Pedro Sánchez dimite en medio de una guerra civil socialista
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La dirección provisional del partido decidirá si apoyará al PP para un segundo mandato.

El Partido Socialista Obrero Español, con 137 años de historia, está en crisis, sacudido por un golpe contra su secretario general, Pedro Sánchez, y su posterior dimisión. Ahora se encuentra dividido en dos facciones que cuestionan el derecho de la otra a existir.

El líder del PSOE dimitió el sábado después de que oponentes de su partido lo rechazaran en el transcurso de una tumultuosa reunión del Comité Federal.

Una comisión gestora provisional, dirigida por el presidente de Asturias, Javier Fernández, se hará cargo ahora del PSOE, el segundo partido más grande del país. El PSOE tendrá que decidir antes de finales de mes si facilitará un segundo mandato para el presidente en funciones Mariano Rajoy – un apoyo al que Sánchez se ha opuesto una y otra vez.

España está en un estancamiento político desde hace casi 10 meses, tras dos elecciones no concluyentes desde diciembre. Ha sido el periodo más difícil para el país desde que se convirtió en una democracia, hace ya cuatro décadas.

“Hoy más que nunca tenemos que estar orgullosos de ser parte del Partido Socialista”, dijo Sánchez en una declaración pública después de su dimisión. “La comisión gestora que se formará [...] puede contar con mi apoyo leal”.

El Comité Federal, cuyos miembros probablemente decidirán sobre si dar su apoyo a Rajoy para formar un nuevo gobierno – una de las decisiones más difíciles que habían enfrentado los socialistas en décadas – está fijado para el próximo fin de semana.

Los oponentes de Sánchez, liderados por la presidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz, derrotaron a Sánchez con 132 votos frente a 107 sobre su propuesta de celebrar un congreso extraordinario el 23 de octubre, en el que las bases del partido tendrían que haber decidido si apoyarlo o elegir a un nuevo secretario general, así como tomar una decisión sobre la negativa del PSOE de dejar gobernar al Partido Popular.

Sánchez, economista de 44 años, se convirtió en el primer secretario general del PSOE en ser elegido por voto directo de los militantes del partido en 2014.

La controvertida estrategia de Sánchez de rechazar un segundo mandato de Rajoy a toda costa, además de sus pobres resultados en las elecciones más recientes (las peores que ha tenido el partido en los últimos cuarenta años), lo habían dejado cada vez más aislado. El miércoles, la mitad de su comité ejecutivo (17 de 35) renunció en un intento de sacarlo del poder, dividiendo el partido en dos bandos.

Sánchez había intentado salvar su liderazgo con el apoyo de las bases del PSOE, pero el aparato del partido finalmente ha logrado que dimita de su puesto.

La reunión de la Comisión Federal del sábado fue un espectáculo político grotesco. Varias decenas de partidarios de Sánchez se reunieron frente a la sede del partido y gritaron insultos a sus oponentes: “Fuera los golpistas”.

A los periodistas no se les permitió entrar, pero detractores y defensores por igual habían estado filtrando detalles de los procedimientos a los reporteros. Durante horas, los dos bandos no pudieron ponerse de acuerdo en nada: sobre qué votar, cómo votar o incluso sobre quién debería presidir la reunión.

Javier Solana, ex ministro socialista y ex Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad ha tuiteado al respecto:

“Cuando se tome conciencia del destrozo, todos preferirán 85 diputados”.

Fuente: POLITICO

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