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Al parecer, la prueba nuclear de Corea del Norte de la semana pasada podría haber sido un argumento de venta para otros estados rebeldes como Irán, Siria o Pakistán.

Desde 2006, cada tres años más o menos, Corea del Norte hace explotar una bomba nuclear. Pero el pasado 9 de septiembre, probó una bomba en menos de nueve meses desde el último ensayo de este tipo.

Cualquiera esperaría que esta bomba nuclear fuera una más grande. Sin embargo, para confundir más las cosas, no lo era. Teniendo en cuenta la magnitud del seísmo que causó la prueba nuclear, los expertos creen que el rendimiento de la bomba fue de poco más de 10 Kt – más o menos el tamaño de la bomba que lanzó EE. UU. sobre Hiroshima en 1945.

¿Qué estaba intentando hacer Corea del Norte? Una posible respuesta es que la bomba nuclear fue detonada como parte de las celebraciones del 68º aniversario del Día de la Fundación de Corea del Norte. O que, en un día oportuno, fuera un intento de llamar la atención de los líderes mundiales que asistieron a las reuniones recientes del G-20 y la ASEAN en los países vecinos de China y Laos.

La prueba sí que llamó la atención, pero no fue muy diferente de la que se dio a las pruebas nucleares anteriores. EE. UU. advirtió sobre las “ graves consecuencias”. Corea del Sur la llamó “imprudencia fanática”. China instó a Corea del Norte a no “empeorar la situación”.

Pero los expertos advierten que es hora de que dejemos de tomar a la ligera a Corea del Norte y de que actuemos antes de que sea demasiado tarde.

En su opinión, la última prueba es parte de un plan mucho más grande. El estado rebelde está creando un programa nuclear del que sería imposible que EE.UU. y sus aliados pudieran defenderse.

Peor aún, Corea del Norte está avanzando su tecnología de tal manera que pronto podría producir bombas nucleares y venderlas a otros estados rebeldes, como Siria, Irán y Pakistán.

La supervivencia como estado nuclear

EE. UU. y sus aliados han intentado desde hace muchas décadas llevar a Corea del Norte a la mesa de negociación. Por temor a que el régimen desarrollara armas nucleares, EE.UU. hizo que el país firmara el Tratado de No Proliferación (TNP) en 1985. Cuando los términos del TNP ya no fueron aceptables para Corea del Norte, en 1994, Estados Unidos le ofreció ayuda a cambio de que aceptara suspender su programa de plutonio.

Al final, cuando dejó de llegar la ayuda, Corea del Norte infringió todas las normas del TNP y comenzó su programa nuclear en 2003. En menos de tres años, Corea del Norte había desarrollado y probado su primera bomba nuclear. En respuesta, la ONU impuso sanciones a Corea del Norte para intentar evitar que el país desarrollara aún más su arsenal.

Ninguna de esas sanciones ha funcionado realmente. En todo caso, se ha producido un cambio radical en el plan de Corea del Norte de convertirse en un estado de armas nucleares. Entre 1994 y 2008, el país llevó a cabo 16 pruebas de misiles y un ensayo nuclear, según los datos recopilados por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). Posteriormente, desde 2009 hasta ahora, ha realizado 58 pruebas de misiles y cuatro ensayos nucleares.

Victor Cha, el principal experto en Corea del CSIS sostiene:

“El propósito es decirle a EE. UU. y el mundo que no sólo tienen capacidad nuclear, sino una capacidad de ‘supervivencia’ nuclear”.

Un país puede desarrollar armas nucleares contra EE. UU., por ejemplo, pero si sólo puede poner en funcionamiento esas armas desde sitios fijos y necesita combustible líquido para propulsar los cohetes, EE.UU. puede ver desde el espacio cuando se está erigiendo el misil y cuando lo están repostando, de modo que puede eliminar el arma con un misil de precisión de largo alcance.

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Así que la próxima etapa en la evolución de un estado con armas nucleares es desarrollar misiles que pueden lanzarse desde submarinos o plataformas de lanzamiento móviles. Mejor aún, si el país puede utilizar combustible sólido, los cohetes no necesitarán repostarse con antelación, y por lo tanto no habrá tiempo de ventaja para lanzar el misil. Esto hace que sea muy difícil para EE.UU. o sus aliados llevar a cabo un ataque preventivo. Por lo tanto, el país habrá desarrollado una capacidad nuclear de supervivencia.

“Una vez que Corea del Norte alcance esa capacidad, sentirán que no tienen que responder ante nadie”, apunta Cha.

Si tomamos la declaración oficial de Corea del Norte sobre el quinto ensayo nuclear en sentido literal, el país está dando pistas de haber adquirido ya esa capacidad o faltarle poco para ello.

La posición de China

Las sanciones contra Corea del Norte no han funcionado, y sabemos por qué. “Corea del Norte vive en el espacio creado por la desconfianza geoestratégica entre China y Estados Unidos”, escribe Scott Snyder, investigador principal de estudios sobre Corea en el Consejo de Relaciones Exteriores.

China proporciona hasta un 90% del comercio de Corea del Norte. Según una reciente investigación realizada por la ABC:

“El comercio está en auge y ahora ha vuelto a los niveles anteriores a las sanciones. Es fácil ver por qué está pasando esto. La seguridad a lo largo de la frontera de 1400 km es mínima”.

La política de Estados Unidos sobre la península coreana es clara. Apoya la reunificación de la península, dirigida por Corea del Sur. Sin embargo, a medida que crece el poder militar de Corea del Norte, las posibilidades de una reunificación pacífica, lo cual implicaría el desmantelamiento y la desnuclearización del régimen de Kim Jong-un, son cada vez menores.

Este no es un escenario que China está dispuesta a apoyar. A corto plazo, no querría compartir frontera con un país que se enfrentaría a una crisis humanitaria tras la caída del régimen. A largo plazo, China no querría ver una fuerte presencia militar de Estados Unidos en su frontera.

Con respecto a esto, Victor Cha agrega:

“La ONU puede que aplique nuevas sanciones, pero a menos que los chinos corten el espacio aéreo y los puertos, cierren la frontera, les impidan a los norcoreanos utilizar el sistema financiero chino... esas sanciones no van a funcionar”.

Enséñame el dinero

Aun si China estuviera convencida de imponer sanciones más estrictas contra Corea del Norte, es difícil ver cómo va a aplastar eso las ambiciones del régimen norcoreano. El ritmo de progreso sugiere que Corea del Norte pronto llegará a un punto en que sea capaz de vender armas nucleares al mejor postor.

“Al igual que han hecho con otros misiles, hay muchas probabilidades de que comiencen a venderlos”, dice Cha. Con esto se refiere a los misiles Ghauri de Pakistán y los misiles Shahbad de Irán, ambos basados ​​en misiles de Corea del Norte.

Los poderes que mantienen a Corea del Norte en jaque no están funcionando. Kim Jong-Un, ve a dos presidentes salientes: uno en EE. UU. y otro en Corea del Sur, los cuales se verán reemplazados el próximo año.

Snyder piensa que hemos llegado a un punto en que EE. UU. y sus aliados sólo tienen dos opciones: o bien apoyar el cambio de régimen en Corea del Norte, o, si el cambio de régimen no es posible, aceptar que Corea del Norte es un estado con armas nucleares. La primera opción, dice, necesitará acción militar, y la segunda implicará armar a Corea del Sur con armas nucleares para mantener a Corea del Norte bajo control.

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