – que ven a sí mismos como piezas clave a la hora de asegurar el progreso – también están tratando de convencer a los representantes del PSOE de hacer lo mismo, o al menos abstenerse en lugar de votar en contra de Rajoy, basándose en la promesa de reforma y una lucha continua contra la corrupción. Eso podría permitirle a Rajoy ganar el voto y gobernar en un gobierno minoritario.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se ha negado hasta ahora a contemplar cualquier voto que no sea uno contra un gobierno del PP. Él cree que la abstención sería entregarle el papel de oposición a los radicales de Podemos y vería a los socialistas exiliados a un segundo plano durante un tiempo considerable.

¿Se atisban en el horizonte unas terceras elecciones en España?
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Sin embargo, el desempeño electoral del partido bajo su dirección deja a Sánchez en una posición débil. La presión está aumentando por parte de fuentes poco esperadas – incluido el diario El País y los expresidentes socialistas Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Su inclinación es permitir que el PP gobierne y se tome un tiempo para reconstruir su propio partido. Por lo tanto, Sánchez puede que se vea obligado a cambiar su postura o arriesgarse a perder el apoyo de su propio partido.

Mientras tanto, a medida que continúa toda esta discusión política, deben tomarse decisiones importantes. El mes pasado, la UE estuvo de acuerdo en no imponer una multa a los españoles por no cumplir los objetivos de déficit, pero sólo a cambio de más medidas de austeridad. Los españoles se están sintiendo cada vez más frustrados, con un año que continúa estando inmerso en una inestabilidad económica y política, e incertidumbre.

A menos que Rajoy se gane a sus críticos, podrían celebrarse unas terceras elecciones a finales de año. Pero los indicios apuntan a que los políticos de todas las partes van a esforzarse por evitar esto, así como el castigo indudable de un electorado impaciente.

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